El triste aniversario de la silla eléctrica
Las últimas palabras de William Kemmler estaban dirigidas a su ejecutor en la silla eléctrica: "Tenga cuidado, no tengo prisa", dijo antes de que el 6 de agosto de 1890 le cubrieran la cabeza con un saco y le pusieran un electrodo en su cráneo...