Kobe Bryant recibió un emotivo homenaje de los Lakers

Kobe Bryant recibió un emotivo homenaje de los Lakers

Por Luciana Aranguiz
Es el hombre de los cinco anillos en Los Angeles Lakers y uno de los mejores de la historia de la NBA, para muchos comparable sólo con el inolvidable Michael Jordan. Es quien supo superar su propio ego para transformarse en una pieza irremplazable de su equipo y brilló con luz propia en un universo de estrellas. Es quien dijo adiós la pasada temporada, a los 37 años, y se despidió anotando 60 puntos en su último partido. Es quien generó tanto amores como odios, pero despertó admiración en todos por igual por su habilidad natural.
Ese es Kobe Bryant, que a poco más de un año y medio de su retiro volvió a hacer historia. Porque en una emotiva ceremonia en el entretiempo del partido que los californianos perdieron por 116-114 ante Golden State Warriors, se retiraron las dos camisetas -la 8 y la 24- que la Mamba Negra utilizó durante sus 20 años de carrera.
Bryant se transformó en el décimo jugador de los Lakers al que le retiran la camiseta, pero el primero de todos los tiempos al que ese honor le llega por duplicado en un mismo equipo.
Debutó con los Lakers con apenas 18 años y no tardó en demostrar que era un jugador distinto. Y aunque su individualismo dentro de la cancha lo hizo blanco de muchas críticas, el mundo del básquetbol terminó rindiéndose a sus pies.

En sus primeros 10 años utilizó la camiseta “8”, un número que había usado durante su niñez en Italia. Aunque otra versión indica que está relacionado con el “143” que vestía en el campamento Adidas ABCD. Como la NBA no permitía cifras de tres dígitos, sumó los tres y obtuvo el ocho.
Pero para la temporada 2006/2007, cambió su dorsal y empezó a usar el “24”, el mismo con el que había jugado en la secundaria. La decisión se debió a que los Lakers habían “tomado otro rumbo” al traspasar a Shaquille O’Neal a Miami en 2004. Aunque algunos aseguran que fue su forma de terminar de “pasar la página” luego de que ese mismo año se cerrara el caso de abuso sexual en el que se vio involucrado. Cualquiera haya sido la razón, lo cierto es que con el “24” en su espalda, Kobe se transformó en un jugador menos polémico y más de equipo.
“El ‘8’ tiene algo que el ’24’ nunca tendrá y eso es crecer aquí. Pero el ’24’ presentó más retos, porque físicamente era mucho más difícil levantarme y seguir día tras día. Si tengo que escoger entre uno de los dos sería el ’24′”, aseguró el ex escolta.
Ahora quedó inmortalizado en lo más alto del Staples Center, junto a otras leyendas de los Lakers como Magic Johnson, presidente de operaciones de la franquicia, Wilt Chamberlain, Elgin Baylor, Gail Goodrich, Kareem Abdul-Jabbar, Shaquille O’Neal, James Worthy, Jerry West y Jamaal Wilkes Read. Un honor que para él le da más valor al reconocimiento.
“Para mí no se trata de que mis camisetas estén colgadas allí arriba. Para mí se trata de todas las que ya estaban. Sin ellos, no podría estar aquí hoy. Magic, Shaq, Baylor, Chamberlain, Worthy, West y la lista sigue… Ellos me inspiraron a jugar en un alto nivel, me empujaron día a día”, contó un Bryant que, como nunca había hecho dentro de una cancha, se dejó ganar por los nervios y la emoción.
Y agregó: “Se trata también de esta nueva generación, de abrazar el espíritu que existió y existe en estas camisetas y de llevar a este equipo hacia adelante. Y se trata de los fanáticos. Ustedes no lo saben, pero estuvieron conmigo durante los veinte años de mi carrera. Cuando entrenaba a las 5.30 y no sabía si lo iba a lograr, pensaba en las expectativas que habían puesto ustedes en mí y en el equipo, y eso me empujaba a ser. Por eso les agradezco”.
Su talento innato se tradujo en resultados y en logros personales. Ganó cinco campeonatos de la NBA (2000, 2001, 2002, 2009 y 2010), fue reconocido como el Jugador más Valioso en 2008 y elegido 18 veces para el Juego de las Estrellas. Además, es dueño del segundo mejor registro de la historia en un partido, con los 81 puntos que anotó ante Toronto en 2006.
En los Lakers, es líder histórico en puntos (33.643), partidos disputados (1.346), triples (1.827) y libres (8.378) convertidos y robos.
Y con la camiseta de los Estados Unidos, se colgó dos oros olímpicos: en Beijing 2008 y en Londres 2012. Le queda pendiente el honor de ingresar al Salón de la Fama, una distinción que seguramente recibirá en el futuro cuando se cumplan cinco años de su retiro.
Bryant también tuvo que vivir con la frustración. Afuera de la cancha, con esa denuncia de abuso sexual de una empleada de un hotel, que lo dejó en medio de la polémica a fines de 2003. El caso se cerró luego de que el jugador accediera a pedir perdón a la supuesta víctima por el incidente y admitir públicamente su mea culpa, a pesar de asegurar que él realmente creía que el encuentro entre ambos había sido consensuado. Ni siquiera ese escándalo logró opacar su figura ni alejar a sus fanáticos.
Su peor lesión fue la rotura del tendón de Aquiles izquierdo, que sufrió en abril de 2013. Ya no fue el mismo. Y aunque, como cada “distinto”, siguió entregando el máximo en cada partido, inevitablemente llegó el final. Como no podía ser de otra manera: a lo grande. Con 60 puntos en la ajustada victoria ante Utah, el 14 de abril de 2016.
Hace más de un año y medio que el eterno escolta de los Lakers ya no regala su magia dentro de la cancha, pero sus dos camisetas, inmortalizadas en lo alto del Staples Center, serán un recordatorio eterno de que esa fue alguna vez la casa de la Mamba Negra. Del heredero de Michael Jordan. Del “más grande de la historia de la franquicia de púrpura y oro”, como destacó Shaquille O’Neal. Del inolvidable Kobe Bryant.

