El sueño de la moneda propia: la nueva debilidad de los famosos (y de las empresas)

El sueño de la moneda propia: la nueva debilidad de los famosos (y de las empresas)

Por David Feliba
“Consigue el tuyo antes de que se acaben. Yo tengo el mío y, como siempre, voy a ganar en grande”, escribió el boxeador Floyd Mayweather en Facebook junto a una imagen de los cinturones que conquistó en el ring. El campeón suele hacer gala de sus logros y combina las fotos con dólares y diamantes. Ahora se ve que también se aggiorna a los nuevos tiempos: con la recomendación de la moneda virtual Centra, esta vez se vuelca de lleno al dinero digital. Una riqueza expresada en bits, algo que las fotos ya no pueden mostrar.
En 2017, Centra fue sólo una de las cerca de 300 empresas del mundo Bitcoin que emitieron sus propias “fichas” o “monedas” digitales a cambio de dinero real: cerca de US$ 3500 millones, según el sitio especializado Coinschedule, se han canalizado para emprendimientos del espacio tecno. Insignificante en 2016, hoy la Oferta Pública de Monedas (ICOs, en inglés) es un fenómeno de baja regulación que desplaza a inversores ángeles y de capital semilla como fuente clave de financiamiento en etapas tempranas de startups del espacio online.

Según ONG Bitcoin Argentina, unas tres startups argentinas se han fondeado de esta forma y hay una media docena en camino. Recientemente, la compañía de microcréditos Ripio anunció que cerró su ICO con una venta de moneda digital por el equivalente a U$S37 millones. Las celebrities se sumaron al boom ICO: además de Mayweather, el futbolista Luis Suárez y Paris Hilton promocionaron distintas emisiones en sus redes, lo que contribuye a su éxito. Este mes, el ente regulador financiero de EE.UU. advirtió de los problemas legales que podrían incurrir al incentivar las ICOs vía redes sociales. “Se estimula a los inversores a ser precavidos con oportunidades que suenan demasiado buenas para ser verdad”, dice el texto de la SEC.

1 – ¿Qué es una Oferta Pública de Monedas?
Las ICOs son un nuevo mecanismo de financiamiento colectivo en el que startups pueden levantar fondos de todo el mundo de forma online y sin entregar ningún tipo de participación de la compañía. Desarrollan su propia ficha o moneda virtual y la venden a los inversores con la promesa que subirá de valor cuándo la compañía crezca. No tiene uso real en el presente, pero podrá gastarse en servicios de la plataforma que se va a construir en el futuro. Filecoin tiene el récord: consiguió U$S257 millones para crear una red de almacenamiento. Aún no existe, pero las fichas que vendió servirían para pagar por espacio digital.

2 – ¿Qué tiene que ver con las acciones de una compañía?
Sólo el nombre, similar a Oferta Pública de Acciones, el proceso por el cuál una empresa sale a la bolsa. En este caso, el emprendimiento no abre su capital al público ni vende participaciones. En cambio, fabrica un activo digital propio y lo vende con la promesa de que en el futuro servirá para usar sus servicios. Los inversores no tienen derecho a voto en las decisiones de la empresa ni participan de sus ganancias.

3 – ¿Cualquiera puede emitir su moneda?
Sí, emitir una moneda virtual es algo relativamente fácil: es un software, un pedazo de código. Hay empresas que proveen ese desarrollo. Una vez que se crea la moneda, el desafío es promocionarla. En este punto las celebridades pueden ser un vehículo irresistible.

4 – ¿Qué tiene que ver con Bitcoin?
Tienen características similares, pero son monedas distintas. Por lo general, los inversores compran las fichas que emite la empresa con monedas digitales más reconocidas como Bitcoin o Ether. Muchas veces las condiciones del trato se escriben en contratos inteligentes. Una vez que la empresa juntó fondos en Ether o Bitcoin, puede cambiarlos por dinero físico y comprar bienes en el mundo real para desarrollar el proyecto.

5 – ¿Por qué una empresa querría emitir una moneda virtual?
Cómo la moneda no representa una participación real, las ICOs pueden sortear regulaciones que tienen productos tradicionales como las acciones. Un programador puede escribir un PDF con su proyecto de negocio y emitir una moneda virtual para fondearlo. Además, el startup puede conseguir muchos más dinero que si acudiera a un capitalista de riesgo. Loma Negra recaudó hace poco unos U$S 950 millones en acciones; Filecoin recibió U$S250 millones en Ether sin siquiera un producto en la calle.

6 – ¿Por qué alguien querría pagar por una ficha virtual?
El dulce aroma del éxito. Bitcoin, la inversión más “conservadora” en el mundo cripto, multiplicó su valor por 7 en 2017. Ether, por 45. Y son las más conocidas de una larga lista. La irracionalidad: nadie quiere perderse el próximo hit. También hay entusiastas: gente que compra monedas porque quiere usar los servicios que la empresa dará en el futuro.

7 – ¿Qué pasa si nunca se lleva a cabo el proyecto?
Posiblemente nada. Por la falta de regulación, los inversores no suelen contar con recursos sólidos a su favor. Registrarían la pérdida.

8 – ¿Son un fraude?
Ciertamente hay de todo en este Lejano Oeste del financiamiento: proyectos serios, no tanto y fraudes evidentes. El inversor debe prestar atención completa. La SEC inició cargos en los Estados Unidos contra dos ICOs por conductas fraudulentas.

9 – ¿Son legales?
Corea y China han prohibido las ICOs. La SEC ha sentado algunas posiciones, aunque hay aún grandes bolsones regulatorios. En la Argentina, anticipan de la Comisión Nacional de Valores que están próximos a lanzar una “señal de alerta” al mercado. “Es un tema que preocupa mucho en la comunidad regulatoria”, dice Marcos Ayerra, su presidente. “Creemos que es peligroso. Son negocios no regulados y crossborder donde a un argentino le pueden ofrecer una ICO desde cualquier lugar de mundo. El problema es que avanzan demasiado rápido”.

10 – ¿Cuál podría ser el potencial de las ICOs?
En los comienzos de Internet se vendían dominios para financiar la red con la promesa que su valor aumentaría cuando creciera su tráfico. Según The Economist, las ICO “pueden proveer una fuente de fondeo para proyectos serios de software que de otra manera tendrían dificultades para despegar. La burbuja de los trenes británicos en 1840 ayudó a crear una red ferroviaria; el boom puntocom germinó firmas como Amazon y Ebay. Lo mismo con las ICOs, que tal vez contengan la semilla para un futuro digital que no esté dominado por unos pocos gigantes online”.
LA NACION