08 Nov Gran Premio Nacional
De Souvenir a Ever Daddy, pura gloria
El Gran Premio Nacional-G1 (2500 metros), para ejemplares de 3 años, se corre ininterrumpidamente desde 1984, y es una de las pocas pruebas jerárquicas argentinas que jamás ha modificado su recorrido ni tampoco su sede.
El domingo 5 de octubre de 1884, el mestizo Souvenir empleó 2’52” en la arena normal del Hipódromo Argentino para superar a Galileo, Marius, Rosita y otros trece rivales, abonando el elevado sport de $ 323,21; es el dividendo más alto del historial de la carrera, seguido por el de Sobresalto ($ 168,20) en 1961.
Procedente del Haras Las Rosas, el hijo de Blair Adam (GB) y Remembrance defendía las sedas de la ecurie Buenos Aires, caballeriza que repetiría doce meses después con otro mestizo, Surplice, éste por Phoenix (FR) y Priestess, ambos cuidados por su propietario, el trainer uruguayo Manuel “Manuco” Velázquez.
A aquella versión inaugural asistieron el Presidente de la Nación, General Julio Argentino Roca, el Vicepresidente, Dr. Francisco Bernabé Madero, y otras altas autoridades. Souvenir triunfó en violento rush final, y fue llevado al disco por un piloto que tenía sólo 11 años de edad, José Viera, quien luego se adjudicaría la estadística de jockeys de 1888 con 28 triunfos, y totalizaría 90 a lo largo de toda su campaña profesional.
En referencia a los dividendos, el menor corresponde al crack Botafogo, que al mando de Jesús Bastías devolvió $ 2.25 por cada dos apostados en la temporada 1917.
Los diez Cuádruple Coronados de nuestra hípica, lógicamente, alzaron el tercer eslabón en las veinticinco cuadras del Derby: Pippermint (1902), pupilo de Edmundo Frazer; Old Man (1904), entrenado por Lauro de los Santos; el citado Botafogo (1917), hijo del anterior, y al cuidado de Felipe Vizcay; Rico (1922), con Naciano Moreno por detrás; Mineral (1931), pensionista de José Santestevan; La Mission (1940), puesta al dente por Nicolás Berazategui; el fenómeno Yatasto (1951), a cargo de Juan Ramón de la Cruz; Manantial (1958), huésped de Manuel Dacosta; Forli (1966), preparado por Juan Lapistoy; y Telescópico (1978), con el sello de Juan Esteban Bianchi en el orillo.
Trece potrancas salieron airosas en el largometraje por antonomasia para los tresañeros: Condesa (1887), Niobe (1892), Porteña (1894) en puesta con General Lavalle –ambos alistados por Leandro Álvarez-, Sibila (1907), Espirita (1910), Omega (1918), Fanfurriña (1928), Sierra Balcarce (1930), Quemaíta (1937), La Mission (1940), Miss Grillo (1945), la platense Kalabana (1975) en larga atropellada exterior, y Potrizaris en 1998 al lesionarse en plena definición el tordillo Tifosi cuando corría con la victoria en el bolso.
Irineo Leguisamo y Jorge Valdivieso son los jinetes más laureados en el Nacional, con 5 conquistas cada uno. El “Pulpo” las consiguió con Lombardo (1924), Payaso (1932), Requiebro (1933), La Mission (1940) y Seductor (1946). El mendocino se lució a bordo de Acertijo (1979), I’m Glad (1981), Indalecio (1988), Refinado Tom (1996) y Freddy (2002). Juan Carlos Noriega cuenta con 4 logros, por intermedio de la mencionada Potrizaris (1988), Dr. Ciro (2001), Mr. Alleva (2003) y Basko Pintón (2004), los tres últimos alistados por Roberto Pellegatta al igual que Forty Licks (2005), Niño Guapo (2002) y Ever Daddy (2023), nombres que convierten a dicho compositor, con 6 trofeos dorados, en el más ganador del Gran Premio. Así, el cuidador palermitano dejó atrás a un coloso de la talla del “Vasco” Lapistoy, responsable de la escalera real conformada por Seductor (1945), Doubtless (1947), Irmak (1952), Forli (1966) y Duncan (1970)
Entre las caballerizas, todavía lidera la desaparecida blusa del Don Gonzalo, cuyos colores flamearon en 5 oportunidades gracias a Cordón Rouge (1900), Américo (1903), Floreal (1905), Saint Emilion (1916) y Gaulois (1920).
