30 Jan El campeón entre los paleontólogos
Por Nora Bär
Las listas de especies que descorazonan a muchos aspirantes a biólogos son, sin embargo, una herramienta valiosa para entender la evolución de la vida en la Tierra. Pero, claro, es esencial no cometer errores. Y lo mismo vale para el catálogo de los dinosaurios conocidos.
Esto llevó a Mike Benton, de la Universidad de Bristol, a estudiar detalladamente la tarea de los investigadores y taxonomistas que nombraron las 1400 especies de dinosaurios identificadas y publicadas entre 1820 y 2004 en todo el mundo, y se fijó si seguían siendo válidas.
Sus conclusiones, que se publicaron en el Journal of Vertebrate Paleontology , coronan al doctor José Bonaparte, uno de los padres de la paleontología argentina y maestro de una pléyade de discípulos que hoy son investigadores de gran relevancia en el país y en el extranjero.
Según este estudio (que sólo incluyó especies identificadas por investigadores que fueron únicos o primeros autores de los trabajos), Bonaparte es el paleontólogo vivo con más especies de dinosaurios nombradas que siguen siendo válidas: 23 de los 24 dinosaurios y aves que nombró. Lo sigue el joven Xu Xing, de la Universidad de Pekín, con 18.
De las 98 especies que nombró el norteamericano de la Universidad de Yale Othniel Marsh, entre 1870 y 1899, sólo 35 siguen siendo válidas. Y de las 24 que descubrió y nombró el irlandés Charles Gilmore entre 1909 y 1946, sólo 13 siguen en pie.
Bonaparte, con un índice de validez de 0,96, supera incluso al mediático Paul Sereno, que nombró 12 especies y tiene un índice de validez de 0,92.
“Bonaparte trabajó en distintas localidades fosilíferas que abarcan la «era de oro» de los reptiles, el Mesozoico -cuenta el doctor Fernando Novas, discípulo de Bonaparte, investigador del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y él mismo descubridor de varios dinosaurios, como el Unenlagia comahuensis y el Megaraptor namunhuaiquii– . No sólo encontró nuevos yacimientos, sino también otra gran diversidad de animales terrestres que vivían en esa época, como los primeros mamíferos de la Era Mesozoica de América del Sur, cocodrilos, serpientes, aves, algún pterosaurio y otros que acompañaron a los primeros dinosaurios hace 230 millones de años. Ameghino se concentró en el estudio de los mamíferos del Terciario; Bonaparte fue a la era precedente y pudo escribir capítulos fundamentales en la evolución de los vertebrados.”
Según el trabajo de Benton, los autores que más especies válidas tienen son claramente los que más nombraron. Pero esto no siempre coincide con el índice de validez ( validity ratio ). De los diez autores más prolíficos, algunos trabajaron con materiales de América del Norte, otros lo hicieron con piezas provenientes de la China, otros de Gran Bretaña y otros de Asia Central.Bonaparte nombró especímenes de América del Sur.
Actividad sin descanso
Hijo de un marinero italiano, el doctor José Bonaparte nació en Rosario en 1928, pero se crió en Mercedes. En 1947, cuando tenía apenas 19 años, fundó allí con un grupo de amigos lo que es hoy el Museo Municipal de Ciencias Naturales, donde todavía trabaja cada mañana.
A lo largo de 50 años de actividad ininterrumpida (20 de ellos, en la Universidad de Tucumán) e innumerables expediciones (muchas de ellas financiadas por la National Geographic Society), marcó hitos en el conocimiento de la fauna que poblaba Gondwana hace decenas de millones de años.
Con sus discípulos, entre los que figuran también Rodolfo Coria, Luis Chiappe, Guillermo Rougier, Leonardo Salgado y Jorge Calvo, mostró un carácter difícil y una determinación a toda prueba.
Quienes lo conocen afirman que relegó todo a la pasión que lo llevó, primero, a formarse como autodidacto, y más tarde a recorrer el país y áreas limítrofes en busca de huesos sepultados durante millones de años.
Pero esa misma conjunción le permitió realizar descubrimientos impactantes, como el Carnotaurus sastrei, el primer fósil de dinosaurio con cuernos, que conservaba impresiones de su piel, en Chubut. Hasta su hijo Ubaldo, que lo acompañaba en sus trabajos de campo, encontró dientes de tres especies de mamíferos.
Trabajó en el Museo Field de Chicago, en Harvard, en Berkeley, en Inglaterra, Alemania y Canadá.
“Tiene un bagaje genético y una contextura física que le permitían llevar adelante expediciones extenuantes -recuerda Novas-. Era dueño de una enorme capacidad de trabajo, de una resistencia y una tenacidad inigualadas por sus discípulos. Incluso hoy tiene una energía que asombra.”
Y concluye: “Es un referente de la paleontología sudamericana que puso a la Argentina como protagonista de la escena paleontológica internacional. Porque no sólo fueron los hallazgos: detrás de cada descubrimiento venían el desarrollo teórico y las nuevas ideas. Su trabajo permite comprender capítulos enteros de la historia evolutiva de los animales”.
LA NACION