Vacaciones sin problemas

Vacaciones sin problemas

Comenzó la cuenta regresiva. Es hora de pensar y planear las vacaciones, esas semanas que cada uno espera libre de ataduras, lejos del tránsito y de tantas corridas. Nada es tan importante para enturbiar algo tan deseado. Salvo la salud. Los trastornos que pueden derivar de la mala elección del lugar turístico pueden echar a perder la intención de disfrute y relax.
En general a la hora de mirar el mapa nadie piensa si un destino es más o menos conveniente para mitigar o recrudecer las afecciones que pueda estar sufriendo. A menos que se trate de un previsor que consulte a su médico de cabecera para que le aconseje lo más apropiado y así eliminar la posibilidad de “sorpresas” en esos días de sosiego.
Pero no sólo el sitio a elegir es importante, el medio de transporte también es un tema a tener en cuenta. En algunos casos, el avión es casi la única opción (ya que el barco demandaría muchos días en llegar a destino) aunque siguiendo algunas recomendaciones el viaje puede resultar placentero: “Aquellos que sufren flebitis o várices corren mayor riesgo de contraer trombosis venosa profunda —formación de coágulo en una vena de las extremidades inferiores— durante un viaje prolongado (más de 6horas) en avión micro o auto, por lo que se recomienda caminar unos minutos una vez por hora, para mejorar la circulación”, advierte el doctor Horacio Argente, Jefe de Residencias de Docencia e Investigación del Hospital de Clínicas José de San Martín. En relación a la afección en las piernas, el doctor Jorge Falcón, director médico de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina, agrega que “cuando el vuelo supere las dos horas también es importante caminar unos minutos para disminuir el riesgo de patologías consecuentes a la inmovilidad en una posición estrecha, como la tromboflebitis, cuya consecuencia es aún más grave: embolia de pulmón”. No importa si es en auto, ómnibus o avión, los especialistas recomiendan usar, en viajes largos, medias de presión venosa.

¿Mar o montaña?
Antes de elegir el destino, primero habrá que definir el paisaje que dará marco a las vacaciones. Más allá de gustos personales, para la salud no da lo mismo uno que otro. Playa igual sol igual calor. Y el calor excesivo puede ocasionar el tan temido golpe de calor: “una grave emergencia que puede provocar la muerte”, enuncia el doctor Fernando Roqué, cardiólogo, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología, especialista en prevención de enfermedades y autor de Cómo prevenir las enfermedades en cada etapa de la vida.
Las personas de edad avanzada y los niños son más proclives a sufrir golpe de calor, que se presenta con dolor de cabeza —hasta pérdida de conciencia-, piel muy caliente y fiebre por encima de 40 ° C; lo importante, en este caso, es hidratarse permanentemente con abundante líquido fresco”.
Las enfermedades cardiovasculares necesitan atención en un clima ideal. “Ni frío intenso ni calor agobiante. Tampoco es bueno caminar bajo el sol ni hacer la ruta de Machu Pichu, que demanda un esfuerzo extra”, enfatiza Argente. El doctor Roqué coincide en que “no es conveniente el cambio brusco de temperatura, como tomar sol y después meterse al mar frío si el paciente además es hipertenso”.

