Los libros, antídoto a un mundo de muros y en crisis

Los libros, antídoto a un mundo de muros y en crisis

Por Ezequiel Viéitez
Con mucha efervescencia en los debates, la 31a. Feria del Libro de Guadalajara (FIL) cumplió sus primeros tres días el 28 de noviembre. La figura más convocante fue, hasta ese momento, el francés Emmanuel Carrére, que el sábado recibió el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances en un multitudinario acto de inauguración Allí fijó una postura ética respecto de la no-ficción. Y profundizó en su estilo narrativo: hechos reales sin ocultar el “yo”, las sensaciones más íntimas del autor. “Un escritor que habla de sí mismo detiene la experiencia cuando quiere y aunque sea muy sincero, muy audaz, muy exhibicionista, en el fondo no arriesga demasiado. Pero cuando involucra a personas reales, se arriesga a las¬timarlas”, indicó. Su mensaje fue un llamado a contar toda la verdad pero sin dejar de lado la responsabilidad hacia los seres retratados.
Mientras Carrére se preparaba para más presentaciones que tuvieron y tendrán lugar, otra herida, la de la realidad urgente, se coló en las charlas de la feria. Una tensión que se vuelve visible apenas se pisa el predio de la FIL. Tres títulos aparecen, en carteles o en estantes: Contra Trump, panfleto urgente (Debate), del escritor mexicano Jorge Volpi. Donald Trump, once razones para despedir a un presidente (Planeta), libro de ensayos firmado por intelectuales aztecas, y Contra el separatismo (Ariel), del filósofo español Femando Savater, texto que define el nacionalismo como “un sueño narcisista” y condena las acciones independentistas en Cataluña que, según el autor, forman parte de un fenómeno global. El temor a los discursos que fomentan el odio y los modos en que debe reaccionar la intelectualidad fueron ejes ineludibles en estos días inaugurales.

Ya en la ceremonia de apertura, el presidente de la FIL, Raúl Padilla López, había señalado: “Al silencio violento de un muro hay que responder con el entendimiento de la poesía y la cultura”. La alusión a la tensión en la frontera norte, clarísima. En el mismo acto y tras enfatizar las virtudes del multiculturalismo, la alcadesa de Madrid -la ciudad invitada-, Manuela Carmena, había defendido el valor de los libros porque, tomando palabras de la historiadora norteamericana Lynn Hundt, “no hubiese habido derechos humanos si no hubiesen existido libros; la literatura de correspondencia (epistolar) fue la que permitió conocer la sensibilidad del otro y saber que todos somos iguales”. Apenas pronunció la última palabra estalló un aplauso cerrado.
México, que a lo largo de su historia construyó una cultura nacional potente, está inquieto. Incluso, una conferencia de prensa que ofreció Paul Auster al presentar su novela 4321 derivó en preguntas sobre el tema. El premiado autor dijo que en una época de transformaciones, “uno de los problemas es el surgimiento del populismo en todo el mundo. Está pasando en los
Estados Unidos y en Europa”. Al presidente Trump, él ni siquiera lo llama por su nombre: “Cuando hablo de él, lo llamo el presidente número 45 de los Estados Unidos”, recalcó.
El tema más caliente continuó en el ciclo Los acosos a la civilización, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad de Guadalajara (UDG). El espacio, que tendrá más presentaciones en los próximos días, se propone analizar el crecimiento de las “narrativas de la segregación”. En ese marco, el escritor holandés Rob Riemen disparó: “Vivimos una crisis de individualización”. Y, encendido, opinó que los ciudadanos de hoy han perdido responsabilidad moral hacia el prójimo. Para él, la solidaridad “ya no es un práctica común” y eso está fomentando liderazgos peligrosos.
Allí mismo, el filósofo Gilíes Lipovetsky salió al cruce. Dijo que si bien existe un “neoindividualismo”, jamás “hubo tantos benévolos”, y puso como ejemplo el trabajo asociativo, al punto de que en Francia 12 millones de personas estén registradas en actividades comunitarias no rentadas. En esa línea, habló de una “solidaridad a la carta”, más personal que en otros tiempos, pero que de ninguna manera “es sinónimo de egoísmo”.
En la misma mesa, Eufrosina Cruz, política indígena mexicana, introdujo otro matiz: los muros de la segregación de los pueblos originarios. La discusión sobre un mundo que parece cerrar fronteras se percibió intensa y promete más capítulos.
Como bálsamo ante tanta inquietud, el domingo el francés Carrére volvió a encabezar una presentación a sala completa. Lo homenajearon, entre otros colegas, la mexicana Guadalupe Nettel. “Carrére me ha enseñado a ver a los demás, antes que nada, con empatia y la necesidad de entenderlos”, señaló. “La mayoría de mis colegas se protegen con un cinismo a prueba de balas que, con los años, se vuelve maldad”, dijo la ganadora del Premio Herralde 2014, para diferenciar al consagrado escritor francés, al que definió como dueño de una particular sensibilidad humanista. El autor de Limónov y De vidas ajenas -que presenta aquí Conviene tener un sitio adonde ir, libro de ensayos que llegará a la Argentina en febrero- tendrá otro momento estelar mañana, cuando se reúna a dialogar con mil jóvenes mexicanos, en otro de los ciclos que organiza la feria.
CLARIN