Hawaii, el paraíso terrenal

Hawaii, el paraíso terrenal

Por Giorgio Benedetti

El Edén se encuentra a cinco horas de vuelo desde Los Ángeles, California, bajo un sol incansable y rodeado únicamente por las impactantes olas del Pacífico y un cielo siempre diáfano. Oahu, Maui, Hawaii y Kauai son las cuatro islas más importantes de Hawaii, el estado número 50 de los Estados Unidos de América. Con un promedio de temperaturas anuales que rondan los 27ºC y costas que tienen como principales actividades el buceo y el surf, Hawaii ha ido creciendo en número de turistas y residentes, que llegan a conocer en primera persona el espíritu del Aloha y la hospitalidad isleña, famosa alrededor del mundo.
Para conocer a fondo este archipiélago, lo mejor es empezar por la capital del estado, Honolulu, situada en la isla de Oahu. Además de ser el núcleo comercial y gubernamental de Hawaii, está poblada de museos donde conocer en profundidad la historia y cultura de los lugareños, galerías de arte y restaurantes. Allí, también es posible visitar el puerto naval de Pearl Harbor, bombardeado por Japón durante la Segunda Guerra Mundial y convertido en un ícono de la contienda más sangrienta del siglo XX. Asimismo, sus 180 kilómetros de playas, decenas de campos de golf, montañas, bosques y academias para realizar prácticamente todos los deportes acuáticos completan los atractivos de Honolulu.
Tuvalu

Un mundo insular
A menos de una hora de vuelo desde la capital, Maui es otra de las islas fundamentales para conocer en un viaje a Hawaii. Está formada por dos volcanes que se unen en un istmo: el más antiguo es el Mauna Kahalawai, más conocido como West Maui Mountain, y el más grande es el Haleakala, con una caldera a 3.050 metros de altitud cuya última erupción tuvo lugar a fines del siglo XVIII. El valle central de Maui, emplazado entre las dos imponentes montañas, ostenta las mayores plantaciones de caña de azúcar que aún quedan en pie en este archipiélago. A nivel turístico, esta isla cuenta con hoteles de lujo, como el Marriott y el Four Seasons, y su actividad más convocante es la observación de ballenas, que en otoño migran desde Alaska a estas aguas cálidas. Maui seduce a los visitantes con las danzas típicas de los locales, coronados y adornados con flores exóticas, y la posibilidad de practicar surf y snorkeling en un entorno soñado.
Al sur de Maui se encuentra la isla de Hawaii, también llamada Big Island (Isla Grande o Isla Mayor), para evitar la confusión entre su nombre y el del estado. Es especialmente famosa por los volcanes, infaltables en toda postal hawaiana; entre ellos, el más famoso es el Kilauea, que está en erupción de manera continua desde hace más de dos décadas. En la costa, cuando la lava líquida entra en contacto con el mar, el agua se convierte en vapor y el repentino enfriamiento de la lava provoca que las rocas volcánicas recién formadas exploten rompiéndose en pequeños fragmentos. Esta lava fragmentada por la acción de las olas se convierte en arena negra que cubre las playas. Las playas de este color, especialmente Punaluu Black Sand Beach, son otro de los grandes atractivos que hacen de la Isla Grande algo único.
Por su parte, Kauai es la más antigua y la cuarta en tamaño de las islas principales del archipiélago; los lugareños la llaman Garden Island (Isla Jardín) por sus extensos campos y su vegetación exuberante. Es una de las zonas más húmedas del planeta Tierra, al punto tal, que sus abundantes precipitaciones anuales han causado una profunda erosión en los valles de la montaña central, esculpiendo los cañones con enormes cascadas. Por su impactante belleza, esta isla fue escenario de muchas películas de Hollywood como Indiana Jones, Jurassic Park e incluso la cinta de animación Lilo & Stitch, ambientada en Kauai.
Los días en Hawaii pasan como arena en las manos, tomando sol en sus serenas playas o disfrutando de la sombra propiciada por árboles antiquísimos. A la noche, restaurantes de comida típica, cócteles frutales y bailes tradicionales llenan de color la oscuridad. El paraíso existe, aunque esté algo lejos de casa.
EL CRONISTA