Un asado con Buffett cuesta más de u$s 2 millones

Un asado con Buffett cuesta más de u$s 2 millones

Cuando hoy finalice la puja por ver quién se queda con el afortunado lugar vacante para almorzar con Warren Buffett, es probable que se quiebre un nuevo récord.
La desvalorización del dólar, pero, sobre todo, la valorización de una oportunidad que parece no tener precio, han hecho que, hasta el momento de cerrar esta nota, la subasta por Internet registre un valor de u$s 2,3 millones.
La subasta, que comenzó el domingo por la tarde y terminará hoy, es organizada cada año por el presidente y consejero delegado de Berkshire Hathaway para recaudar fondos en favor de la organización benéfica Glide, con sede en San Francisco (California), y que destina el dinero logrado en favor de alimentación y ayuda a personas indigentes.
El año pasado esta puja terminó con un precio de martillo de u$s 2,6 millones, y si normalmente en los primeros días de la subasta las ofertas rondan los u$s 200.000, este año esa cifra se ha elevado con tan solo 7 ofertas por el momento. El año pasado la puja quedó en u$s 2,63 millones, y en el año 2009 en u$s 1,68 millones. En 2008, el chino Zhao Danyang, de Pure Heart Growth Investment Fund, llegó a desembolsar u$s 2,1 millones por la oportunidad de cenar al lado de Buffett que vino a ser el artículo más caro vendido en la historia de eBay.
La desorbitada cifra demuestra la euforia que despierta entre muchos la posibilidad de pasar unas horas junto al tercer hombre más rico del mundo, que según Forbes tiene una fortuna de unos u$s 50.000 millones, y que es, además, conocido como el “Oráculo de Omaha por sus certeras previsiones y su habilidad para detectar las más rentables inversiones.
Como a nivel mundial este es un momento de incertidumbre económica, para los inversores institucionales y los gerenciadores de fondos de inversión puede llegar a ser más que interesante escuchar qué podría decir Warren Buffett sobre el futuro de la economía, ya que su opinión es más que respetada en el ambiente financiero.
En Estados Unidos, las medidas que ha tomado el gobierno de Barack Obama parecen no haber tenido efecto y más que nunca hay quienes ven en la selectividad y la precisión en la entrada y salida del mercado una variable para aprovechar o, al menos, una chance para no salir “herido” en la valiente aventura que significa ser inversor.
Por otro lado, ni siquiera Europa se salva: el fuerte elemento de incertidumbre que significa la compleja situación financiera de Grecia, Irlanda y Portugal, han tenido un impacto negativo en las carteras de inversión de las principales compañías financieras. Para Buffett nada parece complicado: una legión de inversores observa cada movimiento del gurú.
El mayor postor de esta puja tendrá la oportunidad de cenar en Smith & Wollensky, un exclusivo restaurante de carnes de Manhattan junto a Buffett, previsiblemente la semana que viene, en la que podrán charlar de cualquier tema con la excepción de las inversiones que tiene en mente realizar el presidente de Berkshire Hathaway.
El millonario inversor de 80 años comenzó a organizar esta cena en 2000, cuando su mujer le presentó al reverendo Cecil Williams, fundador de Glide, y con ella reafirma su labor filantrópica, que le ha llevado a afirmar que más del 99% de su patrimonio irá a parar a causas filantrópicas a lo largo de su vida o cuando muera.
EL CRONISTA