02 Nov Hombre y caballo, un vínculo indisoluble
Por Horacio Ortiz
Un nuevo trabajo de investigación se suma a otros que lo antecedieron abordando una temática siempre actual dentro del tradicionalismo. Se trata de El gaucho y el recado, de Editorial Letemendia, el libro del escritor y dibujante Fernando Romero Carranza, alguien con probada autoridad en lo que a investigación tradicionalista se refiere. El ensayo aporta datos integrales acerca de prácticas y usos que nunca escapan a la discusión de los especialistas y repasa los orígenes de la equitación y profundiza en el indisoluble vínculo del hombre con el caballo y de los distintos elementos que intervienen en esa entrañable relación.
Un dato poco difundido que consigna el libro es que este cuadrúpedo que con el correr de los tiempos sirvió de medio para las conquistas de los grandes imperios y cuyos ejemplares fueron tan célebres como sus propios jinetes, sólo sirvió de sustento al hombre. Esto ocurrió antes de que se le hallara una segunda utilidad que fue el empleo de los caballos como animales de tiro, práctica decisiva en los resultados de las guerras de entonces, y revolucionaria en los sistemas productivos de labranza.
Algo posterior son los orígenes de las diversas formas de cabalgar como la jineta y la estradiota, que sucedieron a la primitiva monta en pelo y que vinieron luego de la invención e incorporación del estribo.
De aquellas prácticas derivan también las diversas monturas y recados, cada uno en conjunto con su correspondiente freno, que a lo largo del tiempo han ido variando, según lo investigado por el autor, buscando una mayor comodidad de acuerdo con las necesidades del jinete. Del mismo modo describe las sillas empleadas en regiones de Asia y en Europa en diferentes momentos anteriores a la conquista de América.
En este libro no se soslaya la influencia de la ganadería, pues la necesidad de pastorear el ganado fue causal de grandes modificaciones e innovaciones en el apero.
El recurso del dibujo ilustrativo permite la diferenciación, no sólo de detalles mínimos encimeras y cinchas, entre otros elementos, sino también de una numerosa lista de sillas entre las que se incluyen la albarda, la española, el sirigote, el lomillo, cada uno de ellos con su respectiva variantes, y el recado criollo en sus diversas formas.
Los sistemas de doma son otra de las temáticas que aborda el trabajo, con la pertinente descripción, tanto de la modalidad de doma gaucha (con violencia y montando el potro desde el principio del proceso), como desde arriba de la doma inteligente, racional o sin violencia como se denomina a la práctica que tiene su origen en el sistema indio de amansar.
El gaucho y el recado nos introduce en ese mundo lejano en el tiempo y nos acerca desde allá en un andar acompasado de trote corto por las páginas de una obra didáctica y necesaria para todo aquel que guste sumergirse en aspectos de aquellos hombres de a caballo.
LA NACION