Manu Ginóbili: “gana el más duro y el más inteligente”

Manu Ginóbili: “gana el más duro y el más inteligente”

Por Manu Ginóbili
Ahora que estamos lejos del próximo partido, no dudo si me tengo que levantar temprano. Me acosté a las 3 y me levanté a las 8, pero el tema de los chicos me ayuda mucho a desprenderme de toda esa carga de los juegos. Después duermo una siesta porque si no estoy muerto, pero es lo mejor que hay. Los tengo dando vuelta por acá, salimos a pasear por el barrio.
Con Oklahoma tuvimos una serie bastante atípica. No digo que sea imprevisto que en los primeros juegos nos saquemos 20 puntos uno al otro, después la cosa se acomoda. Acá llegamos hasta el quinto partido con ventajas muy grandes para uno y para el otro. Nunca me había pasado. Pero estamos contentos, logramos lo que queríamos, que era ganar todos nuestros partidos en casa y tuvimos el sexto para pelearla y por suerte ser cerró.
El último fue muy duro. Tener a Tony a media máquina es muy complicado para nosotros porque no nos sobra nada. Lo veíamos renquear, cuidándose, y en el entretiempo Pop le dijo que no podía jugar más así. El panorama no era bueno. Estábamos siete puntos abajo, sin Tony y de visitante contra un equipo con enorme talento… pensamos que se nos iba el partido. Pero al mismo tiempo, nos dimos cuenta de que jugando mal no estábamos tan lejos. Si jugábamos como lo hicimos toda la serie acá que podíamos tener una chance. Y fue impresionante. El tercer cuarto jugamos de manera impresionante, moviendo la pelota estuvimos impecables y cuando nos pusimos nueve arriba sentimos que podíamos ganarlo.
La jugada del triple en el final del partido estuvo diagramada exactamente así. Pop me dijo: “Salí a tirar de tres y ganalo”, así que eso hice. Me dieron una instrucción y ejecuté. Salió bien. No sé cómo entró, porque no es un tiro de los que yo acostumbre hacer, de recibir y tirar. Es más un tiro que suelen tomar Patty Mills, Belinelli o Danny Green. La idea era recibir y tirar, ni siquiera vi que Fisher estaba en el piso después de la cortina.
En la serie en general, sin Ibaka no teníamos un plan muy detallado en la ofensiva. Hacemos lo nuestro, con más indicaciones defensivas que otra cosa. Teníamos que jugar a lo que jugamos siempre, pasar la pelota, buscar al que está libre para tirar.
En esos dos primeros juegos se nos abrió la pintura más de lo que se abre habitualmente. Porque Ibaka está siempre cerrando, tapando agujeros. Así que en el arranque tuvimos un poco de todo, con juego adentro y metiendo triples también.
A ellos le sirvió mucho la vuelta de Ibaka porque arrancó con todo, poniendo tapas y en ningún momento se notó que tuviera problemas físicos. La gente enloqueció con él y metieron mucha presión.
Cuando volvió cambiaron algunas cosas. Nosotros jugamos con Tiago y Tim en la inicial, y se empezó a cerrar todo. Ibaka está siempre ahí y lo ayudaban Perkins o Adams. Empezamos a depender más del tiro exterior.
En el quinto juego, Pop decidió sacar a Ibaka del medio, así que no jugamos con Tim y Tiago al mismo tiempo. Entró Bonner de titular para obligar a Ibaka a hacer un recorrido mayor para marcarlo o tomar el riesgo de dejarlo libre. Las parejas de los internos siempre tenían alguien más abierto de nuestro lado.
De todos modos no creo que haya algo puntual que desequilibra la serie. Simplemente jugamos mejor, defendimos distinto en los juegos cinco y seis. Después termina ganando el que es más duro y el que es más inteligente. Lógicamente cuando es un juego cerrado, se define con un tiro clave que entra y otro que no, pero creo que ser duros e inteligentes es lo que nos llevó al suplementario.
Jugar contra Kevin Durant y es realmente muy jodido. Tratás de incomodarlo un poquito, que reciba la pelota un par de veces menos por cuarto, pero después confiás mucho en la defensa de equipo.
Me tocó marcarlo por motivos estratégicos; era él o Westbrook. Pop quiere a los bases lejos de otros jugadores porque ellos hacen muchas cortinas. En los cambios, la desventaja era mayor si lo tomaba Tony. Jugás con una desventaja tal que es muy difícil explicarlo.
Pero repito, lo más importante es la defensa grupal. Si fuera tenis yo perdía 6-2 y 6-2 con Durant. ¡Es el mejor del mundo! Si tenía un set inspirado podía sacarle un 6-4. Él mide 10 centímetros más, corre más rápido que yo, salta más que yo. Te puede asustar, pero eso es lo bueno de tener un equipo. Hay que estar atentos y confiar en la defensa de todos.
Después de todo eso ya estamos en otra final. La quinta para mí. Estoy orgulloso de pertenecer a un equipo como San Antonio que lleva tantos años estando ahí.
Imagino que la serie con Miami, desde el juego, va a ser muy parecida a la del año pasado. Ninguno de los dos equipos cambió mucho, ni en los nombres ni en el estilo.
Nosotros tendremos que hacer los ajustes defensivos necesarios, porque LeBron no juega igual que Durant y Bosh no tiene las características de Ibaka. Pero ofensivamente nuestro juego es el de siempre. Haremos exactamente lo que hacemos en todas las series: mover bien la pelota, atacar el aro y tratar de no tirar con la defensa encima.
Es lo mismo que nos trajo hasta acá y es lo que tenemos que seguir haciendo bien, porque queremos ganar cuatro juegos más.
LA NACION