Después de una fiesta así, querés volver a ser campeón a los 10 minutos

Después de una fiesta así, querés volver a ser campeón a los 10 minutos

Artículo publicado por el diario La Nación el 30 de octubre de 2014.

Por Manu Ginóbili
Que otra noche especial. Es la cuarta vez que me tocó vivir algo así. No me acordaba exactamente las sensaciones de ese momento emotivo. Hay instantes que te movilizan, como cuando pasan el video en la pantalla gigante, cuando agarrás por primera vez el anillo, cuando descubren la bandera con el nuevo título… Son momentos en los que la gente se vuelve loca y flaqueás un poco. Se respira un ambiente diferente al que se puede generar si uno vive la ceremonia en soledad. Con 19.000 personas, con tu familia mirando todo, con tus compañeros que vivieron lo mismo que vos, se multiplica el efecto. Fue una noche fantástica. Para mí es muy bueno todo eso porque carga las pilas. Después de una fiesta así, entrás a la cancha y querés volver a ser campeón en los primeros 10 minutos. Te querés comer vivo al que está enfrente. Es así.
De todas maneras rápidamente hay que bajar un cambio, poner los pies sobre la tierra, calmarte un poco, pero para iniciar sirve, te motiva de otra manera. Porque el primer partido del año puede ser menos especial, pero esta vez fue espectacular. Y justo contra un equipo con el que hay una rivalidad importante, con el que el año pasado en playoffs llegamos al séptimo partido. Además, Dallas es uno de los favoritos también porque se reforzó muy bien. Se dieron una combinación de cosas que ayudaron a que fuera un día especial. También ayudó que pude jugar bien por primera vez en la temporada, así que fue una gran arranque, había atmósfera de playoffs.
La ceremonia sirve para cerrar un círculo: salimos campeones, festejamos, durante el receso vas viendo lo que lograste en algunos compactos, pero en el debut hay como un cierre y un inicio de ciclo muy marcado con una pelota al aire. En esa acción arranca una carrera nueva en la que todos empiezan de cero. Nosotros no empezamos con un récord 20-2 por ser campeones, comenzamos todos desde el mismo punto de partida. Y así comienza una etapa cargada de dificultades en donde uno pretende volver a vivir lo que logró en la última temporada.
Sabemos que no es fácil repetir la producción que mostramos en la final ante Miami, pero no sentimos presión por volver a hacerlo. Incluso, pienso que habrá varios equipos que intentarán hacer lo que nosotros hicimos. Vieron que ese tipo de juego da réditos. Pero nosotros quizá tenemos la ventaja de que sabemos que podemos hacerlo, aunque entendemos que va a ser complejo alcanzar el nivel de ejecución que se vio en la final. Es que hicimos todo casi a la perfección. Lo bueno es que sabemos que podemos llegar allí. Ahora estamos muy lejos de eso, si bien contra Dallas jugamos mucho mejor de lo esperado, tenemos un largo camino por recorrer. El objetivo es alcanzar el nivel que mostramos en la final ante Miami. Cuando creamos que estamos jugando bien, seguro vamos a ver aquellos videos y nos vamos a dar cuenta que todavía falta para llegar hasta ese punto. Por eso es un lindo desafío repetirlo. Nuestro objetivo no tiene que ser jugar así en noviembre, sino poder hacerlo en abril. Ahora tenemos que enfocarnos en recuperar a los averiados (Leonard, Splitter y Mills), porque los extrañamos y los vamos a extrañar hasta que vuelvan. Quizá con Patty Mills es diferente porque sabíamos que hasta enero no lo íbamos a tener, pero Tiago y Kawhi son jugadores que no esperábamos perder y son fundamentales para nosotros.
Lo bueno es que siempre contamos con herramientas para lograr lo que necesitamos. Duncan fue fantástico, tuvo un momento en el segundo tiempo en el que dio clínica de básquetbol. No va a ser el más rápido, puede pasar que ahora no sea el mejor defendiendo el pick and roll o no llegue a lo más alto para una tapa, pero uno sabe que él va a estar en donde tiene que estar. Con sus fundamentos y con su envergadura física saca una ventaja tremenda. Es una garantía tener un jugador así en el campo. Había estado impecable el año pasado, así que en 4 meses no cambian tanto las cosas. Es una de nuestras armas importantes.
Por suerte para mí fue un buen partido también, porque medio que la estaba pateando antes del arranque. Es verdad que en la pretemporada había perdido muchas pelotas y no había estado fino con el aro. Tal vez fue la carga emocional del debut, no lo sé, pero me ayudó a modificar eso. Porque no estaba entrenándome mal como para estar bajo en esos rubros. Y la verdad es que en ese contexto, era más probable que me fuera mejor en el partido con Dallas, que lo que lo estaba haciendo antes del debut. Tarde o temprano iba a cambiar y por suerte se modificó cuando importan más la victorias. No lo tomo como que esto va a ser lo estándar, para nada. Jugué un buen partido después de varios no tan buenos.
Todo ayuda en este nuevo proceso que iniciamos, porque ahora está con nosotros Ettore Messina, que es alguien que vio las finales desde afuera, que entiende muy bien el juego, que tiene mil batallas peleadas y que nos puede dar una mirada alternativa, no la típica mirada NBA de los que están tan sumergidos en ese mundo. Es un técnico que lleva muchísimos años como entrenador en jefe en FIBA, que dirigió Euroliga, que estuvo en varios países. Seguro que va a sumar mucho al equipo, donde se está buscando la química ideal entre lo que naturalmente nos da siempre Pop y lo que puede aportar Ettore. Ellos ya se conocían de antes, pero nunca trabajaron juntos. Se están conociendo y tratando de hacernos jugar lo mejor posible. Lo bueno es que los dos son ganadores y tienen mucha experiencia. Seguro que entre los dos nos pueden hacer más fuertes. Y lo mismo puede suceder con Becky Hammon, porque es una mirada más. Ella vivió otro tipo de básquetbol, tiene una visión distinta y fue una gran jugadora. Cuantos más pares de ojos sumás a algo, es posible que tengas más posibilidades de llegar a una solución.
Será una temporada larga y muy dura. Todos van a ir detrás del título y en cada Conferencia habrá mucha competencia. En el Este se produjeron cambios más drásticos, en dos equipos: Chicago y Cleveland. Los Bulls con Rose y con Gasol, se rearmaron muy fuerte y Cleveland, encabezado por LeBron, tiene una cantidad de nombres que impresionan. Es posible que ellos dominen la escena y no lo haga tanto Indiana, como en la última temporada. Indiana ahora tiene más trabajo, porque cambiaron un jugador muy importante como Lance Stephenson y perdieron otro determinante como Paul George por lesión. No va a ser fácil para el equipo de Luis, van a tener que reordenar un poco el equipo y seguro serán grandes favoritos a estar en playoffs, van a estar en la definición, pero no sé si son tan claros candidatos para jugar la final de Conferencia como la temporada pasada.
Del lado nuestro, el Oeste, no hubo tantos cambios, y será tremendamente complicado. Oklahoma, por más que perdió a Durant por un mes, siempre es favorito porque tiene un talento y un atletismo que sobresale de la media. Portland es un equipazo, Houston y Dallas están muy fuertes y con un año más de experiencia y con golpes que los van a hacer crecer. Phoenix está creciendo y Golden State es siempre un equipo picante que le puede ganar a cualquiera en cualquier momento. A diferencia del Este, donde parece que la lucha no saldrá de esos cuatro equipos, en el Oeste todo es parejo y muy duro. Intentaremos repetir el récord del año pasado, pero no va a ser nada fácil.
LA NACION