Murió el escritor que inspiró a los movimientos de indignados

Murió el escritor que inspiró a los movimientos de indignados

Por Manuel Alfieri
Tras una extensa trayectoria dedicada a las luchas del campo popular, el referente de los indignados, Stéphane Hessel, murió el 27 de febrero a los 95 años. El activo escritor francoalemán y ex combatiente de la resistencia durante la Segunda Guerra Mundial luchó por los derechos civiles, contra los prejuicios, el conservadurismo y las injusticias del capitalismo. Pero recién cobró fama mundial en 2010, cuando publicó ¡Indignáos!, el exitoso manifiesto de sólo 32 páginas que inspiró al movimiento de resistencia pacífica en Grecia y España, y que luego se extendió por toda Europa.
Nacido en 1917 en Berlín, Hessel se trasladó a París en 1925, junto con su padre, el escritor Franz Hessel, y su madre, la pintora Helen Grund. Allí pasó la mayor parte de su vida, donde adquirió un amor fraternal por la cultura, la poesía y la literatura. Sobre todo, por los escritos del maldito Baudelaire. Como protesta al régimen de Adolf Hitler, en 1937 adoptó la ciudadanía francesa. Durante su etapa como estudiante, a principios de los ’40, viajó hasta Londres en plena guerra y se adhirió al comité de la Resistencia del general Charles de Gaulle.
En marzo de 1944, Hessel trabajó como voluntario para una misión en Francia, pero fue arrestado por la Gestapo. Allí debió sufrir el terror y la tortura del Tercer Reich en los campos de concentración de Buchenwald y Mittelbau-Dora, donde fue condenado a muerte. Pero sobrevivió.
Después de trabajar cargando y desnudando cadáveres, logró cambiar su identidad con la de un prisionero francés y consiguió escapar, pero fue capturado. Pero logró saltar del tren que lo llevaba hasta Bergen-Belsen y se sumó a las tropas estadounidenses que entraron en París en mayo de 1945.
Una vez terminada la guerra, trabajó como diplomático y participó en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que la ONU aprobó en 1948. Más tarde, fue embajador de ese organismo en Ginebra.
En una entrevista con Tiempo Argentino, publicada en mayo de 2011, Hessel defendió los procesos de integración de América Latina. “Soy un gran fan de la manera en la que los países latinoamericanos están tratando de juntarse y comprometerse a trabajar juntos. De esa manera, son más libres de la influencia de los Estados Unidos. Eso es muy importante. Lo mismo deberíamos hacer en Europa: unirnos”, aseguró.
Destacado testigo de su tiempo y declarado hombre de izquierda, entre 1981 y 1995 Hessel ocupó diversos cargos en el Ministerio del Exterior durante la presidencia de François Mitterrand.
En 2010 publicó el libro ¡Indignáos!, una suerte de manifiesto de 32 páginas que vendió millones de ejemplares en más de 100 países. Hessel fue invitado a encuentros sindicales y eventos ecológicos, en los que arremetió contra la política del capital. Así, se transformó en el padre intelectual del joven movimiento que dio la vuelta al mundo llamando a la insurrección pacífica contra los poderes del capitalismo.
Desde ¡Indignáos!, Hessel mostró su preocupación por la desigualdad, los problemas medioambientales y la precaria situación –económica, social, laboral– de la juventud. Reclamó compromiso, acción y participación. Exigió, también, una “democracia genuina”. Y pidió movilización a una sociedad acostumbrada a refugiarse en el cómodo sofá de su casa. Con 93 años, logró conectarse con millones de jóvenes que veían cómo la crisis mundial les negaba un futuro.
Con su vitalidad intacta hasta casi el final de sus días, no dejó de viajar, de conceder entrevistas y de dar conferencias. El mes que viene se publicará el testamento político de Hessell, titulado con una breve pero simbólica frase: “¡No se rindan!”.
TIEMPO ARGENTINO