04 Mar Investigan componentes del vino y del té verde para tratar el Alzheimer
Productos químicos naturales que se encuentran en el té verde y el vino tinto podrían impedir la fijación de proteínas perjudiciales a las células del cerebro, según una reciente investigación realizada por la Universidad de Leeds, en el Reino Unido.
En experimentos de laboratorio y en fase inicial, los científicos identificaron el proceso que permite a los grupos de proteínas perjudiciales aferrarse a las células del cerebro, provocando su muerte, y lograron interrumpir esta vía utilizando los extractos purificados de EGCG (Epigallocatechin gallate), un potente antioxidante que constituye el principio activo del té verde, y resveratrol, un compuesto antimicrobiano presente en el vino tinto.
Los resultados ofrecen potenciales nuevas dianas (células a las que se dirige la acción de un reactivo, medicamento o enzima) para el desarrollo de fármacos que traten la enfermedad de Alzheimer, según consignó la agencia Europa Press. “Es un paso importante para aumentar nuestra comprensión de la causa y la progresión de la enfermedad de Alzheimer”, señaló el investigador principal Nigel Hooper, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Leeds, a la revista Journal of Biological Chemistry.
Según Hooper, “es erróneo pensar que el Alzheimer es una parte natural del envejecimiento, ya que es una enfermedad que, en última instancia, se puede curar a través de la búsqueda de nuevas oportunidades de dianas farmacéuticas, como la descubierta en esta investigación”.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por una distinta acumulación de la proteína amiloide en el cerebro, que se agrupa para formar bolas tóxicas que se aferran a la superficie de las células nerviosas, al unirse a proteínas en la superficie celular llamadas priones, causando que que esas células funcionen mal y eventualmente mueran.
“Queríamos investigar si la forma exacta de las bolas de amiloide es esencial para que se adhieran los receptores de priones, del modo en que una pelota de béisbol encaja perfectamente en su guante”, ejemplificó Jo Rushworth, coautor del estudio. Los investigadores formaron bolas de amiloide en un tubo de ensayo y los agregaron a las células del cerebro humano y animal.
“Cuando agregamos los extractos del vino tinto y el té verde, las bolas de amiloide ya no dañaron las células nerviosas. Su forma se distorsiona y ya no pueden unirse a priones y alterar la función celular”, reveló el profesor Hooper, quien adelantó que el próximo paso del equipo es entender exactamente cómo la interacción entre amiloide y priones mata las neuronas.
TIEMPO ARGENTINO