22 Jan Elegante seducción
Por Gabriel Tomich
eemplazar a un modelo exitoso como el Peugeot 307, que fue líder de ventas entre los medianos durante varios años, no era tarea sencilla. Sin embargo, la marca del león acometió el desafío con el flamante 308, que también se fabrica en la planta de El Palomar.
El diseño de los Peugeot tiene la marca en el orillo, básicamente por su larga trompa con la parrilla de boca amplia y faros bien rasgados, de aire felino, al que ahora se suma, a los costados de la toma de aire central, un módulo que contiene las luces diurnas (leds) y las antinieblas. La parte posterior es ahora más voluminosa dando mayor musculatura al segundo cuerpo de este hatchback (5 puertas) que, en suma, redondea un diseño por demás atractivo, que no pasa desapercibido. Es más, este modelo local incorpora los retoques estéticos que recibió la versión europea en abril de 2011.
Construido sobre lo que en el Grupo PSA denominan Plataforma 2 (autos medianos), el 308 se complementa con el conocido sedan 408 (tricuerpo), con el comparte plataforma, mecánica y equipamiento, para configurar la oferta de Peugeot en el competitivo segmento B, de autos medianos.
La gama del flamante 308 es amplia. Tiene tres motorizaciones: dos nafteras, de 1.6 litros y 115 CV y 2.0 de 143, más un propulsor diésel HDi también de 1.6 litros y 115 CV. A esto se suman las versiones de equipamiento Active, Allure y Feline, con y sin navegador (el mismo con el que cuenta el 408) y transmisiones manual de cinco marchas y automática de cuatro. En total, nueve versiones con precios que arrancan en $ 102.900 (Active 1.6N) hasta los $142.300 de los modelos Feline HDi y Feline Tiptronic 2.0 nafta (única automática), probada por La Nacion. Una buena noticia para los compradores de un 308 es que la garantía para toda la línea es de 3 años o 100.000 kilómetros.
El Peugeot 308 tiene 4276 mm de longitud por 1821 de ancho y 1519 de altura, con una distancia entre ejes de 2608 mm. Estas medidas confieren un buen espacio interior y confort para todos los pasajeros, además de un baúl de 430 litros, más que generoso para un modelo de 5 puertas y práctico por el espacio útil que ofrece.
La posición de manejo es muy cómoda gracias a las múltiples regulaciones de la butaca (todos los asientos tienen tapizado de cuero, igual que el volante), en especial en altura, y la columna de dirección (alto y profundidad). La pedalera es profunda y los pedales tienen un revestimiento de aluminio muy deportivo.
El interior cuenta con idéntico tablero y consola que el 408 (por otra parte, igual a la del 308 europeo). El instrumental es completo y de fácil lectura e incluye el display de la computadora de viaje. El navegador, con pantalla retráctil de 7″ cuenta con buena cartografía. La ergonomía y facilidad de uso de los comandos es muy buena. La consola central, debajo de los tres difusores redondos de aire, agrupa el climatizador automático bizona y el equipo de audio (incluye puertos USB y auxiliar y comando satelital en el volante multifunción), más la selectora de la caja de velocidades automática.
Para destacar del amplio equipamiento, el techo panorámico hasta el asiento trasero, con cobertor interno eléctrico; airbags frontales, laterales y de cortina, alarma antirrobo, pack eléctrico completo, difusores de aire posteriores, Bluetooth, cruise-control, sensores de estacionamiento trasero y mucho más.
La versión probada cuenta con el conocido motor 2.0 con 143 CV. Se trata de un propulsor que se caracteriza por su funcionamiento suave y la elasticidad. Está combinado con la caja Tiptronic con convertidor de par de 4 velocidades (con modos automático y secuencial) que ya utilizaba el 307, pero con mejoras en la gestión electrónica y otros detalles, que la han mejorado.
A favor de esta caja está el gran confort que aporta a la conducción, en especial en el tránsito urbano. En contra, las relaciones largas, que hacen un poco más lentas las respuestas de aceleración (de 0 a 100 km en 11,8 seg.), pero no tanto respecto de una caja manual; mientras, la velocidad máxima es de 195 km/h. En cuanto al consumo, en ciudad es un tanto alto: 12 l/100 km y en ruta (a 120 km/h) gasta 9 l/100 km.
El comportamiento dinámico y el confort de marcha son muy buenos, con dos detalles por tener en cuenta: el bajo despeje del tren delantero (hay que entrar con cuidado en cunetas profundas) y los secos golpes de la amortiguación posterior (en compresión) al tomar un bache o pozo profundo.
Los frenos son óptimos, gracias a los discos en las cuatro ruedas más ABS y asistente de frenado de urgencia.
Además, cuenta con control de estabilidad, lo que asegura el de por sí firme y aplomado andar de este 308, que tiene muy buenos argumentos para competir por el liderazgo entre los medianos bicuerpo.
LA NACION