Un admirador de Ginóbili y de Scola
Su calidad de estrella nunca le impidió a Kobe Bryant reconocer el talento ajeno. Y el ex escolta de los Lakers siempre tuvo palabras de admiración y respeto para los jugadores argentinos.
“Manu es un fenómeno. Es un jugador muy inteligente, sabe cómo jugar, sabe tirar, dribblear, pasar, defender… Es muy inteligente y trabaja mucho. Por eso fue un campeón de la NBA. Es uno de mis jugadores favoritos. Tenemos el mismo espíritu competitivo y no se achica ante los desafíos”, afirmó a fines del año pasado el estadounidense sobre Emanuel Ginóbili.
El bahiense tuvo su debut en la NBA justamente ante los Lakers de Bryant en octubre de 2002. Sobre ese partido, la Mamba Negra recordó: “La primera vez que jugué contra él me di cuenta de que era una persona muy competitiva. La mayoría de las veces que jugaba contra rivales que me enfrentaban por primera vez, ellos eran tímidos. Él no lo fue”.
En julio de 2012, en la previa de los Juegos Olímpicos de Londres, quien recibió un mimo de uno de los mejores de la historia fue Luis Scola. “Hubiera sido lindo tenerlo de compañero en los Lakers”, afirmó Bryant cuando le consultaron si sabía que el ala pivote había estado cerca de fichar para su equipo.
Amante del fútbol, deporte que lo atrapó durante los años que vivió en Italia mientras su papá -también basquetbolista- jugaba en Milán, Kobe aseguró alguna vez que de chico soñaba con ser como Diego Maradona. Aunque quien gracias a su paso por ese país europeo habla perfecto italiano y algo de español, aclaró: “Maradona era sensacional, pero Messi está preparado para ser el mejor de toda la historia”.
CLARIN