“La fragmentación excesiva puede afectar al sindicato”

“La fragmentación excesiva puede afectar al sindicato”

Por Ignacio Chausis
Hay que poner al empleo en el centro de las políticas, no vamos a salir de esta crisis sin llegar a tasas de empleo mucho más elevadas que las que tenemos en este momento”, afirma Bernard Guy Ryder, especialista británico en cuestiones del mundo laboral, que desde hace dos años conduce los destinos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Con más de 30 años de trayectoria vinculada a la promoción y mejora del empleo, Ryder expuso durante una conversación telefónica con Tiempo Argentino la preocupación por los altos niveles de desempleo que afectan al Viejo Continente, particularmente al sector juvenil, destacó el camino adoptado por Argentina y los países de América Latina frente a la crisis que estalló en 2008 y brindó su opinión sobre el modelo sindical argentino.
“La OIT defiende y tiene que defender la libertad sindical, lo que implica que los trabajadores tengan la libertad de escoger el sindicato que les parezca. Es evidente que la fragmentación excesiva del movimiento sindical puede también restar fuerza y potencia al sindicato. Son los trabajadores mismos quienes deben decidir cuál es el mejor camino para su propio movimiento”, asegura.

–Como titular de la OIT usted participó recientemente del Foro Empresarial de Davos. ¿Cómo describiría el clima de los hombres de negocios en relación a otros años?
–Hay que tener en cuenta que este es un foro abierto, no saca conclusiones, son debates abiertos. El ambiente este año yo diría que es más tranquilo que en años anteriores. La gente dice que este es el primer Davos “normal” desde la crisis. Eso quiere decir, creo yo, que hay un optimismo moderado, sin excesos y muy prudente. Porque es cierto que la percepción es que la crisis del euro ya se ha superado, que el sistema financiero está mucho más sólido, y sin embargo no hay la percepción de que hemos salido del todo del bosque. Las fases de crecimiento no son muy fuertes, hay que mejorarlo, todavía hay grandes problemas en la economía mundial. Por eso digo, hay un optimismo muy moderado y prudente.
–Según una encuesta que precedió a Davos, una importante porción del empresariado argentino reclama contra lo que considera “sobrerregulación” del Estado, presión fiscal, costos laborales y tipo de cambio, en suma, una serie de temas que definen como “amenazas” para el crecimiento de sus compañías. Por el contrario, ¿en qué situación están las empresas argentinas respecto del empleo de calidad y distribución del ingreso?
–La sobrerregulación del mercado de trabajo no ha sido tema de debate aquí en Davos, en términos globales. Hay un reconocimiento general de que los problemas de las empresas, los obstáculos que enfrentan las empresas tienen que ver mucho más con la incertidumbre sobre la línea política del futuro. Que los empresarios, aun con beneficios muy elevados y fondos muy importantes, no quieren invertirlos en lo que llamaríamos la economía real. No creo que sea una preocupación por la sobrerregulación del mercado de trabajo, pero la falta de claridad en la línea del futuro, y con esto también creo que muchos empresarios reconocen que la gente no compra, no hay demanda suficiente en la economía. Por eso pienso que las tres grandes preocupaciones –Davos hace un sondeo antes del Foro– y la primera preocupación tiene que ver con Medio Oriente (los problemas políticos de la región), pero el segundo y tercero son la inequidad en la sociedad –un problema que es social, pero también económico– y el desempleo, así que hay una necesidad de generar puestos de trabajo nuevos.
–En Argentina hay un debate en torno al modelo sindical. Hoy rige un sindicato por actividad económica, pero hay fallos de la Corte que abren la posibilidad de representación a gremios con la sola inscripción. ¿Cuál es la postura de la OIT? ¿Debilita al movimiento obrero la multiplicidad de sindicatos?
–La cuestión específica que usted refiere es un tema que ha sido examinado en la OIT en varias ocasiones. El sistema de control de las normas internacionales de trabajo de la OIT se ha pronunciado en distintas ocasiones sobre la situación, la opinión de la OIT es conocida. La OIT defiende y tiene que defender la libertad sindical, lo que implica que los trabajadores tengan la libertad de escoger el sindicato que les parezca. A la vez, eso tiene que ver con las realidades del mundo del trabajo. Es evidente que la fragmentación excesiva del movimiento sindical puede también restar fuerza y potencia al sindicato. Son los trabajadores mismos quienes deben decidir cuál es el mejor camino para su propio movimiento.
–Un año atrás destacó las políticas de gobiernos de América Latina para afrontar la crisis. En especial mencionó el caso argentino. ¿Qué evaluación hace la OIT del año que pasó en esta región, especialmente con el desafío que planteó para la Argentina, de avanzar en empleo de calidad?
–Todos nos acordamos de la crisis de 2001 y la situación dramática de desempleo que existía en la Argentina. Todos hemos visto que la Argentina salió bastante bien de esa situación hasta llegar a una situación a pleno empleo hoy, y fue un éxito político muy comentado. Hoy día estamos en una situación en el mundo donde en Europa, por ejemplo, tiene problemas para salir de una situación si no tan aguda, por lo menos crítica. Y sigue siendo crítica en materia de desempleo, con una tasa de paro en Europa del 12%, y entre los jóvenes trepa al 20%, son situaciones críticas. Ahora bien, no hay que pensar que Europa puede seguir el mismo camino, las mismas recetas de Argentina, las circunstancias no son las mismas, pero yo creo que hay que poner al empleo en el centro de las políticas, no vamos a salir de esta crisis sin llegar a tasas de empleo mucho más elevadas que las que tenemos en este momento. Mucho tiene que ver con la estructura económica de Argentina, su capacidad productiva, que no se replica en todos los países. Y no es única, puedo decir también Brasil y otros países que han tenido una conciencia de la importancia de la dimensión social, laboral de las políticas macroeconómicas.
–¿Por qué le cuesta tanto a Europa bajar la tasa de desempleo?
–En Europa yo creo que no hemos seguido con esta misma conciencia. En Europa, en muchos casos, el rigor financiero ha tenido la prioridad y a veces en detrimento de las cuestiones laborales y sociales. La equidad en este tipo de políticas es un ingrediente muy importante.
–En la Argentina se desarrollan desde hace una década las negociaciones colectivas entre empresarios y sindicatos para establecer salarios y condiciones de trabajo. ¿Qué valor le da la OIT a este tipo de políticas? ¿Cuál es la situación en otros países?
–La negociación colectiva me parece sumamente importante. En la OIT tenemos un compromiso constitucional para promover la negociación colectiva. Tiene que ver con la colaboración tripartita que es el modus operandi de la OIT. Uno de los problemas que vemos en el mundo es que la cobertura de los convenios colectivos se reduce en algunos países de forma muy importante. Yo creo que una forma de recuperar una equidad en el mundo del trabajo es darles importancia a los procesos de negociación colectiva. Es cierto que Argentina tiene gran experiencia y tradición en este dominio.
TIEMPO ARGENTINO