Murió Andreotti, figura clave de los últimos 70 años de la vida italiana

Murió Andreotti, figura clave de los últimos 70 años de la vida italiana

Por Dolores Álvarez
Protagonista polémico pero indiscutido de la vida política italiana de posguerra, el 7 de mayo murió, a los 94 años, Giulio Andreotti: senador vitalicio desde 1991, máximo exponente de la centrista Democracia Cristiana y siete veces presidente del Consejo de Ministros de la península. Quienes lo amaban lo recordarán como “el divino Giulio”, un estadista, un dirigente capaz de limar los bordes de los extremismos, conciliar los opuestos y digerir las dificultades. Para sus detractores, en cambio, pasará a la historia como “Belcebú” –el príncipe del demonio, según la Biblia–, un dirigente impregnado de relaciones nebulosas con la mafia y con la Iglesia que, sin escrúpulos y con altas dosis de cinismo, lideró el escenario político de la Primera República. Se lleva a la tumba un mar de secretos y una parte del devenir político del país que los historiadores intentarán por siempre develar.
Emblema del poder que surge en las sombras, Andreotti nació en Roma el 14 de enero de 1919 y, además de ser varias veces premier, ocupó los más diversos ministerios: Defensa, Interior, Exterior, Presupuesto e Industria, Políticas Comunitarias, Cultura, Participaciones Estatales. En 1945 entró en el Parlamento, donde pasó el resto de sus días.
Religioso, estudioso y muy serio, desde joven ya tenía su espalda levemente encorvada y las ideas muy claras acerca de su futuro. Sus primeros pasos como legislador los dio de la mano del máximo estadista de la posguerra, Alcide De Gasperi –ex jefe del gobierno, fundador de la DC y considerado uno de los “padres de Europa”, junto con los franceses Jean Monnet y Robert Schuman (de origen belga-luxemburgués) y el alemám Konrad Adenauer–. Andreotti fue subsecretario del Consejo del Gobierno de De Gasperi con sólo 28 años. También compartió los primeros tiempos de la Federación Universitaria de los Católicos Italiana con Aldo Moro, cinco veces premier y presidente de la DC.
El también periodista y escritor representaba el ala más conservadora y clerical de la DC, y sus adversarios internos a su agrupación eran los partidarios de centroizquierda, como Moro y el ex cinco veces presidente del Consejo, Amintore Fanfani.
En 1954 fue por primera vez ministro de la República –del primer gobierno Fanfani– y en 1972 debutó como presidente del Consejo, liderando el Ejecutivo más breve en la historia política de Italia: sólo nueve días desde la confianza del Parlamento hasta la dimisión.
“El poder desgasta a quien no lo tiene” y “Pensando mal se peca pero se adivina”, fueron dos de sus máximas políticas: mantras que representaron su pensamiento y que lo acompañaron toda su vida, colaborando a la construcción de un personaje rico de luces y sombras que él mismo amaba alimentar.
En política exterior, el romano fue uno de los dirigentes defensores de la necesidad de un diálogo entre Europa y Estados Unidos, y países como la Unión Soviética o China. En política interna, era un convencido posibilista y finalmente sostuvo la apertura de la DC a la izquierda. En 1983 fue electo ministro del Exterior del primer gobierno liderado por un socialista: Bettino Craxi, uno de sus principales adversarios devenido aliado.
En los últimos años, Andreotti vivió envuelto en un aura de olvido, protegido por una familia de la que se ignoran detalles –debido a su extrema discreción–, aunque se sabe que tuvo cuatro hijos, dos mujeres y dos varones. Cuando se enteró de que estaban escribiendo una biografía sobre él, comentó: “No me gustan las biografías de vivo. Pero entiendo que se ocupen de mí. En el fondo, soy un póstumo de mí mismo.”
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