Aire renovador.
El asma es bienvenida en la sierra y en la montaña, no en el mar. “El clima fresco y seco es el más favorable, ya que los ácaros que recrudecen la enfermedad necesitan calor y humedad para desarrollarse “, ejemplifica Roqué. Para el doctor Argente “la temperatura no debe ser ni baja ni alta; la humedad, ni poca ni mucha. Un microclima ideal para el asmático que suele sufrir severas crisis a raíz de los cambios bruscos de temperatura. Pero si el asma esta controlada el paciente puede subir hasta el Aconcagua, porque sin crisis. La persona está en iguales condiciones que cualquiera”.
El doctor Falcón, por su parte, agrega que “los asmáticos que desarrollan actividad física sin que empeore su cuadro, no tienen problema prácticamente en ningún clima”. Aunque puntualiza que “en climas secos montañosos, con presión ambiental normal, estos pacientes suelen sentirse mejor que en sitios húmedos con baja presión”.
Algo parecido sucede con las personas alérgicas: según Argente, para ellas ¨ el clima de la sierra es bueno, ya que carece de la polución que invade las grandes ciudades”, y desaconseja los lugares selváticos donde suelen convivir distintas especies de insectos. “Y si deciden ir, no deben olvidar el botiquín de primeros auxilios con repelentes, antihistaminicos y corticoides”, dice.
Si de montaña se trata, para el doctor Falcón que padecen enfermedades cardíacas, pulmonares o hipertensión arterial de grado moderado a severo, deben evitar lugares muy altos, de más de 1800 metros, y excesivamente fríos. Conviene informarse antes qué servicios médicos dispone el lugar”. Independientemente, habrá que prevenir la “enfermedad de las alturas”, ya que no reconoce estado físico ni entrenamiento. «La señal más simple es el apunamiento, pero hay otras manifestaciones que pueden ser más graves: intenso dolor de cabeza, fatiga, náuseas y hasta confusión mental”, indica Roqué.
Cada vez aparecen más casos de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que afecta con mayor frecuencia a los fumadores. “Tampoco ellos deberían ir a zonas contaminadas, con polución ni a lugares muy altos en relación al nivel del mar, porque a medida que se asciende disminuye la concentración de oxígeno en sangre; lo mismo ocurre en el caso del avión, si la enfermedad no está bien controlada”, sugiere Argente.
Respecto de la hipertensión, según Falcón, “los pacientes deben cuidarse más del estrés de una vacación mal prevista que de otra cosa. Lo más importante para los hipertensos, así como para los diabéticos, es vigilar la dieta indicada por el especialista. No hay que olvidar que en las vacaciones la gente suele comer en hoteles y restaurantes y en esos lugares muchas veces no preparan comidas especiales”. Argente asiente: “cumplir con la dieta es fundamental, además de no suspender la medicación. Es muy común que la gente se relaje y se exceda en las comidas y deje a un lado el tratamiento”.
Además de consumir los alimentos indicados y evitar los excesos, “los diabéticos deberán llevar para el viaje y los paseos golosinas o líquidos azucarados, ya que el aumento de actividad física, como las caminatas largas, pueden facilitar hipoglucemias, sugiere Falcon”.
Para los especialistas lo más importante es tratar de mantener los mismos hábitos saludables que en casa. No es cuestión de arruinar los días de descanso por no tener en cuenta algunos detalles importantes que hacen a la salud.

Vacunas
Algunas son obligatorias según el destino elegido. Por ejemplo, para África hay que vacunarse contra el cólera. Amazonas o zonas selváticas del norte de Sudamérica: contra la fiebre amarilla. Arabia Saudita: enfermedad meningocócica. A aquellos que viajan asiduamente, los médicos recomiendan aplicarse la vacuna de la gripe, hepatitis A y B, poliomelitis, tétanos-difteria y sarampión.

Antes de viajar
La Medicina del Viajero “previene las afecciones, casi todas infecciosas, que pueden padecer los que viajan a zonas endémicas –indica el doctor Argente- y que se ocupa de la quimioprofilaxis y la vacunación antes de viajar”.
Lo más indicado según el Ministerio de Salud de la Nación es concurrir al médico un mes antes del viaje (en especial si se necesitan vacunas) y llevar consigo un botiquín con la medicación necesaria para las patologías preexistentes con indicaciones por escrito, resultados de estudios relevantes y el teléfono del médico de cabecera. Para cubrir el área de vacunación el doctor Falcón advierte que están las vacunas para protegerse de la enfermedad común en el lugar de destino, como los antimaláricos, si se viaja a Sudáfrica, o la que previene la fiebre amarilla para el Amazonas y zonas selváticas del Norte de Sudamérica. También están las que exige cada país de destino en función al de origen: la vacuna para la fiebre amarilla es exigida por Singapur para viajeros de Sudamérica. Pero más allá de las normas que se exigen en cada región el viajero debería aplicarse siempre la antigripal y antitetánica, y para el que viaje en forma frecuente vacunarse contra la hepatitis A y B. Para mayor información, consultar en la pagina web del Instituto Malbrán: http://www.anlis.gov.ar/

Fuente: Clarín