12 Mar La increíble restauración del 911 más viejo que existe en la colección de Porsche
El patrimonio histórico de una marca muchas veces puede no tener precio. Y la gente de Porsche se lo toma de ese modo. Por eso su museo es uno de los más extraordinarios en el mundo del automóvil. Y el nuevo integrante de su colección cuenta con una historia particular.
Después de tres años de restauración, el Museo Porsche presenta a una de las más novedosas incorporaciones a su exposición y que se convierte en el 911 más antiguo de los que posee. El 901 N° 57 estará en exhibición hasta el 8 de abril de 2018, en el edificio que la empresa tiene en Stuttgart.
Esta cupé roja, fabricada en octubre de 1964, fue una de las primeras unidades de producción en serie de este deportivo, cuando todavía se la denominaba 901. Inicialmente, Porsche desarrolló y presentó al sucesor del 356 bajo esa denominación.
Sin embargo, sólo unas semanas después de que comenzara la producción, en otoño de 1964, la nueva cupé tuvo que ser renombrada a causa de un litigio con Peugeot, que venía utilizando tres números con un cero en el centro para nombrar a sus vehículos. Es así como nació el mítico 911.
Todos los vehículos para clientes producidos hasta ese momento fueron fabricados como 901, pero se vendieron como 911. La colección oficial de Porsche careció de una de estas unidades singulares durante 50 años.
Casi medio siglo más tarde, el museo de la empresa alemana encontró esta singular unidad, abandonada en una granja y rodeada de gallinas, y decidió comprarla con vistas a una restauración que lo devolviera a su estado original.
La historia reciente cuenta que en 2014, mientras evaluaban una colección olvidada de objetos en una granja, un equipo de televisión alemán de un programa sobre antigüedades y artículos de recuerdo se encontró con dos modelos 911 de los años sesenta.
Tras hacer averiguaciones con el Museo Porsche, se descubrió que uno de los dos deportivos, con el número de chasis 300.057, era de esas unidades especiales fabricadas antes de que el vehículo recibiera el nuevo nombre. El museo decidió comprar ambos ejemplares y así cubrir uno de los huecos clave que había en su importante colección de clásicos producidos por la marca.
Según la empresa, uno de los puntos cruciales que llevaron a la compra del vehículo fue el hecho de que el 911 no había sido restaurado, lo que daba a los especialistas del museo la oportunidad de rehacer el auto de la forma más auténtica y parecida al original.
El trabajo duró tres años para devolver a este deportivo oxidado a su estado original, utilizando piezas de carrocería genuinas de aquella época que fueron tomadas de otros vehículos. El motor, la transmisión, los componentes eléctricos y el interior fueron reparados siguiendo los mismos principios.
La norma general era mantener piezas y fragmentos donde fuera posible, en lugar de reemplazarlos. Estos complejos métodos de restauración, usados habitualmente por el museo, son precisamente la razón de que haya costado tanto tiempo devolver a la vida a este histórico deportivo.
En impecable estado, ahora pasa a ser el 911 o 901, más antiguo que tiene la empresa. Lo que no es poca cosa, ya que toda la imagen y los diseños del resto de la gama, incluido los SUV Macan y Cayenne, están inspirados en probablemente la cupé más famosa de la industria automotriz mundial.
CLARIN