Una revolución para la Revolución de mayo

Una revolución para la Revolución de mayo

Dicen los historiadores que una revolución consiste en la emergencia de grandes cambios sociales en un corto lapso de tiempo. La Revolución de Mayo, tal como la hemos aprendido en la escuela primaria, fue sin dudas una recurrencia acelerada de hechos políticos que desencadenaron la ruptura de la dependencia política entre la Colonia del Río de la Plata y su Corona española.
En el corto plazo de una semana, el Virreinato del Río de la Plata pasó de responder a la Junta de Sevilla a conformar un gobierno propio que todos hemos conocido como la Primera Junta.
Para muchos hasta hoy todos los periplos de la Semana de Mayo estuvieron acartonados y rodeados en un añejo halo histórico, un poco alejado de la comprensión y del sentir popular cotidiano. Así a los ojos de nuestra modernidad, la historia y sus procesos pueden tornarse aburridos e incomprensibles. Y esto deviene en una falta de interés y como consecuencia en la pérdida de reconocimiento e importancia social sobre estos importantes hechos.
Pero tal vez otra revolución pueda dar vuelta la situación acercándonos desde nuestros propios modos a lo que es nuestra historia. En los últimos años la afluencia de las redes sociales ha impactado en la forma de comunicarnos y encontrarnos. Se trata de otra aceleración de acontecimientos que impacta de lleno en nuestras vidas. Sin darnos cuenta, cambiamos las costumbres y maneras de vincularnos, de conocer gente y relacionarnos con nuestros afectos. Lo más novedoso es que esto no se detiene y ahora puede cambiar el modo en que nos acercamos también a nuestro pasado.
Sitios recientemente inaugurados como www.revolucion1810.com.ar posibilitan esta situación. Se trata de una interesante y, por sobre todo, atípica vinculación de Twitter con los personajes más relevantes de la Revolución de Mayo. En tiempo real y día por día, Juan José Castelli, Nicolás Rodríguez Peña, Manuel Belgrano, Mariano Moreno y otros próceres dejan lo acartonado de las hojas de papel y cobran vida -con foto de perfil y todo- relatando sucesos e interactuando entre sí.
Entonces suceden insólitas conversaciones donde Manuel Belgrano, “abogado y economista hasta que llegaron los ingleses”, en un tono más de estos tiempos que de aquellos incita o más bien arenga a una imaginaria multitud diciéndole “Vamos gente, ya están abiertas las puertas del Cabildo!!”, seguido del ya célebre hashtag de la red #TodosAlCabildo. Por otro lado, un cibernético Martín de Azcuénaga, devenido en “vecino de la Plaza, militar improvisado y hombre de fortuna con una quinta en Los Olivos” sostiene “se dice en la Plaza que cesa Cisneros… Son rumores, no cantemos Victoria”.
La Revolución de Mayo tampoco es ajena a estos tiempos. Y sin darnos cuenta la hemos revolucionado en la forma en que usualmente nos vinculamos con ella. La revolución de las nuevas tecnologías tal vez nos permita rescatarla del olvido y sentirla más cerca, comprendida y valorada.
PRENSA UTTA/OSPAT