Santiago Segura: el maestro de la ironía fina

Santiago Segura: el maestro de la ironía fina

Por Miguel Egaña
Comenzó en la industria del cine como doblador de películas porno. Financió sus primeros cortometrajes con el dinero que ganaba en concursos televisivos. Participó en películas de Hollywood y se consagró como actor en el día de la bestia, de Alex de la Iglesia, papel que le valió un premio Goya.
¿Cómo presentamos a Santiago Segura? ¿Director de cine, guionista, actor, productor, conductor de televisión, showman?
Si me das a elegir, preferiría ser presentado como sex symbol alternativo (risas). Si no, cualquiera de las opciones que mencionas está bien.
Empezaste financiando tus trabajos con el dinero que ganabas en concursos de televisión. Si en aquellos momentos hubiera existido un reality como Gran hermano, ¿te hubieras presentado?
¡Sin dudarlo un instante! Lo que dudo es que me hubiesen escogido.
¿Qué significó para tu carrera El día de la bestia?
Tengo entendido que al principio no contaban con tu participación. El papel era para Javier Bardem, pero afortunadamente Javier lo rechazó y pude pasar a la historia del cine español, aunque fuese como reemplazo.
¿Pensás que ganaste ese premio Goya por hacer de vos mismo?
Hombre, yo no lo pienso, pues sé como soy yo mismo. Era un papel complejo, muy elaborado y alejado de mi sofisticada personalidad. Mi gran calidad actoral es lo que pudo confundir a algunos que pensaron que eso no era un papel, sino que era simplemente un desgraciado politoxicómano de barrio periférico al que le habían puesto una cámara delante.
El verdadero salto a la fama llegó con el éxito de Torrente. ¿Te sorprendió?
Me sigue sorprendiendo incluso que el sol salga cada mañana.
¿Torrente es un personaje únicamente español o puede extrapolarse al resto de los países? ¿Cómo te lo imaginás en Argentina?
Torrente es universal en su miseria y su pequeñez. En Argentina me lo imagino perfectamente, con su propia idiosincrasia y ajustando mínimamente cuatro particularidades.

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¿Torrente puede considerarse una saga o es más bien una “dosis”, una necesidad que el público español tiene cada cierto tiempo?
Es una saga de comedia que la gente disfruta. Para muchos, debería hacer una película de Torrente cada año. Prefiero hacerlas cada tres o cuatro para no saturar los cerebros de mis fans con las podredumbres torrentianas.
¿Qué hay que hacer para aparecer en Torrente? No todos los que quieren lo consiguen.
Ya. Por cierto, ¿qué hay que hacer para aparecer en una película de Scorsese? ¡Es que eso me interesa! De hecho, cambio una participación en una película de Torrente por una en la próxima de Scorsese (risas).
¿Te imaginás a Torrente doblando una película porno? ¿Quizás en Torrente 6?
Doblando una, no, pero quizás presentándose a un casting para hacer una porno de bajo presupuesto. Ese tipejo haría cualquier cosa por un poco de sexo.
Por cierto, ¿Están poniéndote el listón muy alto para Torrente 6? Parece difícil sorprender con un guión que supere la realidad política actual en España.
Sí, lo cierto es que había pensado hacer la siguiente fuera del país, pero es que la realidad política mundial también parece ya un guión de Torrente. Quizás Torrente, misión en Marte pueda ser una buena idea. Los marcianos están aún sin explotar (risas).
Entre Torrente y Torrente, la televisión es tu hábitat natural. El secreto de Santiago Segura para estar tan presente y con tanto éxito ¿es que es un gran actor o, simplemente, un descarado que cae bien?
Lo de gran actor, no. Descarado, un poco. Y ¿que cae bien? Pues depende a quien (risas). ¿Cómo manejás el tema de tu salud a la hora de subir tanto de peso para interpretar a Torrente?
Mi salud está en un estado lamentable. Espero que algún día se me reconozca el esfuerzo hecho en pro del séptimo arte.
¿Cómo fue trabajar con Alee Baldwin y qué significa su participación en Torrente 5?
Fue genial descubrir que una megaestrella de Hollywood podía ser un tipo buena onda, accesible, amable, colaborador, divertido, muy humano e hiperprofesional. Justamente, al contrario que yo, pero claro, también es cierto que yo no soy una megaestrella de Hollywood (risas).
Siendo una de las personas más conocidas de España, ¿cómo hacés para que casi nadie sepa detalles de tu vida privada?
Intentando evitar este tipo de preguntas, por ejemplo.
¿Qué te gustaría ser de grande?
¡Me gustaría ser joven! Parece un despropósito, pero miren a Susana Giménez (risas).
¿Cómo te trata el público argentino? ¿Qué te parece Buenos Aires?
Me tratan con un cariño, una amabilidad y un exceso de afecto peligrosos. En cualquier momento me quedo a vivir aquí y ya no se podrán librar de mí. Me encanta, además la última vez que vine me hicieron “Huésped de honor”, me dieron una medallita y todo. Así, ¿cómo no voy a querer volver siempre?
REVISTA MIRADAS