Tras 10 años, reabren el principal museo de Holanda

Tras 10 años, reabren el principal museo de Holanda

Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
Luego de 10 años de obras se reabrió el pasado sábado el Rijksmuseum de Amsterdam. En la reapertura estuvo presente la Reina Beatriz, en la que quizá fue su última actividad pública ya que su hijo será coronado Rey de Holanda el próximo 30 de abril.
Creado en 1800, es uno de los más importantes museos del mundo y el que mejor representa el Siglo de Oro de la Pintura Neerlandesa. Tiene un millón de obras y objetos y se exponen aproximadamente 8.000 obras en 12.000 m2 y 80 salas de exposición. Tuvo varias sedes pero la actual fue inaugurada en 1885. Su estupendo edificio fue realizado por el arquitecto católico Pierre Cuypers que le dio un clima de Catedral. La actual reforma ha sido realizada por los ‘Antonios’ Cruz y Ortiz, dos destacados arquitectos sevillanos que han luchado en esta década de trabajo con el agua que aparecía en las excavaciones y, como si fuera poco, con la oposición de los ciclistas de la ciudad que tenían un paso por el medio del edificio y no querían perderlo. Finalmente se hizo un túnel que es la bicisenda del Museo del Reino (Rijksmuseum).
La colección abarca 800 años de arte y hasta tiene obras realizadas hace tan sólo dos décadas por Karen Appel, el más importante creador del grupo COBRA (Copenhagen, Bruselas, Amsterdam). Posee 21 pinturas de Rembrandt, entre ellas la más importante creada por el artista: ‘La Ronda Nocturna’. Es el título popular de la obra que realmente se llama ‘La compañía militar del capitán’. Fue un encargo y cada uno de los personajes debió pagar 100 florines al autor, que incluso puso una niña que creemos es el retrato de Saskia, su primera mujer.
La obra estaba tan sucia y con el barniz oxidado. Parecía ser una escena nocturna. Pero cuando se limpió y restauró en 1947, se descubrió que la obra refleja el día y no la noche y que son los vigilantes los que van a recorrer la ciudad.
La obra mide 360 x 440 centímetros pero era mayor y fue cortada para que entrara en un emplazamiento anterior. Es la Mona Lisa de los Países Bajos y del Museo del Reino. También poseen cuatro obras de Vermeer, quien realizó tan sólo 36 obras en su vida, ya que se dedicaba a ser marchand y no tanto a pintar. Hay estupendas obras de Frans Hals y varias del gran marinista Van de Velde. La última fue vendida el año pasado en u$s 8 millones.
La renovación del museo ha costado u$s 500 millones, y ahora posee 30.000 metros cuadrados, de los cuales el 40% se dedica a las exposiciones. En estos últimos 10 años sólo pudimos disfrutar del 5% del edificio y de unas pocas obras. Entre ellas, mi preferida, un pequeño autorretrato de Rembrandt joven que mide 23 x 19cm.
Para las obras en papel y grabados, como la colección de Alberto Durero, se estrenan nuevos marcos y luces para que no alteren la obra. Se espera que sea visitado por dos millones de personas por año y el costo de la entrada es de 20 dólares.
Es el lugar principal de la ciudad y a pocos metros se encuentra el Museo Van Gogh y el Stedelijk, que realiza exposiciones de arte moderno. Tiene también algunas obras impresionistas como dos de Monet. Pero el 90 % de su colección está dedicada al arte de los Países Bajos. La gran inversión se justifica ya que significa un atractivo extraordinario. Lo es junto con otras maravillas como el Museo del Hermitage, la vieja casa de asilo de la ciudad que ha sido renovado y presenta exposiciones con obras provenientes del Museo del Hermitage de San Petesburgo en Rusia. Ambos han convertido a Amsterdam en no sólo la ciudad de los canales y donde mas restaurantes argentinos hay, sino en un centro cultural que lo pone entre las 10 ciudades culturales más importantes de Occidente.
La influencia del arte holandés en la Argentina es grande. Fueron Jacques Witjens y Stephen Koekkoek quienes influyeron desde principios del Siglo XX en el arte nacional. Por suerte, hay vuelos directos a Amsterdam y creo que es una estupenda opción viajar a conocer sus renovados e importantes museos. Hoy, la oferta cultural es fundamental para fomentar el turismo, y los millones invertidos no se recuperan con las entradas vendidas, sino con el consumo que hacemos los aficionados en nuestra estadía.
EL CRONISTA