Festejo con aroma de café: la infusión más bebida del mundo celebra su día

Festejo con aroma de café: la infusión más bebida del mundo celebra su día

Por Guadalupe Sánchez Granel
Considerada la bebida más tomada en el mundo después del agua, compartir un café es una costumbre que se mantiene a través de los siglos. En 2015, para promover su consumo, la Organización Internacional del Café eligió el 1 de octubre como fecha para unificar la celebración que, hasta ese momento, cada país realizaba en días diferentes.
Producido en lugares como Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia y Etiopía, el país que lidera el consumo es Finlandia, con 16 kilos per cápita, que equivale a unas 1100 tazas por habitante al año. En Chile, el consumo está en 6 kilos. En la Argentina, el Uruguay y Paraguay, los números bajan debido al principal rival regional: el mate. En el país, se consume cerca 1 kilo de café per cápita. Pero el « modo varió, influenciado por nuevos formatos y tendencias.
“Si bien el consumo argentino es bajo, en general, el porteño lo tiene muy arraigado. Y, en las grandes ciudades, es más alto que en el interior”, explica Martín Cabrales, frontman de la empresa familiar, que lleva más de 70 años en la industria de esta infusión. “Acá, solemos consumir más el torrado, al cual, en el proceso de elaboración, se le agrega azúcar. Es una costumbre española que heredamos. Pero el tostado es el que más se ingiere en todo el mundo porque es más natural, sin agregados y de mejor calidad”, amplía.
“En estos cinco años, se vio un auge del café. Surgieron nuevas formas de beberlo. Se fue perdiendo lo tradicional, de sólo tomarlo cortado”, observa Ariel Schegvitz, barista de Café Martínez. Consuelo León, barista y Brand Ambassador de Nespresso, coincide: “Está de moda. Hay muchas cafeterías de especialidad, que ofrecen propuestas relacionadas con las metodologías de extracción. El barista debe lograr el mejor perfil sensorial según el origen del café. Hoy, hacer una buena taza de café espresso es un arte”.
Como pasó con el vino, el aceite de oliva y el chocolate, el consumo de café se sofisticó. “Es un producto al que se descubrieron muchas propiedades: es energizante natural, mantiene alerta al cerebro, combate al mal de Parkinson, no engorda. Se considera que es aconsejable beber hasta cuatro o cinco tazas”, explica Cabrales. La cifra de consumo actual, en la Argentina, es de 207 tazas anuales por persona.
“La tendencia es hablar de lo endémico, del terroir. Implica conocer el origen, saber que la altitud, la latitud, el clima y el suelo le dan características específicas. Uno ve el resultado final en la taza pero no sabe el trabajo detrás. La mano del caficultor le da una impronta que, junto con la más alta tecnología, produce una alquimia esplendida en la taza”, describe León.
Las nuevas generaciones modificaron la forma de iniciación. “La juventud empieza en las cadenas, donde lo prueban mezclado con otros ingredientes. Eso los vuelve más exigentes.
Hay que estar atentos: son quienes dictan las tendencias”, afirma el empresario.
De cara a la temporada primavera/verano, los baristas destacan al café frío, ya consagrado a escala global. “El cold brewes el resultado de macerar café con agua fría durante 24 horas. Ese concentrado es un energizante natural. Al principio, el cliente lo veía como algo exótico. Pero empezó a ser más aceptado. Ahora, será un boom”, explica Schegvitz.
“En la Argentina, el café se toma con leche de vaca. Pero, en el exterior, es muy común pre¬pararlo con leche de almendra o de trigo. En Europa, hay infusiones elaboradas con lo que queda de la pulpa”, describe León. “Todavía, falta que los argentinos se animen a jugar un poco más con el café. A sumarlo, sin miedo, en la coctelería y en la gastronomía porque es un producto noble, que acompaña muchas experiencias”, finaliza.
EL CRONISTA