Afirman que Gardel era un estafador

Afirman que Gardel era un estafador

El “Mudo”, que “cada día canta mejor” aunque murió en 1935, de quien se sabe que pudo haber nacido en Francia o Uruguay, pero triunfó en Argentina a puro gorjeo de “Zorzal criollo”, suma ahora a su fama la de estafador. Según reveló ayer el diario Página/12, el mismísimo Carlos Gardel tuvo una historia delictiva que fue la que lo empujó a ser esquivo y confuso con sus datos.
Una investigación citada por el periodista Raúl Kollman afirma que, según un facsímil del prontuario de Gardel de 1915, tenía antecedentes de “estafador por medio del cuento del tío”, una modalidad para embaucar a incautos a los que se ofrecía cobrar una importante suma de dinero de una herencia ficticia a cambio de un adelanto en efectivo. Al parecer –afirman los forenses Raúl Torre y Juan José Fenoglio, que compararon las huellas digitales de Gardel en documentos de 1904 (por una fuga de hogar), 1915 (el facsímil ahora hallado cuyo original se desconoce) y 1923–, Gardel había logrado hacer destruir sus prontuarios gracias a la ayuda del entonces presidente Marcelo T. de Alvear.
En el documento de 1904 aparece como Carlos Gardez, nacido en Toulouse (Francia) e hijo de Berta Gardez (habitualmente conocida como Gardes). En 1915 figura como Carlos Gardel, hijo de Carlos Gardel y Berta Gardel. En 1923, cuando tramitó el pasaporte para viajar al exterior, “se presentó en el consulado uruguayo y dijo que era nacido en Tacuarembó (Uruguay) en 1887, hijo de Carlos y Berta Gardel”.
Diez años más tarde redactó su testamento y dijo: “Soy francés, nacido en Toulouse el 1 de diciembre de 1890 y soy hijo de Berthe Gardes. Hago constar expresamente que mi verdadero nombre y apellido son Carlos Romualdo Gardel.”
“Tanto cambio de identidad –dijo Torre a Página/12– me hace pensar en lo que mucho que pesó aquel prontuario de estafador.”
Torres cita a la investigadora Martina Iñiguez, quien recientemente halló la copia del prontuario perdido de 1915, que tiene en la carátula el alias “El pibe Carlitos” y afirma al final que el personaje era “sindicado como estafador por medio del cuento del tío”.
“No tengo dudas de que los cambios de identidad de Gardel –concluye Torres, que realizó pericias de las huellas digitales– tienen que ver con sus antecedentes en el delito. Cambiaba una letra, un lugar de nacimiento, para que no surgiera que era el mismo que figuraba como el Pibe Carlitos.”
Esa modalidad de estafa, muy común en las primeras décadas del siglo XX, consistía en engañar a algún incauto pidiéndole dinero para gestionar el cobro de la herencia (inexistente), de un tío (también inexistente) que luego supuestamente se repartiría entre ambos.
Además, un dato curioso surge de buena parte de las primeras composiciones cantadas por Gardel. Su autor era Andrés Cepeda, al que le decían “el poeta de la prisión”. Es que Cepeda pasó muchísimos años de su vida preso y terminó muriendo en una pelea de guapos en el Bajo porteño. Compuso numerosas letras luego cantadas por el dúo Gardel-Razzano. En los prontuarios revisados por Torre, también Cepeda figura como estafador en la modalidad del “cuento del tío”.
TIEMPO ARGENTINO