Una fondista real

Una fondista real

La gran Borobeta fue sinónimo de calidad

El Handicap Borobeta (1200 metros), para yeguas de 4 años y más edad, se dirimirá el próximo lunes 23 en la pista principal del Hipódromo Argentino, y recordará a una de las más trascendentes sangre pura de carrera de la época de oro del Turf nacional.

Nacida el 1º de julio de 1967 en el Haras El Rincón, la hija de Bonicate (Advocate) y Appendix, por Sideral en Andorana (Embrujo), fue adquirida por el stud Los Molles –uno de sus boxes sería ocupado posteriormente por Kalabana- y estuvo siempre al cuidado de Francisco “Pancho” Viviani en el Hipódromo de La Plata. Allí se estrenó gananciosa a los 3 años el domingo 26 de julio de 1970, sobre un fangal, y sin echar el resto al mando de Jesús Miguel Corso superó por 3 y 5 cuerpos a Preguntale e Idólatra en 1’29”4/5 para los 1400 metros.

El 28 de agosto siguiente tomó parte del Clásico Hipódromo de La Plata (1800 metros) obtenido por Amada Cua, donde rodó en la suelta de una distancia al tiempo archivada en el Sur por la cantidad de accidentes acaecidos en dicho tiro.

Trascartón, el 13 de septiembre en la húmeda palermitana se animó en el exigente Gran Premio Selección (2200 metros), y sin experiencia valedera cruzó 6ª entre trece pero a sólo 2½ de Olvida, Sierra Azul y Cruz de Roble en 2’18”3/5, ratificando sus cualidades al traspasar la meta a la grupa de Snow Figure. Pronto volvió al triunfo, porque el 27 de septiembre en la arena húmeda del Bosque se llevó el Clásico Selección (2200 metros) al sacarles 2 largos a Small Head e Hilaracha en 2’21”4/5.

El 18 de octubre probó el bravo césped alterado de San Isidro en el Clásico Criadores (2400 metros), clasificando 4ª a 6 cuerpos de Snow Figure y Olvida en 2’19”3/5, entonces con el debut en su silla de Vilmar Sanguinetti en lugar de “Tino” Corso. Y el 1º de noviembre en la pesada sureña dejó en fila india de 12, 15 y 2 largos a Pas de Calais, Vindicadora y Canaima en 2’27”3/5 para los 2300 metros del Clásico Criadores.

Luego animó el 19 de noviembre uno de los Grandes Premios Dardo Rocha de mayor nivel de la historia, y en mano a mano femenino con la enconada Farm –terminaba de escoltar a Snow Figure en el Pellegrini-, cedió a la cabeza de la notable reservada del Haras Argentino en 3’16”, cortadas 9 cuerpos de Whitey, Vincitore, Cruz de Roble y el resto. Pese a los 10 kilos de diferencia, la yegua visitante sometía en noche inolvidable a la princesita local, pero cabe apuntar que Borobeta a la altura de los 1200 metros sufrió un tropiezo descalificador provocado por Mineur, levantó, resignó muchas posiciones, remontó en el codo la enorme diferencia sacada por la pupila de Aníbal “Chiquito” Giovanetti, se le puso al anca a falta de 300 metros, al pescuezo en los 150, insistió paso a paso y no le alcanzó, en verdadera donación por el referido contratiempo. Ese desarrollo y su dramática definición se comentaron durante meses en el Barrio Hipódromo.

Casi al mes, el 20 de diciembre en el Clásico Comando y Dirección General de Remonta y Veterinaria (2500 metros) de los Eucaliptos, vino siguiendo a Un Tigre hasta los 750, allí pasó al frente y monologó, para adelantar por 11 largos al citado, Germán y Cruz de Roble en 2’38”, con el “Topo” en postura para cerrar su primera temporada.

Estuvo prácticamente todo 1971 subiendo al camión, e incrementó así su fama de excelente fondista. El 4 de abril en Palermo despatarró por 11 cuerpos a la puntera Olvida, Tuqui y Papote en 2’54”1/5 para el Clásico Buenos Aires (2800 metros). Repitió el 28 del mismo mes en el Clásico Vicente Casares (2500 metros), allí echándoles 6, 2½ y 2 a Macho Real y Un Tigre y Papote en 2’33”4/5. El 25 de mayo en el pasto pesado sanisidrense, con la conducción de Víctor Centeno porque Sanguinetti se apiló en Duncan, brilló de lado a lado para agendarse el Gran Premio 25 de Mayo (2400 metros), anticipando por 1½, cabeza y 6 largos a Snow Trail, Terminal y Severus en 2’30” exactos, con 13” clavados de final. “Regresó” a La Plata para alumbrar la escena del Clásico 9 de Julio (2500 metros), por 2 y 2 largos a Yos y Fustazo en 2’39”1/5. De vuelta en el Centro, el 20 de junio el “Topo” la trajo 3ª, dominó por los 500 y se adjudicó cómodamente el Clásico Chacabuco (3000 metros) por 4 y 18 cuerpos respecto de Un Tigre y Vincitore en soberbios 3’5” clavados, para hilvanar de tal modo una serie de seis conquistas consecutivas.

Y el 19 de septiembre en idéntico circo, en terrible desenlace de ½ cabeza, pescuezo y ventaja mínima secundó a Juan Bueno en 3’39”2/5 para el Gran Premio de Honor (3500 metros), abrazada a Papote y Terminal; esa tarde, Terminal con el jinete brasileño Luis Rigoni, le hizo comer un cajón decisivo, quedó encerrada y terminó penando otra injusta derrota.

Después participó por Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini (3000 metros), el 7 de noviembre en el recinto de Libertador y Dorrego, siendo 6ª en lote de quince a 12 cuerpos de Uruguayo, Locomotor y Maidenform en 3’6”. Y el 19 de noviembre, en la segunda intervención de ese ciclo en su casa, a base de categoría entró 3ª a 3 largos del match entre la peruana Maidenform y Fustazo en 3’15”1/5 para despedirse de las lides en su segundo Gran Premio Dardo Rocha, aunque a decir de los memoriosos ya no era la misma.

Vilmar Sanguinetti, inamovible en su montura hasta ese capítulo ulterior, salvo en el aludido Gran Premio 25 de Mayo. Y de mañana, era floreada o hacía pasadas a voluntad con Corso o Raúl Ledesma.

Así culminó su trayectoria argentina, con 8 medallas doradas, 3 placés y 1 tercero en 16 confrontaciones. Y ya no volvería a correr por aquí ni tampoco en los Estados Unidos, a donde fue trasladada por venta a comienzos de 1972. Pronto se extravió misteriosamente su rastro, Borobeta no tuvo descendencia, y quedó en el recuerdo colectivo como una galopadora de calibre excepcional, que en manos de un sabio entrenador de la guardia vieja grabó su nombre a fuego en los más profundos cimientos de los Eucaliptos.


Farm y Borobeta en un Dardo Rocha de antología


Su victoria en el Gran Premio 25 de Mayo de 1971

Carlos Felice