Tiririca, el payaso y diputado en Brasil tiene mucho en común con Beppe Grillo

Tiririca, el payaso y diputado en Brasil tiene mucho en común con Beppe Grillo

Por Joe Leahy
Para acceder a la oficina de Tiririca, el famoso payaso de Brasil convertido en diputado, hay que atravesar una multitud de personas agolpadas en el edificio. Refugiado adentro, Francisco Everardo Oliveira Silva (Tiririca es su nombre artístico) explica que todos los días hasta 150 simpatizantes entran al edificio del Congreso nacional simplemente para tomarse fotos con él.
Detrás suyo se ven fotos de él disfrazado de payaso en momentos más felices, menos complicados. Mientras Brasil comienza a pensar en las elecciones presidenciales de 2014 (la semana pasada el Partido de los Trabajadores respaldó a Dilma Rousseff para un segundo mandato), la breve carrera de uno de los legisladores más extraños del país habla mucho sobre la disfuncionalidad de la política brasileña. Tiririca llegó al poder en medio de una ola de enojo anti-establishment similar a la que permitió que el cómico Beppe Grillo haya estado tan cerca de ganar las elecciones de Italia. Y esta historia es una advertencia para todos aquellos que, al igual que Grillo, prometen cambios en la política.
Electo en 2010 con una cantidad récord de votos, Tiririca era considerado un ridículo por la élite política de Brasil. Pero desde entonces, fue elegido como uno de los políticos más diligentes, al menos en términos de asistencia y no escatima críticas al Congreso por su ineficacia.
“Uno pasa todos los días acá sin hacer nada, sólo esperando para votar algo, mientras la gente pelea y pelea,” asegura.
Tiririca dejó la escuela a los nueve años para dedicarse al circo (apenas aprobó una prueba de lectura para ocupar un cargo electivo), nació en Itapipoca, en el estado de Ceará, ubicado en el noreste pobre de Brasil. Después de que su circo quedó destruido por un incendio, ganó fama con un CD, Florentina, que fue un éxito nacional. Desde ese momento, empezó en televisión como humorista.
“Cuando estaba afuera, tenía la idea de que llegaría acá y haría millones de cosas, pero no es así como funciona”, cuenta con tono casi melancólico. Los mandamás de partido le pidieron que apoye al gobierno, con el que está alineado el PR, pero él dice que vota “por el pueblo”. En la ley de forestación, votó en contra del gobierno porque creyó que la legislación perjudicaría a los dueños de pequeñas parcelas.
Aseguró que nadie trató de sobornarlo, pero que la corrupción es una realidad de la institución, pese al caso mensalão del año pasado, donde los altos miembros del PT fueron condenados a prisión por comprar votos. “Quienes hacen mal las cosas no dejarán de hacerlo, porque así funcionan este mundo, pero tendrán que tener más cuidado,” comentó.
EL CRONISTA