Tecnología y etiqueta: cómo, cuándo, dónde

Tecnología y etiqueta: cómo, cuándo, dónde

 

Estar conectado a toda hora parece ser un mandato de estos tiempos. Sin embargo, el protocolo sigue siendo importante en el mundo empresarial. Alertas y consejos para estar online pero sin descuidar los buenos modales.
Atención empresarios pyme. Ustedes que están todo el día atareados, de reunión en reunión, cerrando y abriendo negocios, y que en ocasiones ni tienen una secretaria que organice la agenda o haga las veces de filtro: que la proliferación de dispositivos móviles y la conectividad permanente no los haga perder de vista ciertas reglas tácitas vinculadas al respeto por el otro. Es que sucumbir ante la tentación de consultar e-mails, enviar mensajes de texto o realizar llamadas telefónicas mientras se está frente a un cliente o proveedor podría ser visto como un signo de falta de educación o cortesía. Incluso hasta podría hacer naufragar una transacción o cambiarle súbita y peligrosamente el humor a quien está al otro lado de la mesa. Porque parece que con la etiqueta no se juega.

Los pequeños y medianos empresarios no son inmunes a la invasión tecnológica y los cuidados de rigor para no caer en la tentación de la hiperconectividad aún en momentos inadecuados requieren un esmero especial, más aún en función de tratarse del negocio propio, de que no siempre se cuenta con la estructura adecuada para organizar el día a día, y de que aquel mencionado todo a pulmón implica el riesgo de querer estar sobre cada uno de los temas que hacen al negocio y no delegar. “Los empresarios deberían ser muy cuidadosos con este tema, porque algunos no tienen la posibilidad de que la secretaria los mantenga informados, por ejemplo. Y también tener conciencia de que el motivo de caer en la conectividad permanente no tiene que ver con las oportunidades móviles sino con la ubicación y educación de cada uno. Con el uso de la tecnología las personas demuestran un montón de pautas de comportamiento, y en algunos casos quedan en evidencia”, sostiene Silvia Citrullo, técnico en Ceremonial y Protocolo y directora de Ceremonial Meetings, una consultora especializada en Relaciones Públicas, Ceremonial y Protocolo.

El sustento que viene al caso para advertir sobre este peligro lo brinda un estudio llevado adelante y patrocinado por Intel, y que revela la importancia creciente de mantener la “etiqueta” en el momento de usar la tecnología. Según el informe -realizado en forma online en los Estados Unidos entre más de 2.600 casos-, siete de cada 10 personas considera como inaceptables las violaciones de algunas directrices tácitas de etiqueta móvil, como chequear correos electrónicos, mandar sms o hablar por teléfono mientras se está en compañía de alguien. Pero la investigación deja otras tantas conclusiones, algunas incluso ambiguas. Es que al mismo tiempo, la mayoría de los consultados siente la necesidad de una conectividad constante debido a las expectativas establecidas por la actual cultura de negocios, y un 55% afirma que la naturaleza de los negocios de hoy en día demanda que los individuos estén siempre conectados por medio de dispositivos móviles, incluso si ello significa responder una llamada durante una comida o una reunión. Es decir, a la vez que existe un quórum bastante generalizado sobre la necesidad de estar conectados, los propios usuarios de la tecnología ven con malos ojos su utilización en determinados momentos.

Para Santiago Durante, gerente de Desarrollo de Negocios de Intel Argentina, el reto pasa por tener la capacidad de racionalizar el uso de la tecnología. “Está muy claro que el tema de tecnología y movilidad está inmerso en nuestras vidas casi sin vuelta atrás. Entonces el desafío es cómo administrarla y manejarla, en términos de poder ser uno quien defina cuándo y dónde conectarse, y cuándo no hacerlo”, sostiene. En sintonía, Citrullo dice que “el tema tiene que ver con tratar con algo tan necesario hoy en día en el mundo de los negocios, un segmento que requiere una comunicación permanente y en el que el ejecutivo o empresario debe estar permanentemente informado”. Y cuenta que en una reunión o almuerzo de negocios, por ejemplo, lo aconsejable es directamente apagar el teléfono móvil, o en su defecto dejarlo en la función de vibración. En caso de tratarse de un motivo muy importante, recomienda atender la llamada en un lugar contiguo.

