Tom Cruise: “Amo todo lo que hago y me siento muy orgulloso”

Tom Cruise: “Amo todo lo que hago y me siento muy orgulloso”

Por Santiago García
Tom Cruise nació el 3 de julio de 1962 en Siracusa, Nueva York. Cincuenta años han pasado desde entonces, y treinta años desde que el actor se convirtió en una de las estrellas más importantes de todos los tiempos. Estos días pasados estuvo entre nosotros, para presentar su flamante Oblivion. Pero las carreras, aun las meteóricas, no se construyen de la noche a la mañana.
Trabajó en dos films en 1981 pero fueron las cuatro películas en las que participó en 1983 las que le dieron su primer momento de fama. Curiosamente, uno de sus primeros films se llamó All the Right Moves, es decir “Todas las jugadas correctas”, y de eso se trató la carrera del joven actor. De moverse bien, reinventarse, y hacer las jugadas indicadas año tras año, para poder convertirse en la figura enorme e indiscutible que es hoy. Los primeros años siempre son difíciles para cualquiera, pero cuando uno revisa la biografía de la gente que ha tenido éxito en lo suyo, resulta inspirador ver cómo se han abierto camino. Tom Cruise, por ejemplo, luchó contra la dislexia durante años, y a la edad de doce recibió el impacto emocional del divorcio de sus padres.
A los catorce, su educación franciscana lo llevó al seminario y pensó en ser cura, pero esto no ocurrió. Su amor por la actuación se impuso y las puertas del cine se abrieron para él. En 1983 participó del legendario film Los marginados, dirigida por Francis Ford Coppola, donde compartió cartel con otras estrellas jóvenes del momento, como Patrick Swayze, Matt Dillon y Ralph Macchio (el actor de Karate Kid), pero ninguno de ellos llegó tan alto como Cruise en los años posteriores.
Sin embargo, el éxito real fue Negocios riesgosos (1983), donde interpretó a un adolescente que busca divertirse mientras sus padres están fuera de casa, pero las cosas se le van de las manos rápidamente. Como verán, un género que tuvo mil ejemplos posteriores. La famosa escena cómica donde Cruise baila con camisa y ropa interior fue improvisada por el actor y se convirtió en su primera marca fuerte. El resto de la década se desarrolló con un crecimiento cada vez mayor de su estrellato, pero a la vez con una búsqueda personal que demostró que le interesaba diversificar en serio su trabajo. Top Gun, de Tony Scott, fue su mayor éxito en aquellos años. Cocktail también funcionó bastante bien y lo confirmó como galán joven.
Pero también realizó Leyenda de Ridley Scott, El color del dinero de Martin Scorsese, junto con Paul Newman, Rain Man de Barry Levinson junto con Dustin Hoffman y Nacido el 4 de julio de Oliver Stone. No lo asustó trabajar con actrices mayores que él, no le preocupó codearse con actores extraordinarios (Newman y Hoffman ganaron el Oscar por los films que hicieron junto a Cruise) y se entregó a directores realmente buenos. Muchos dudaban todavía de su talento, pero otros comenzaron a tener en cuenta los riesgos que tomaba el actor. Nacido el 4 de Julio representó, además, la primera nominación al Oscar para Tom Cruise.
En los años ’90 arrancó con algo más de dudas, sus films no fueron tan valorados por la crítica y en promedio, el primer lustro de esa década parecía mostrar un estancamiento.
Como le ocurre a la mayoría de las estrellas, parecía que a Cruise le había llegado el momento de estabilidad y la falta de riesgo. Igual, esto era sólo aparente: en Cuestión de honor se enfrentó a Jack Nicholson y en Entrevista con el vampiro apostó a formar un elenco de galanes. Pero el salto sin retorno, el momento en el cual Cruise se instala con fuerza y de forma definitiva es 1996. Allí realiza dos films muy distintos, ambos inolvidables: la comedia romántica Jerry Maguire (que le trajo su segunda nominación al Oscar) y Misión: Imposible, dirigida por el maestro Brian De Palma. Todo el público conectó con Cruise. Desde las frases inolvidables de la historia de amor a las escenas memorables de acción, el mundo estaba en sus manos. Su personaje de Ethan Hunt inaugura una franquicia basada en la vieja serie televisiva Misión: Imposible que será lo que le dé, sumada, la mayor cantidad de éxitos de taquilla de su carrera.
La década del ’90 cerró de forma sublime. El veterano y mítico director Stanley Kubrick lo dirigió a él y a Nicole Kidman (esposa de Cruise por aquellos años, con quien trabajó varias veces) en Ojos bien cerrados. Un rodaje también rodeado de misterio e historias. Era el final de la carrera de Kubrick y un proyecto de riesgo respaldado por completo por Tom Cruise. Luego vendría un pequeño y polémico personaje en Magnolia, de Paul Thomas Anderson, que le valió otra nominación al Oscar.
Y algo que queda claro también es que, a diferencia de lo que le ocurre a otras estrellas, Tom Cruise no tiene problema alguno en hacer roles pequeños o apariciones especiales. Muchas de gran riesgo, muchas con un enorme sentido del humor. Siendo productor de varios films y con un enorme poder en Hollywood, Cruise avanzó y avanzó, trabajando no sólo por la recaudación de millones de dólares, sino por el buen cine. ¿Cuántas estrellas pueden dar la lista de directores que tenemos en la filmografía de Cruise? Repasemos: Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Ridley y Tony Scott, Brian De Palma, Stanley Kubrick, Steven Spielberg, Michael Mann, Bryan Singer, John Woo y más. Con Spielberg metió dos éxitos enormes: Minority report: sentencia previa y La guerra de los mundos. Con Michael Mann asumió en Colateral: lugar y tiempo equivocado, otro rol enorme, un asesino con el pelo canoso, el villano del film. El resultado fue memorable, uno de sus mejores papeles.
En Operación Valquiria asumió el rol de, nada menos, que un oficial nazi que participa de una conspiración –obviamente fallida– para asesinar a Hitler. En Una guerra de película se jugó por un maquillaje enorme, que incluía calvicie, brazos peludos y una enorme panza que bamboleó en el baile del final. En Leones por corderos se puso en la piel de un senador cínico y siniestro, pero carismático. Cruise también protagonizó polémicas y su excentricidad le jugó en contra varias veces. Se tejieron muchas historias alrededor de él cuando tuvo, con su tercera mujer, Katie Holmes, una hija llamada Suri. La cienciología fue, al menos por un tiempo, motivo debates.
El público fue indiferente a esto a la hora de ir al cine, y fueron los medios los que más se preocuparon. Paramount le terminó un contrato en común y como respuesta Tom Cruise decidió simplemente recuperar United Artists por sí solo. Cosa que logró, por supuesto. Pero es el propio Cruise el que tal vez explica el secreto de su éxito y su energía enorme: “Amo todo lo que hago. Y me siento muy orgulloso de lo que hago. No puedo hacer las cosas a medias. Si voy a hacer algo, lo hago de punta a punta.” Tal vez sea ese el secreto de su éxito, tal vez esa sea la fórmula para cualquier logro. Mientras tanto, Tom Cruise, de 50 años y cara siempre juvenil presenta Oblivion, termina otras dos películas y ya está listo para lanzarse a una nueva entrega de Misión: Imposible. Evidentemente, nada parece imposible para Tom Cruise.
TIEMPO ARGENTINO