Aire fresco, buena vista y ricos platos

Aire fresco, buena vista y ricos platos

La ciudad, y sus alrededores, ofrecen algunos patios y espacios abiertos para pasar el verano.
Empezamos el recorrido por Palermo, en una casona antigua, donde funciona un local de ropa, al fondo nos encontramos con Coco Marie y sus mesas de patio, hierro y almohadones, rodeadas de plantas y enredaderas. Jessica Scarpati prepara sándwiches tentadores como el pollo provolone, con cebollita dorada, jugos y limonadas refrescantes, como la de pepino y menta; y rica pastelería. Un oasis en medio del cemento.
Muy cerca está Fornería, una cantina pizzería, donde todo es casero,. La vereda aporta un árbol, pero además tiene un balcón amplio con barra y una terraza que balconea a la plaza.
Del otro lado de Juan B. Justo, hay uno de los patios más lindos de la ciudad, el del restaurante Olsen, con ambientación nórdica, gran deck, césped y fuente. La cocina lleva la firma de Germán Martitegui. Se puede pedir alguna tabla con degustación de vodkas o agendarlo para el brunch.
Ya en el hipódromo, Confitería París está considerada patrimonio arquitectónico de la ciudad, de estilo neoclásico con reminiscencias francesas. Con menú de Jean-Paul Bondoux, hasy almuerzos y cenas a francesa, y buena pastelería.
Detrás de los bosques de Palermo, ya casi en Belgrano, en el Club Vilas, está el nuevo Páru, Inkas Sushi & Grill con enorme deck y sombrillas para disfrutar un trago con sushi y seguir después con ceviches, tiraditos, tapas calientes y crocantes, woks y mariscos.
Camino a Núñez nos encontramos con Bandol, de inspiración francesa, donde Francisco y Javier Otaola reciben desde el desayuno hasta la cena. El deck sobre la vereda, con macetas y árboles, permite vivir a pleno el día y la noche. Hay pastelería artesanal, como el strudel de manzana, y, para mediodías y noches, sándwiches, tablas de fiambres o platos caseros.
Pero el sur también existe. Si la brújula indica Monserrat, una opción es la Panadería de Pablo Massey, con su hermoso patio con pérgola y plantas a pocos metros de Plaza de Mayo. Desde el desayuno hasta la cena, porque ahora también abre por la noche, se puede disfrutar los panes, pastelería y platos que salen del horno de barro. Deliciosos sándwiches y creaciones como el entrecote de cordero con chutney de papaya, o salmón con hinojos braseados y crema de limones quemados. Para el postre, ganesha de chocolate.
Más al sur, Avellaneda recibe en su tradicional Longobucco Pizza, Pasta e Birra, una esquina con fresca terraza donde llega la increíble cerveza tirada por metro, picadas, pizzas, pastas y una amplia carta con platos para compartir. También desayunos y meriendas.
Pasando la General Paz hacia el Norte, está Lovento, un lugar casi secreto sobre el mismo río, con mucha vegetación y milanesas, empanadas, ensaladas, sándwiches y algunas pastas. En la zona hay varios clubes náuticos con acceso libre a los restaurantes, todos con vista al río. Y si se enamoró de la foto de apertura, tendrá que llegarse hasta San Fernando, a Captain Cook, donde la chef Marta Ramírez sorprende con cocina internacional y del sudeste asiático.
CLARIN