El exceso de confianza de un líder puede contribuir a tomar malas decisiones

El exceso de confianza de un líder puede contribuir a tomar malas decisiones

Christopher Chabris, Doctor en Psicologia y experto en inteligencia humana.

Por Laura Mafud
Comenzó como un experimento en la Universidad de Harvard. Los especialistas en inteligencia humana Christopher Chabris y Daniel Simons filmaron un video en el cual seis personas, tres de remera blanca y tres de negro, debían realizar pases con pelotas de básquet. El test consistía en que los espectadores lograran contar la cantidad de pases realizados por los jugadores de blanco. Pero la mayoría pasó por alto un detalle: un gorila ingresaba a la ronda, golpeaba su pecho y salía del campo de juego como si nada. Fueron nueve segundos. Y fueron pocos quienes registraron la presencia del primate. A partir de este disparador, surgió El gorila invisible y otras maneras en las que nuestra intuición nos engaña (Siglo veintiuno editores). El libro, que escala entre los más vendidos del ránking elaborado por The New York Times, que fue traducido a más de 15 idiomas -entre ellos, el ruso, chino, holandés, turco, griego, húngaro y polaco- y que lleva medio millón de ejemplares vendidos, explora los límites de la percepción, la ciencia de las ilusiones y la ceguera selectiva aplicado a la vida cotidiana y a los negocios. Incluso, se anima a brindar algunos consejos prácticos para mejorar el desempeño cognitivo.
Interrogantes como por qué una firma invertiría millones para promocionar un producto que sabe que va a fracasar; por qué los filmes más premiados tienen errores; por qué los gerentes financieros deberían aprender del pronóstico y qué tienen en común un criminal y un campeón de ajedrez son algunos de los puntos que, a través de este estudio y con guiño humorístico, los especialistas buscan responder.
Lo que más nos llamó la atención del test no es que la gente pasara por alto al gorila, sino que estuviera sorprendida de no haberlo visto. La conclusión es que no somos tan buenos en multitasking como creemos. Cuando manejamos y creemos que podemos hablar por teléfono al mismo tiempo sin correr riesgos, estamos equivocados, concede Chabris durante una entrevista exclusiva con El Cronista We.
Según los especialistas, existen ilusiones con las que la gente convive: la atención defectuosa (twittear mientras se maneja, por ejemplo. Se ha demostrado que el problema no es sujetar el teléfono, sino que la atención que se le dedica a la conversación se le resta al camino) o los recuerdos inexistentes que hacen, a veces, que una persona plagie lo que rememora otra al internalizar su historia como propia. La confianza irracional y el conocimiento que lleva a una persona a pensar que sabe más de lo que sabe son otros ejemplos.
Llevado al plano laboral, las vueltas de la percepción pueden tender algunas trampas. Un caso común, remarca Chabris, es asumir que la información a la que tenemos acceso al momento de tomar una decisión compone todo lo importante que deberíamos tener. Al prestar atención a la información más fácil de ver podemos perdernos detalles interesantes. Durante la segunda burbuja financiera, los analistas de crédito se fijaron en el historial de tasas de default para evaluar los bonos hipotecarios. Quizá, si hubieran prestado más atención a otros factores, como el empeoramiento en la capacidad de pago de los consumidores y el incremento de la especulación, habrían tomado diferentes decisiones. Algunos inversores sí miraron más allá de lo obvio y obtuvieron grandes ganancias y resultados. Pero la mayoría no lo hizo y perdió mucho dinero.
Entonces, ¿cuáles son las implicancias de los errores cognitivos en la vida corporativa? Un buen ejemplo es la ilusión de la causa. Esta ilusión nos dice que entendemos mejor la causa y el efecto. Es difícil comprobar que un incremento en la facturación de una empresa se debe específicamente a la implementación de una campaña de marketing. Comenzamos una campaña y vemos un alza en las ventas. Pero son muchas las razones que pudieron haber influido, sostiene y completa: Del mismo modo, cuando ingresa un CEO a la compañía y los resultados mejoran, asumimos que se debe al nuevo management. Es más difícil encontrar una causa y efecto real que aquello en lo que intuitivamente ya creemos, comenta.
Pero hay algunas lecciones que los especialistas creen que las grandes empresas todavía pueden aprender. Los líderes de negocios deberían reconocer que la confianza en sí mismos es uno de los elementos clave en su éxito. La gente suele seguir a quienes se tienen más confianza y ellos tienden a convertirse en líderes, comenta. Pero, en ese sentido, alerta: A la vez, deben cuidarse de no mostrarse demasiado seguros en sus habilidades. Tendemos a ser por demás confiados y eso contribuye a tomar malas decisiones. Cuando eso le sucede a un líder, muchas más personas resultan afectadas que cuando un simple empleado toma una mala decisión. De este modo, Chabris alienta a los hombres de negocios, y sobre todo a aquellos de altas jerarquías, a reflexionar sobre este punto: la colaboración suele incrementar la confianza sin necesariamente arrojar buenos resultados. Encontramos que, cuando dos personas trabajan juntas y no están muy seguras sobre determinada decisión, las respuestas en las que sí estaban de acuerdo eran expresadas con mayor contundencia aunque no fueran acertadas, explica.
Cuestión de mirada
La percepción, la mayoría de la veces, funciona bien. Sin embargo, ¿puede traicionarnos? “En algunas situaciones, como las ilusiones visuales, nos puede dar una impresión falsa. Lo que sí puede traicionarnos es la ilusión cognitiva, que nos hace creer que vemos todo lo que es importante”, asegura Chabris. En este sentido, la memoria también tiene sus trucos. “Sabemos que es probable que no recordemos qué desayunamos hace 33 días pero creemos que recordamos perfectamente las cosas importantes. Sin embargo, algunos informes demuestran lo contrario. Los estadounidenses recuerdan qué estaban haciendo el 11 de septiembre de 2001 pero los estudios aseguran que muchos de esos recuerdos se modificaron a través del tiempo. Nosotros podemos fácilmente olvidar algo. Así que, cuando un político parece mentirnos acerca de su pasado, en realidad, puede ser que no lo esté recordando bien, como nos sucede a todos”.
¿Hacer crucigramas, jugar al sudoku, tocar el piano? ¿De qué modo se puede estimular el cerebro para lograr un mejor de-sempeño, especialmente, en la vida laboral? La respuesta, no obstante, es mucho más simple de lo que se cree. “La mejor manera para entrenar el cerebro es ejercitar el cuerpo. Realizar ejercicio aeróbico, correr, andar en bicicleta y subir escaleras incrementa el flujo sanguíneo al cerebro, lo que ayuda a mejorar las funciones mentales como la memoria. Esto puede llevar a una mejoría general en las habilidades laborales y en otras áreas de la vida”, comenta.
En 2004, los autores fueron galardonados con el Ig Nobel Prize, una parodia del premio de Estocolmo que reconoce a aquellos logros que “primero hacen reír y luego, pensar.