25 Dec Las Fiestas, un riesgo para el corazón
Por Fabiola Czubaj
compras, exámenes y más anotaciones como si nada pudiera posponerse, los excesos alimentarios, el estrés emocional y la subestimación de ciertos síntomas pueden desafiar al corazón.
Y no sólo en las personas más vulnerables, como los adultos mayores o los pacientes cardíacos o con factores de riesgo. Un tercio de los infartos ocurren en personas completamente sanas. Por eso, es importante saber, por ejemplo, que la sensación de saciedad o indigestión, la aparición de fatiga o un dolor suave en la mandíbula, el cuello o entre los omóplatos, entre otros, son signos de que hay que consultar al médico.
“El riesgo de tener algún problema cardiovascular en esta época está muy relacionado con los excesos en las comidas y el alcohol, y con el estrés emocional. Para muchos, son días de balances, recuerdos y proyectos. Otros perciben la soledad, sienten la obligación de tener que encontrarse con familiares que no quieren ver o piensan en los que ya no están”, resumió el doctor Alberto Alves de Lima, director de Docencia e Investigación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA).
Un estudio clásico que se publicó en Circulation , y que los cardiólogos siguen citando frente a la falta de estadísticas más recientes, reveló que la cantidad de infartos crece un 5% en las dos últimas semanas del año. Aunque se trata de un aumento “discreto”, en nuestro país eso se traduciría en unos 2000 ataques cardíacos.
“Es bueno estar consciente de esto -afirmó el cardiólogo Jorge Trejo, de la Clínica Mayo de Jacksonville, Florida-. Se ha observado un aumento de las muertes por muchas razones en los días de Navidad y Año Nuevo, pero especialmente por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.”
Pero si en algo coincidieron los especialistas consultados, fue en insistir en que no hay que alarmarse, sino tomar medidas para pasar las Fiestas sin sobresaltos ni angustias. “Es importante tomar consciencia de que el año que termina no es el último. No hay que estallar en el intento”, insistió Alves de Lima.
“Ante cualquier situación de estrés -recordó el doctor Alejandro Hershson, jefe del Departamento de Medicina Ambulatoria de la Fundación Favaloro- aumenta la cantidad de problemas coronarios agudos por la alteración del sistema nervioso simpático. Los excesos, la tensión emocional y la postergación de la consulta ante cualquier malestar prueban que las Fiestas pueden ser un disparador del síndrome coronario agudo”, que se puede producir por la ruptura de una placa de aterosclerosis en las arterias del corazón que obstruya el flujo de sangre. Esto puede ocurrirles no sólo a personas con antecedentes cardiovasculares, sino también a una de cada tres personas sanas. “Por eso, las recomendaciones son para todos”, dijo Hershson.
Un grupo especialmente vulnerable a los excesos son los adultos mayores. “Cuando llegan las Fiestas, los mayores que están bajo tratamiento con antihipertensivos, que tienen una dieta estable y que cumplen con los medicamentos indicados, comen y toman un poco de más”, comentó el doctor Ignacio Bluro, médico de planta del Servicio de Cardiología del Hospital Italiano.
Esa transgresión alimentaria hace que consuman más sal. “Con la misma medicación para una dieta equilibrada, la sal de más y la comida copiosa provocan un aumento de la presión, la persona retiene sodio y esto gatilla la insuficiencia cardíaca [el corazón no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo]”, agregó.
En cambio, para los servicios de emergencias extrahospitalarias, lo que más afecta a los mayores durante Nochebuena o Año Nuevo son la angustia o la soledad. Mario, un paramédico con 20 años de antigüedad en la asistencia de ese tipo de urgencias a bordo de una ambulancia, refirió: “Lo que más se da son las crisis de angustia en los mayores de 60 cuando se van acercando las doce… En la mayoría de los casos, tiene que ver con la pérdida reciente de familiares cercanos, como la pareja o los hijos”.
Los registros de la empresa Vittal sobre una base de datos de 2,5 millones de pacientes de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, revelan que sólo crecen un 6% las urgencias por el descenso súbito de la presión (hipotensión) y lo hacen apenas un 0,4% por las alteraciones del ritmo cardíaco (arritmias).
Entre los menores de 65, en tanto, los que más deben cuidarse son los que tuvieron un infarto. “Tomar alcohol de más hace que algunos no tomen la medicación -indicó Bluro-. Sobre todo los que tienen insuficiencia cardíaca, es importante que conozcan su peso habitual y que se pesen a la mañana siguiente del 24 y el 31, después de orinar y antes de desayunar. Si aumentaron 1 kg o más, no se trata simplemente de que comieron de más, sino que retuvieron líquido.”
La sensación de falta de aire y la retención de líquido son los principales síntomas de la insuficiencia cardíaca. “Lo mejor es consultar al médico antes de las Fiestas para saber qué hacer si aparecen edemas en las piernas, fatiga o aumenta la presión. Y, si aparecen estas señales de alarma, ir al médico de inmediato”, precisó Bluro.
LA NACION