08 Feb Revelaciones de estudios astrológicos, recomendaciones sobre meditación y prácticas de control mental
Por Antonio Las Heras
En un mismo día de la primera semana de 2012 diarios – de los llamados “serios” – publicaron dos noticias que hubieran sido impensables tiempo atrás y, mucho menos, por estar originadas en fuentes consideradas respetables.
Así pudimos conocer a través del Canada’s National Post un informe realizado por la policía de la ciudad de Chatham-Kent (Ontario, Canadá) donde tras analizar las fechas de nacimiento de las 1986 personas arrestadas durante el año pasado, observaron que del signo astrológico Aries (el Guerrero) había 203 mientras que – por ejemplo – de Sagitario sólo hubo 139 detenidos. ¿Por qué hay poco más de un diez por ciento arianos entre los arrestados? ¿Mera casualidad? En el artículo a que hacemos referencia se destaca que también Adolf Hitler fue ariano. Mas nosotros agregamos un muy famoso asesino serial del mismo signo: Henri Désiré Landru (París, 12 de abril de 1869) condenado a la guillotina por el asesinato probado de once mujeres y más conocido por su seudónimo: Barba Azul.
“Casualidad es el rótulo que damos a aquellas cosas cuyas causas ignoramos”, enseñó Pierre Simon, Marques de Laplace (1749/1827).
Empero conviene aquí recordar que el célebre sabio suizo Carl Gustav Jung, creador dela Psicologíade los Arquetipos, en su libro “La Interpretacióndela Naturalezayla Psique” (Zurich, 1950) ya refiere la existencia de cierto perfil astrológico en el que puede agruparse a personas que tienen similares características de conducta. El estudio estadístico hecho por estos policías canadienses parece refrendar las convicciones junguianas. Y, una vez más, remite a la pregunta clave: ¿Acaso haber nacido en determinado momento del año y no en otro provoca ciertas formas de actuar en el mundo prevaleciendo sobre otras; así como ocurre con las disposiciones genéticas y la influencia del ámbito psicosocial
La otra noticia – originada en Londres y en la revista New Scientis – no es menos significativa pues se trata que del resultado de trabajos realizados en la afamada Universidad de Yale. Allí llegaron a la constatación de lo que los especialistas estamos afirmando desde hace, al menos, un cuarto de siglo.
“Mientras que el estrés extremo puede hacer que la gente pierda peso, el estrés cotidiano puede tener el efecto opuesto.” Ocurre que “los estudios de neuroimágenes realizados enla Universidadde Yale muestran que el estrés activa regiones cerebrales asociadas con los hábitos y las recompensas.” Esto “aumenta el deseo por alimentos hipercalóricos en las personas que suelen consumirlos”, afirma Riajita Sinha científico e investigador en Yale. Y entonces brinda una recomendación a la población sobre la manera más conveniente de disminuir tales tensiones mentales. Explica que es necesario “aprender técnicas de meditación y de control del estrés”; es decir, ejercicios de lo que popularmente es conocido como “control mental”… que venimos enseñando desde hace años y años.