17 Jan El estrés cotidiano y su influencia en la infertilidad
Por Sergio Pasqualini
El verano es una buena oportunidad para preparar tanto la mente como el cuerpo para la búsqueda de un hijo, ya que en esta época comenzamos a alejarnos de las preocupaciones laborales y personales, y también de todas aquellas corridas y exigencias que se tienen a lo largo de todo el año.
Un estudio científico reflejó que un alto número de pacientes que no logran quedar embarazadas, y deben someterse a un tratamiento, presentan un grado de estrés por arriba de la media de la población en general.
Además, es importante considerar que el valor promedio de estrés de todas las pacientes estudiadas se asocia a infertilidad y al aborto recurrente. Entonces, podemos afirmar que el estrés y la infertilidad van de la mano.
Por esta razón, creemos en los tratamientos con terapias complementarias que ayudan a equilibrar la mente y el cuerpo: el Sistema de Entrenamiento Especial (SEES) de enfoque holístico y multidisciplinario, integra la medicina del comportamiento con la medicina tradicional china y los últimos avances en psicología y manejo del estrés.
Este programa ha generado muy buenos resultados en pacientes que tenían problemas para concebir. Esta nueva perspectiva integradora, totalizadora y de avanzada permite reducir los niveles de angustia y ansiedad, logrando las mejores condiciones para que una mujer que no logra quedar embarazada o que tenga que someterse a tratamientos, tenga los mejores resultados.
Hay que aprovechar los momentos, cualesquiera sean, para bajar el nivel de exigencia propios de nuestras rutinas cotidianas. El momento de la concepción de un bebé debe estar lleno de armonía con uno y con la pareja.
En ése sentido, el verano, las vacaciones y la consecuente disminución del estrés cotidiano, son nuestros mejores aliados en el camino hacia la búsqueda de un hijo.
CLARIN