La heredera de L’Oréal, bajo tutela por demencia

La heredera de L’Oréal, bajo tutela por demencia

Por Luisa Corradini
Liliane Bettencourt, la heredera del imperio de cosméticos L’Oréal y tercera fortuna de Francia, fue colocada ayer por la justicia bajo la tutela de su familia por considerar que su fragilidad psicológica puede llevarla a cometer actos perjudiciales para su patrimonio.
“Si es así, me voy a vivir al extranjero. Si mi hija debe ocuparse de mí, será asfixiante”, había anticipado la millonaria, de casi 89 años, al saber que su vida personal sería controlada por su nieto mayor, Jean-Victor Meyers, de 25 años, mientras que sus bienes y su patrimonio -estimados en 24.000 millones de dólares- estarán bajo la protección conjunta de su hija Françoise (58) y sus dos nietos. El menor, Nicolas, tiene 23 años.
“La peor pesadilla sería depender de mi hija”, había declarado el domingo pasado al periódico Journal du Dimanche.
La jueza Stéphanie Kass-Dann, del tribunal de Courbovoie, en las afueras de París, anunció su dictamen luego de estudiar un informe médico que pone de relieve la gravedad de los problemas cognitivos que padece Bettencourt desde hace años: un estado de “demencia moderadamente severo” y un “avance de la enfermedad de Alzheimer” que permiten pronosticar un “proceso degenerativo cerebral lento y progresivo”.
La abogada de heredera de L’Oréal, Charlotte Robbe-Phan, anunció que apelará la decisión. El pronunciamiento de la justicia -argumentó- se basa en un peritaje efectuado en junio en el domicilio de Bettencourt que “no respetó las condiciones apropiadas”.
La decisión judicial cerró un nuevo capítulo de la grave disputa entre Liliane Bettencourt y su hija. Françoise Meyers-Bettencourt libra un arduo combate judicial y médico desde hace casi tres años para poner a su madre “bajo curatela” e impedir que cometa nuevos desatinos con su fortuna.
El litigio ante los tribunales comenzó en 2008, cuando Meyers-Bettencourt acudió a los tribunales para pedir la “protección” de su madre, que había efectuado diversos regalos al fotógrafo François-Marie Banier por un valor total estimado por la justicia en 993 millones de euros (unos 1360 millones de dólares), incluyendo una isla en el archipiélago de Seychelles. Incluso lo había designado legatario universal.
Después de que la justicia obligó a Banier a devolver una parte de esa fortuna y cortar toda relación con la millonaria, madre e hija reanudaron públicamente sus relaciones a fines de 2010. La hija también consiguió el despido del administrador de la fortuna de su madre, Patrice de Maistre.
El acuerdo de reconciliación, sin embargo, duró apenas seis meses. En junio pasado, Françoise Meyers-Bettencourt volvió a acudir a la justicia al saber que el nuevo administrador de la fortuna de su madre, Pascal Wilhelm, le había hecho invertir 170 millones de euros (unos 230 millones de dólares) en una sociedad que pertenecía a Stéphane Courbit, ex propietario de Endemol, la empresa productora del programa Gran Hermano . Wilhelm es también consejero legal de Courbit.
El aspecto más importante de la decisión adoptada ayer es que la jueza también autoriza a la hija y nietos de la millonaria el manejo del 30% de las acciones que posee la anciana heredera en L’Oréal, así como los derechos de voto en el consejo de administración del imperio mundial de cosmética y belleza.
Los tres responsables de la tutela indicaron en un comunicado que esta nueva situación no tendrá consecuencias sobre la empresa ni sobre los “equilibrios entre los diferentes accionistas”. Eso significa que tampoco incidirá -por el momento- en el acuerdo pactado en 2004 con Nestlé, que desde hace años posee aproximadamente el 30% de L’Oréal y aspira a ampliar su participación.

Productos revolucionarios
Como resultado de esos acuerdos, ambas empresas crearon una serie de joint-ventures para proponer diversos productos revolucionarios, como Inneov, complemento alimentario para el piel y el cabello. También desarrollaron un gama de productos dermatológicos comercializados bajo la marca Galderma Pharma.
Rumores que circulaban con frecuencia en los medios bursátiles de París y Ginebra indican que Nestlé estaría dispuesto a comprar el 30% que posee la familia Bettencourt.
Fuentes internas de L’Oréal aseguran que esa operación es viable, pero nunca se realizará en vida de Liliane Bettencourt.
En el marco del caso Bettencourt, ayer también fue inculpado el jefe del contraespionaje francés, Bernard Squarcini. Ese alto funcionario, amigo personal del presidente Nicolas Sarkozy, fue acusado de espionaje telefónico contra un periodista del diario Le Monde que investigaba sobre las supuestas donaciones ilegales realizadas por la multimillonaria para financiar al partido de gobierno Unión para una Mayoría Popular (UMP).
Ese caso provocó, en su momento, la caída del ex ministro de Presupuesto Eric Woerth, acusado de haber organizado un sistema de financiación ilegal durante las elecciones presidenciales de 2007.
Squarcini asumió totalmente la “responsabilidad de las verificaciones técnicas” hechas por su servicio, según su abogado, Patrick Maisonneuve. La intervención se justificó, a su criterio, pues se trataba de un caso que ponía en juego el funcionamiento de la justicia.
LA NACION