GPS Chacarita: un oasis de bellas artes

GPS Chacarita: un oasis de bellas artes

Por Judith Savloff
Las ramas de los jardines están peladas pero desde la vereda se oye el canto de pájaros escondidos. A un par de cuadras del trajín de Chacarita, de las estaciones de subte y tren y del tránsito incesante, está este barrio, el Barrio Parque los Andes, edificado a fines de la década de 1920 para reubicar a los trabajadores fuera de los conventillos, y devenido hoy en un remanso. Casi, un mundo aparte. Calmo. Se ven sus edificios bajos vestidos de ladrillo, los techos de tejas decorados y los patios sembrados de árboles y plantas. No es casual que esas “viviendas baratas”, las de la “Primera Casa Colectiva Municipal”, según consigna aquí una placa, parezcan hoy de cuento, soñadas.
Ese Barrio no es la única joyita que suele pasar desapercibida en Chacarita. No sólo por el cementerio, con el mausoleo de Gardel y el panteón de la Sociedad Española de Socorros Mutuos “inspirado en un templete de El Escorial de Madrid”, entre otras obras de “valor patrimonial”, que señala el investigador Hernán Vizzari, creador de www.cementeriochacarita.com. ar y el Museo Funerario Virtual.
Quizá, comparado con esto, el Parque Los Andes parezca modesto. Pero no lo es en historia (ni en la gracia de sus tipas). “Fue un cementerio entre 1871-5, durante la epidemia de fiebre amarilla”, recuerda Vizzari. Y cobija el monumento Los Andes, un imponente homenaje a etnias de la cordillera. Más allá está el mirador Comastri, una coronita hecha de hierro y vidrio para una villa de estilo renacentista italiano. Y el Teatro Regio, que evoca al barroco español.
Si no quiere salir de la zona del Parque, ahí nomás hay un bar donde se cuenta que se oyeron zapadas de Pappo y donde David Byrne, ex Talking Heads, filmó un video de La Portuaria. El Rodney, una leyenda, donde sigue sonando rock. Otra música para descubrir Chacarita cuando los pájaros duermen. Otra forma, bohemia, de sus bellas artes.
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Posible recorrido:
1) Los Andes. Así se llama este monumento que el escultor argentino Luis Perlotti (1890-1969) creó en 1941 en homenaje a etnias de la cordillera (foto arriba). Es de bronce y mide tres metros de alto. A su izquierda, muestra un figura con arco, flecha y quillango (vestimenta hecha de piel de animales), que representa a los onas, del sur. En el centro, como en un trono con un ¿hacha? a modo de ¿cetro?, aparece un cacique tehuelche. Sin dudas, impasible. Y a la derecha, un calchacquí, con una pechera que evoca los tejidos incaicos, una pieza de alfarería típica entre las manos y una rodilla sobre la tierra labrada. Está en la plaza, mirando hacia avenida Corrientes, entre Olleros y Maure.

2) Oasis. Al Barrio Parque los Andes lo diseñó el arquitecto argentino Fermín Bereterbide (1895-1979) como de “casas baratas” y lo inauguraron entre 1927-8 en un predio de más de 13.000 m2. Ofrecía áreas comunes (teatro, playones deportivos, una fuente), materiales nobles (mármoles y piezas de roble) e innovaciones para la época (agua caliente, conductos para eliminar residuos y carbón de estufas y teléfono).
Conserva buena parte de aquello, un manto de ladrillos, un colchón de árboles. Y sobre todo, calidez. Alma de barrio.
Por las terracitas, los techos pintados y los jardines con banquitos que se dejan ver, la vuelta a la manzana de Guzmán, Concepción Arenal, Rodney y Leiva vale la pena, incluso bajo el sol más tibio del invierno.

3) Rodney. Primero hubo una pulpería y en 1978 abrió el primer bar en el sentido “moderno”. Cerraría varias veces pero es de leyenda que por ahí pasaron Pappo y Charly García, entre otros grandes. Además de que Diego Frenkel le dedicara la canción El bar de la calle Rodney y su banda La Portuaria filmara allí el video de Hoy no le temo a la muerte, Diego Rafecas rodó la película Rodney. El negocio ofrece tapas -“gastronomía de fonda”, según definen- y música, claro. En Rodney al 400.

4) Mirador Comastri. De hierro y vidrio, fue realizado por el arquitecto Eugenio Biagini en la villa de estilo renacentista italiano que la familia Comastri, ilustre en el barrio, le encargó en 1870/5. Fue alquilada. Se usó como escuela. Y aunque la modificaron y quedó casi en ruinas, siguió en pie. Por impulso del tataranieto de Comastri, Agustín, la Junta Histórica local y otras entidades de Chacarita, la vienen recuperando. En Loyola, Bonpland, Aguirre y Fitz Roy. Encanta.

5) Regio. Así bautizaron los vecinos a este teatro con rasgos del barroco español, construido en 1929. Casi todos se acuerdan de una gran novedad de entonces: techo corredizo para refrescarse en verano. En su sala hubo box y cine. Cantó Gardel. Y, con capacidad para 600 espectadores, desde el año 2000 integra el Complejo Teatral de Buenos Aires. Los murales de Ariel Mlynarzewicz, 8 paneles, aportan color. Las ventanillas y los farolitos son preciosos. Las pintadas de la fachada, una pena que debería borrarse. En Córdoba 6056, casi Colegiales.
CLARIN