21 Dec Phubbing, o ignorar al otro por el celular
Por Lesley Alderman
Una canción popular de Lost Kings pregunta: “¿Por qué no sueltas ese maldito celular?”. Tenemos una relación íntima con nuestros celulares. Dormimos con ellos, comemos con ellos y los llevamos en nuestros bolsillos. Los revisamos, en promedio, 47 veces al día… aunque si su dueño tiene entre 18 y 24 años el número asciende a 82 veces, según datos recientes.
A los celulares los amamos por buenos motivos: nos dicen el clima, la hora del día y cuántos pasos hemos dado. Nos consiguen citas (y sexo), nos entretienen con música y nos conectan con amigos y familiares. Responden a nuestras preguntas, además de aliviar la soledad y la ansiedad.
Pero el amor a los celulares puede ser excesivo, tanto es así que es posible que interfiera con el amor humano, aquella intimidad tradicional y cara a cara con aquel a quien llamamos pareja, cónyuge, amante o persona especial. El conflicto entre el amor al celular y el amor humano es tan común que tiene su propio léxico: phubbing. En inglés se utiliza cuando estás ignorando a tu pareja por usar el celular.
“Una clave para una relación saludable es estar presente”, dice James Roberts, autor de Too Much of a Good Thing: Are You Addicted to Your Smartphone… Cuando tu pareja revisa constantemente su celular, está enviando un mensaje implícito de que el aparato (o lo que está viendo en él) es más interesante que vos”.
En un estudio publicado en 2016 en la revista Psychology of Popular Media Culture, el 70 por ciento de las mujeres opinaron que los teléfonos inteligentes estaban afectando negativamente su relación. Más de un tercio de las 143 mujeres que participaron en la investigación dijeron que su pareja respondía a las notificaciones mientras conversaban y una de cada cuatro mencionó que su pareja enviaba mensajes de texto durante la charla. Un dato adicional es que las mujeres que reportaron altos niveles de phubbing estaban menos felices con su relación y su vida en general.
Poner límites
Pero no sólo las mujeres se sienten ofendidas. Roberts, quien también es profesor de marketing en Baylor University, les preguntó a 175 hombres y mujeres sobre el uso que sus parejas le dan al teléfono inteligente. Casi la mitad de los encuestados, el 46 por ciento, reportó que sus parejas los ignoraban por usar el celular. La gente que reportó niveles más altos de phubbing también informó sobre niveles más altos de conflicto en la relación.
“La gente está comenzando a darse cuenta de que hace falta algo”, dijo Sherry Turkle, una profesora de tecnología en MIT y autora de Reclaiming Conversation: The Power of Talk in a Digital Age. “No saben qué hacer al respecto, pero están abiertos al cambio”.
Judith Bell, experta en desarrollar y capacitar en herramientas de liderazgo y cofundadora de Relationships That Work en Novato, California, se ha dado cuenta de que sus clientes están comenzando a respetar los límites de uso del celular. “Ahora apagan sus celulares cuando están en sesión. Hace unos años, dejaban que los interrumpieran”.
Si te estás sintiendo frustrado por la interferencia del celular en tu relación, habla con tu pareja, pero sé positivo. “Enfatiza los beneficios de estar más conectado”, dijo Bell. En vez de dictarle a tu pareja lo que debe o no debe hacer, intenta con un acercamiento como este: “Me encanta hablar con vos, pero cuando estás revisando constantemente tu celular es difícil tener una buena conversación”.
Diversos investigadores estudiaron cómo los teléfonos celulares afectaban las conversaciones entre dos personas. Cuando un teléfono estuvo presente durante una conversación, las parejas calificaron la conversación como menos satisfactoria y reportaron menos sentimientos de preocupación empática que cuando los teléfonos estaban ausentes.
“El gran problema es que la gente no habla lo suficiente sobre estos temas”, dijo Daniel Ellenberg, un psicoterapeuta y socio de Bell en Relationships That Work. “Necesitamos abrir las relaciones sociales”.
Con nuestra búsqueda de conexiones a través de la tecnología, estamos alejando a nuestras parejas e interrumpimos una suerte de conexión biológica de banda ancha. “Las parejas necesitan formar una alianza y decidir juntos cuáles son las nuevas reglas”, dijo Turkle.
Un buen consejo es decidir en conjunto qué áreas de la casa, como el dormitorio y la cocina, deben ser libres de tecnología o establecer horarios. Otra posible solución es eliminar el uso del celular en el auto para aprovechar este tiempo hablando con tu pareja acerca de lo que estés pensando.
LA NACION