Mejor en todo sentido

Mejor en todo sentido

Por Jorge Pandini
Septiembre de 1963. Entre las novedades que aquel año se presentaron en el Salón de Fráncfort había una que estaba destinada a convertirse en uno de los mejores automóviles del mundo.
Concebido como sucesor del emblemático 356, Porsche mostraba en el motorshow alemán un modelo completamente nuevo al que bautizó originalmente como 901. Ante esa denominación Peugeot puso el grito en el cielo, argumentando que tenía los derechos sobre cualquier nombre de tres cifras con un 0 en el medio. El tema no fue un inconveniente mayor, y los Porsche cambiaron el nombre por el de 911. Así nació el automóvil que se convirtió en un ícono de deportividad.
Ahora, los alemanes presentaron la séptima generación del 911. Como acostumbran decir, en Porsche no hay revoluciones, sino evoluciones, y aunque el nuevo 911 tiene un diseño que respeta las líneas del original (y así fue a lo largo de las siete generaciones) es un modelo que tiene muchísimas innovaciones, y todas relevantes, respecto de su antecesor.

Genética de excelenciastrong
No hay dudas de que la casa germana siempre busca la excelencia.
Para empezar, el auto cambió sus dimensiones, esencialmente las que tienen que ver con el comportamiento dinámico. Respecto del 911 anterior, la distancia entre ejes es 10 centímetros más larga aunque casi no cambió el largo de su carrocería de 4,5 metros. También se amplió la batalla delantera a 1,532 metros y se redujo la altura del auto en casi 1 centímetro.
Otros cambios significativos están relacionados con el peso del auto, un factor que tiene también incidencia en el mejor aprovechamiento de la potencia y disminución del consumo.
El uso de aluminio en varias partes de su carrocería permitió disminuir unos 40 kg en promedio respecto del 911 anterior. Ese menor peso junto con un pulido trabajo aerodinámico (CX 0,29) son responsables, junto con los nuevos motores, de lograr más potencia y menos consumo.
Se presentaron las versiones Carrera y Carrera S, ambas con caja manual de 7 velocidades o con la automática PDK de doble embrague. Todos los modelos tienen el sistema Start&Stop que detiene el motor, por ejemplo, cuando nos detenemos en un semáforo, y la función a vela que hace funcionar el motor en ralentí cuando levantamos el pie del acelerador ahorrando combustible.
El nuevo Carrera tiene un motor de 3,4 litros y 350 CV de potencia máxima, mientras que el Carrera S mantiene el 3,8, pero aumentó su potencia de 385 a 400 CV. En ambos casos el consumo se redujo.
Entre los sistemas más destacados de asistencia dinámica hay que mencionar el Dymanic Chassis Control (opcional en el S), que estabiliza el balanceo de la carrocería anticipando la inclinación del auto en las curvas; el Torque Vectoring (TV), que mejora la tracción y la estabilidad, y el sistema activo de amortiguación PASM, que mejora el confort de marcha.
El nuevo 911 que llegará a la Argentina el año próximo es, en definitiva, más potente, más seguro, más ecológico y más fácil de conducir que la generación anterior, y pega un salto grande en tecnología, confort y seguridad.
Es notablemente superior al modelo anterior y, al mismo tiempo, sigue siendo un auténtico Porsche 911 con todo lo que eso significa.
Ese es el gran secreto.
LA NACION

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