11 Mar Un cóndor pasó por Palermo
Por Julio Guimaraes
Cualquier pista es buena para ganar una carrera. Cualquier día, hora, hipódromo, ciudad también. Había amanecido feo el sábado del Gran Premio Latinoamericano que a media tarde terminó ganando el chileno Quick Casablanca en Palermo, dándole a su país el séptimo triunfo en la carrera y el primero como visitante.
Perdió por medio cuerpo el argentino Expressive Halo. Esta vez no pudo contener a un forastero como sí lo había hecho en diciembre, con el brasileño Veraneio en el Carlos Pellegrini de San Isidro. Cayó, entonces, uno de los candidatos a Caballo del Año 2011. El consuelo, si hay que buscarlo, es que le ganó uno bueno en serio.
Quick Casablanca es el chileno que creció a la sombra del ckack Omayad; segundón de Grupo 1 hasta que el campeón se hizo a un lado y le despejó el camino. Quick Casablanca es el ganador del Derby, en Viña del Mar, sobre 2400 metros de césped hace pocas semanas. Cualquier pista y terreno es bueno para ganar una carrera. Máxime cuando se tiene un caballo de verdad.
Ninguna se gana con un caballo lindo como mejor cualidad. Si así lo fuere, el chileno correría siempre con la ventaja de lo estético. De todas maneras, ya en el Paddock su estampa se robaba los comentarios. El otro que lucía era el peruano Al Qasr, potente, grandote.
En un desarrollo limpio, Quick Casablanca vino entre quinto y sexto, pegado a los palos, aprovechando la caballerosidad de los jinetes. Si el Latino más de una vez fue criticado por correrse con cierta vehemencia, el de ayer fue puro fair play.
Faltan 800 metros e Ibeman iba con dos o tres cuerpos de ventaja sobre Expressive Halo, con Star Runner a su derecha, la peruana Almudena ahí nomás y Quick Casablanca cuidando su lugar. Contando de atrás para adelante, galopaba Al Qasr.
Parecía que al puntero nadie le daba importancia, hasta que Expressive Halo salió a quemar naves; Star Runner fue para adelante y por los palos comenzó a insinuarse el chileno campeón en Viña.
Juan Noriega dominó y al primer golpe de ojo dio la impresión que estaba todo listo, pero Gonzalo Ulloa es de los que trabajan para ganar carreras. Y cuando tiene un caballo fuerte bajo de sus botas difícil que se le escape el primer puesto así nomás.
Ganó un potrillo chileno de metro sesenta y cinco de alzada mínimo, y perdió un argentino de un año más de edad . En realidad, hace tiempo que los locales sucumben ante otros de la región. Los brasileños Xin Xu Lin y Mr. Nedawi; el peruano Bradock, ahora el chileno Quick Casablanca obligan a pensar si es una racha desfavorable o algo se está haciendo mal.
En tren de buscar explicaciones, alguien dijo que habría que volver a los inicios y criar caballos más fuertes. Se acordaba de Yatasto, por lo menos. Es una opinión. Vale. Estaría bueno que otros acerquen la suya. Sugerencias de qué hacer se buscan.
En el balance hay que decir que Palermo, debutando en los Latinos, estuvo a la altura de las circunstancias. Sin el conocimiento de otros escenarios continentales, más acostumbrados a tenerlo, apostó a hacer uno inolvidable y le salió uno de los muy buenos. El hipódromo necesitaba, quería, tener en su vidriera a un acontecimiento internacional de esta envergadura. El año que viene se hará en Chile; 2014 lo tendrá Perú. Para el 2015 seguro que el Argentino levanta la mano y lo pide de nuevo.
LA VISITA PODRÍA QUEDARSE
Palermo tiene intenciones de convencer a los dueños de los caballos extranjeros para que los deje aquí y participen del Gran Premio República Argentina (G1), que se hará en mayo. Ayer, por su triunfo, Quick Casablanca sumó 60 puntos para el campeonato Palermo de Oro 2012.
LA NACION