El inmortal Congreve (Copyright y Per Noi) está al tope de los padrillos con media docena de éxitos, los de sus descendientes Ix (1935), Quemaíta (1937), Embrujo (1939), La Mission (1940), Avestruz (1943) y Churrinche (1944). Dos vástagos de Embrujo, Penny Post (1948) y Romantic (1953) repitieron la hazaña de su padre. Egipto (1950) era hijo de Avestruz, y resalta aún más al semental que en el tango hace rejuvenecer con sus nietos al cantor.
El mencionado Old Man (Orbit y Moissonneuse) fue el único titular del Nacional en aportar hijos y nietos a la clásica contienda. Cuádruple Coronado en las pistas con la chaquetilla del Petite Ecurie, el alazán nacido en el Haras Viejo tuvo la satisfacción de ganar 3 Derbys, con sus figlios Espirita (1910), San Jorge (1912) y el notable Botafogo (1917). En tanto, de sus nietos salieron airosos Rico (1922), y los hermanos maternos Quemao (1926) y Quemaíta (1937), ambos por Quintilla.
Párrafo aparte para la excepcional Sibila (Orbit y Solífuga), única heroína de la competencia que dio a un vencedor, en su caso a Smasher (Diamond Jubilee y Sibila), mandamás de la edición 1914 con la monta del inglés David Englander al superar por el pescuezo a Aguerrido en 2’37” clavados.
Si hablamos de registros fidedignos, el récord lo ostentaba I’m Glad (Liloy y Glad), que al marcar 2’32”3/5 en 1981 a las órdenes de Jorge Valdivieso bajaba en 2/5 los 2’33” señalados por Payaso (Re-Echo y Payasada) en 1932, casi medio siglo antes. Pero Chullo (Equalize y Qué Ilusión), con sus 2’31”65/100 de 1997 al doblegar por 4 cuerpos a Lazy Lode con Oscar Conti en postura, pasó a adueñarse del guarismo más breve.
La primera partida con marquesina de Grupo 1 fue la del domingo 1º de octubre de 1978, cuando al mando de Marina Lezcano el imperecedero Telescópico aplazó por ½ largo a Habanico en 2’34”3/5, con Trabuco, Botón, Seed, Leonante y Excelsior más atrás en la llegada encabezada por el reservado del Haras Don Yeye.
Chopp (1908), Macón (1925), Banderín (1942), el ruano Branding (1952), Tatán (1955), Mamboretá (1959), el “Petiso Campeón” Gobernado (1964), Ribereño (1967), los hermanos paternos Indian Chief (1968), Practicante (1969) y Uruguayo (1971) –los tres por Pronto-, El Gran Capitán (1974), Serxens (1976) con su atropellada bien exterior, Alatón (1977), Pretencioso (1980), Fatly (1983), Pelotari (1984) –propiedad del “Gordo” Horacio García Bianco-, El Serrano (1986), Cheyenne (1989), el sangrador L’Express (1991), Hangar (1993), Refinado Tom (1996), Tapatío (2000), Expressive Halo (2010), Indy Point (2012), Hi Happy (2015), Miriñaque (2019) y Great Escape (2020) son otros nombres célebres del riquísimo historial.
El dramatismo tiñó la topada de 1982, ganada de arremetida por Clorhidratante (Practicante y Clientela) a $ 60.30 con Juan Maciel. Porque Fort de France salió a beber los vientos con Marina Lezcano pero siguió derecho, sin doblar en el primer codo, y aunque el favorito Té de Tilo (Miguel Sarati) trató de atajarlo, el genioso hijo de Kasteel (FR) continuaba su marcha hacia el viejo paredón, entonces su amazona desestribó y se arrojó de la montura. Fort de France frenó en seco a metros del muro externo, abriendo un gran pozo en la arena.
Y dejamos para el broche del resumen al señero Haras Ojo de Agua, con la friolera de 19 copas de la prueba en su haber, nada menos: Valero (1899), Cordón Rouge (1900), Américo (1903), Floreal (1905), Saint Emilion (1916), Omega (1918), Tiny (1919), Gaulois (1920), Pulgarín (1921), Macón (1925), Quemao (1926), Sierra Balcarce (1930), Ix (1935), Quemaíta (1937), Embrujo (1939), La Mission (1940), Avestruz (1943), Churrinche (1944) y Forli (1966), una verdadera síntesis de nuestro Turf & Elevage si se agrega, por ejemplo, el nombre del calificado Ahmad (Good Manners), originario de Ojo de Agua y a posteriori papá de Potrillazo, ganador del Nacional de 1985 y padre de la vencedora de 1998, Potrizaris.
La estampa de Congreve, el padrillo más ganador de la prueba
El uno-dos de Lapistoy en 1970, con Duncan secundado por Tayik
La autoridad de Potrillazo con Rubén Laitán en 1985
Festeja William Pereyra sobre Ever Daddy, último y desahogado vencedor