02 Mar El ejecutivo del cine con el toque de un rey Midas
Meryl Streep en una ocasión lo llamó “dios” y Harvey Weinstein ciertamente parecía omnipotente durante la gala de los Oscar del domingo, demostrando una vez más su inigualable astucia para hacer la campaña de un film y ganar premios.
Un año después de la victoria en 2011 de El discurso del Rey, el fundador de la distribuidora The Weinstein Company condujo a otra película a la gloria de los premios de la Academia: el film mudo y en blanco y negro El artista.
Pero The Weinstein Company también está detrás de La dama de hierro, que le valió el Oscar a mejor actriz para Meryl Streep y Mi semana con Marilyn, otro intento por resucitar a Marilyn Monroe que competía con dos nominaciones. También es la distribuidora de Undefeated, una película sobre un desvalido equipo de fútbol que ganó como mejor documental.
“Harvey Weinstein hizo un trabajo increíble. La manera como piensa en una película, en su audiencia, bajo qué luz la va a exponer, en qué momento”, dijo el director de El artista, Michel Hazanavicius, agregando: “Creo que el presupuesto para la promoción de la película en Estados Unidos es mayor a lo que nos costó hacerla”.
Weinstein, de 59 años, es de hecho una leyenda en “la ciudad del oropel”. Antes de fundar The Weinstein Company, creó en 1979 junto a su hermano mayor Bob el estudio Miramax, que toma el nombre de su madre Miriam y su padre Max.
Miramax fue vendido a Disney en 1993 y los hermanos Weinstein abandonaron la compañía en 2005 para iniciar su nuevo estudio. Entre los éxitos de Miramax se incluye Shakespeare apasionado (1998), por la cual Weinstein compartió el Oscar a mejor película.
Pero a lo largo de su carrera de tres décadas, produjo no menos de 243 proyectos, entre ellos los notables Tiempos violentos (1994), Pret a Porter (1994), El paciente inglés (1996) y Pandillas de Nueva York (2002). El corpulento magnate del cine también es productor ejecutivo de la exitosa saga de El señor de los anillos, así como de El lector (2008) y Bastardos sin gloria (2009).
Pero este astuto empresario, poco conocido fuera de su terreno, es famoso dentro de la industria por orquestar exitosas campañas para el Oscar.
El año pasado fue un caso particular: el drama sobre la realeza británica El discurso del Rey se estrenó inicialmente en una cantidad limitada de cines, en una estrategia usada con el fin de que el boca-a-boca y el posterior mercadeo le dieran el impulso que finalmente tuvo.
Mientras su gran rival La red social era lanzada como un gran éxito de taquilla, la película británica mantuvo este perfil bajo hasta alcanzar su momento climático al terminar el año, lo que le aseguró que estuviera en todas las bocas cuando llegó la gala de los Oscar en febrero.
Con El artista, Weinstein usó una estrategia similar. Luego de que el film triunfara en el festival de cine de Cannes en mayo del año pasado, el empresario compró sus derechos de distribución en Estados Unidos.
Y, en cosa de meses, convirtió una película independiente cuyo destino era brillar en festivales de cine modestos, en un éxito de gran público festejado tanto por los críticos como por la audiencia.
“Sólo quiero agradecer a mi representante y a Dios, Harvey Weinstein”, dijo Streep, desatando risas y algún arqueo de cejas en la audiencia.
EL PAIS