Modigliani, un artista con obras escasas que hoy son disputadas por millonarios

Modigliani, un artista con obras escasas que hoy son disputadas por millonarios

Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Nacido en Livorno (Italia) en 1884, ya a los 14 años Amadeo Modigliani estudiaba pintura en su pueblo. Luego, viajó a Florencia y Venecia, donde es más recordado por sus fechorías que por sus estudios. Se radicó en París a los 22 años y allí vivirá hasta que –luego de muchos desarreglos y una tuberculosis– fallece a los 35 años. A su llegada a París, en 1906, traba amistad con Kees Van Dongen; Pablo Picasso; Chaim Soutine; Henri Toulouse Lautrec y el mexicano Diego de Rivera. Siempre manifestó su deseo de ser escultor más que pintor y durante cinco años trabajó en piedra, mármol y madera realizando unas 30 esculturas, que tienen en el arte africano y en su amistad con Constantin Brâncusi, las mayores influencias. Debe abandonarla por sus problemas respiratorios.
Sólo trabajó 13 años y realizó menos de 400 pinturas. Y el problema de la autenticidad de sus obras ha llevado a que se realicen ya cinco catálogos razonados, pero el realizado por el italiano Ceroni es el más confiable. Desgraciadamente, desde su fallecimiento en 1970 y ante la gran cantidad de falsificaciones, el tema de la autoría es algo dificultoso en su obra.
En Buenos Aires existían cinco obras pertenecientes a la colección de Rafael Crespo en la calle Cavia. Algunos cuentan que la viuda del coleccionista no era muy adepta a las mismas y que generalmente estaban tapadas por sábanas blancas. Otra obra se encontraba en la provincia de Entre Ríos y ha sido heredada por un menor de edad, y mientras dure el cepo es difícil que salga a la venta.
Nunca tuvo éxito y los 10 francos franceses que le pagaban por sus retratos eran rápidamente consumidos en ajenjo y otras bebidas. En 1916 conoció al marchand polaco Léopold Zborowski que intentará ordenarlo en su vida de desenfreno con muy poco éxito. Al año siguiente conocerá a una bella joven de 18 años, quien había sido modelo del japonés Foujita: Jeanne Hébuterne será su musa y realizará varios retratos y unos 30 desnudos que son lo más buscado de su obra junto con las pinturas de niños.

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Fue Paul Guillaume, el gran marchand cuya colección podemos ver en el Museo de l’Orangerie en París, que también lo acompañó y adquirió seis obras que hoy podemos ver en el museo. En nuestro Museo Nacional de Bellas Artes se expusieron, en 1936, las obras de la colección Crespo, y actualmente podemos admirar tres pinturas que pertenecían a la colección González Garaño y Di Tella.
Realizó unos 1300 dibujos y algunos pocos grabados. Sus 400 pinturas tienen el retrato como tema permanente, siguiendo las enseñanzas de la época que consideraban a la figura como el tema fundamental de la pintura. La mayoría son de tamaños medianos y solamente realizó una obra de cuerpo completo que mide 150 cm de altura. Generalmente son retratos de medio cuerpo y los más de ¥ de perfil suelen ser de mayor tamaño llegando al metro. Sus desnudos grandes suelen tener 116 cm de largo, como el de una colección suiza que se ofrecerá en subasta de Christie’s en noviembre y por el que aspiran superar los u$s 100 millones. Una de sus pinturas se vendió privadamente en u$s 120 millones y el comprador fue un ruso, que es el candidato número uno para llevársela. Algunos sostienen que no lograrán venderla (Wall Street Jounal), ya que el mayor precio de una pintura fue el año pasado en u$s 69 millones.
Grandes precios han tenido sus esculturas, hace 5 años en París aspiraban a vender una de sus cabezas en piedra en u$s 5 millones y finalmente se vendió en u$s 57 millones; y el año pasado apareció otra y se pagó u$s 71 millones. Sólo quedan ocho en manos privadas y los bronces que hay fueron realizados con autorización de su hija Jeanne y son póstumos.
En los últimos 15 años sus precios se triplicaron y salieron a la venta 70 pinturas, la mitad de ellas superaron los u$s 5 millones. Pintor fácilmente reconocible, con vida de drama y de leyenda, creemos que siempre habrá una gran demanda para sus obras, al ser tan pocas y haber tantos museos con deseos de poseerlas, veremos grandes precios. También en noviembre se ofrece un retrato de otra de sus modelos preferidas (Paulette) que era de la colección de Alfred Taubman, que fue CEO y propietario de Sotheby’s y que superará los u$s 30 millones. Es de los artistas más personales y nostálgicos del arte universal.
EL CRONISTA