En el baño, todo bien

Las violaciones a la etiqueta móvil permiten ciertas excepciones. A la mencionada alternativa de pedir permiso, levantarse y atender una llamada a un costado, se le agrega otra opción consentida: ¡el baño! Sí, un toilette no parece despertar la misma reverencia cuando se trata de tecnología móvil. A pesar de algunas consideraciones relacionadas con la higiene y explicaciones potencialmente incómodas, el 75% opinó que es perfectamente adecuado usar dispositivos habilitados para Internet (laptops, netbooks o los mismos teléfonos móviles) en el baño, por ejemplo. Es decir que si necesita comunicarse en forma urgente en plena comida de negocios, la senda no admite desviaciones y todos los caminos conducen al fondo, a la derecha.

Pero más allá de esta alternativa, en general la tolerancia está disminuyendo más allá de reuniones laborales o almuerzos de trabajo. A saber: la poca condescendencia incluye también a las citas comunes (un 60% considera que usar un dispositivo móvil durante una cita es inadecuado) y ni hablar si la referencia es para una ceremonia religiosa por ejemplo (87% está en desacuerdo con su utilización). Por otro lado, sí aumentó la aceptación si se habla de mandar un e-mail como felicitación de un cumpleaños, algo que un 62% haría y otro 88% no se sentiría ofendido si lo recibe.

Entonces, podría decirse que la omnipresencia móvil parece estar definitivamente asimilada, aún con su creciente caudal de normas y restricciones vinculadas al buen gusto y la educación. De hecho, un 62% concuerda con el hecho de que los dispositivos móviles ya forman parte de nuestras vidas cotidianas y consideran que la sociedad necesita adaptarse a la circunstancia de que las personas las usan todo el tiempo. “A medida que la tecnología se arraigue cada vez más en nuestras vidas cotidianas e intentemos encontrar el equilibrio adecuado entre la conectividad constante y el establecimiento de las fronteras de la accesibilidad, las directrices sociales y culturales de conducta adecuada con relación a la tecnología móvil continuarán desarrollándose y cambiando”, pronostica Genevieve Bell, etnógrafo y actual director del Grupo de Experiencia del Usuario de Intel. Y agrega que “la etiqueta relacionada con la tecnología móvil continuará adaptándose a las diversas culturas y territorios. Pero lo cierto es que se está convirtiendo en un tema cada vez más relevante, en especial en situaciones sociales como las reuniones de trabajo”.

En este contexto, por lo tanto, todo vuelve hacia lo que parece ser el quid de la cuestión, su uso adecuado e inteligente. Ahora bien, ¿qué hay con los empresarios pyme? ¿Son más sensibles a estas reglas? La óptica de Santiago Durante desdramatiza el posible mayor impacto sobre las firmas de menor calibre. “Puede que al no contar con todo los recursos humanos necesarios un empresario pyme está más propenso a la conexión permanente, pero creo que los modales y las buenas costumbres son independientes del tipo de empresa, y que el provecho que se le pueda sacar a la tecnología dependerá más del comportamiento humano que del tamaño de la compañía. Muchas veces se culpa a los avances tecnológicos cuando en realidad pasa por otro lado y en definitiva el patrón de conducta es el mismo”, finaliza. Para Ana María Gueli Enríquez, consultora en Recursos Humanos, “hoy es muy fácil estar conectado y no se salvan ni los pequeños empresarios ni los grandes ejecutivos. Por eso la pieza clave es tener el debido proceso de delegación, algo que no sucede muy a menudo ni en uno ni en otro segmento, más allá de estructuras”, concluye.

Por Matías Franchini
Fuente: Diario El Cronista Comercial