18 Jul “La mente de Dios” habla sobre el vínculo entre cerebro y espíritu
Por John Williams
En la batalla entre la fe y la ciencia, el neurólogo Jay Lombard es uno de los inusitados emisarios que se comunican en el lenguaje de ambos bandos. En su nuevo libro, “The Mind of God” (La Mente de Dios), emplea su experiencia estudiando el cerebro para hacer algunas de las preguntas filosóficas más grandes: ¿existe Dios? ¿Tiene significado la vida?
P. ¿Cuándo se le ocurrió la idea de escribir este libro?
R. Cuando ejercía la práctica clínica de tiempo completo y algunos de los casos más inusuales parecían encontrarme, estos casos extraños que hacían que los de Oliver Sacks parecieran insulsos. La primera parte del proceso como neurólogo es averiguar la anatomía, y de dónde provienen estructuralmente los orígenes de los comportamientos. Esa es la primera incursión. Pero a partir de ahí haces preguntas más fundamentales sobre el cerebro y la mente y dónde está la interfaz.
Intentar hallar los orígenes biológicos de enfermedades psiquiátricas es mucho más difícil que parar un derrame cerebral, hipertensión o esclerosis lateral amiotrófica. Pero están ahí. Eso me llevó a una situación totalmente opuesta, que fue hacer preguntas sobre propósito y significado; sobre sufrimiento y sobre cómo es que los propios pacientes encuentran sentido a su sufrimiento; y sobre cómo yo le encuentro sentido.
P. ¿Qué le sorprendió más al escribirlo?
R. Lo mucho que dependemos de nuestros cerebros para cualquier forma de fe que experimentemos en nuestras vidas. Lo dependientes que somos de los aspectos físicos de nuestra existencia espiritual.
En lo personal, lo que aprendí es que la neurociencia está totalmente equivocada. Los neurocientíficos no creen que exista algo llamado mente. Creo que la psiquiatría ha perdido la razón, literal y metafóricamente. Mucho del libro trata sobre esa parte de nuestro cerebro que nos conecta con nuestras bases espirituales más profundas. No es nuestro cerebro racional; es nuestro cerebro narrativo.
P. ¿En qué forma es diferente el libro que escribió del libro que se propuso escribir?
R. La primera versión, de 400 páginas, fue descartada por Random House. Mi editor, Gary Jansen, me obligó a comprender realmente el contenido de lo que estaba intentando hacer y cómo explicárselo a otros, mientras que la primera versión no era suficientemente concreta para que la gente lo comprendiera —aun cuando estamos hablando de algo que, en fundamento, no es concreto: la espiritualidad.
P. ¿Quién es una persona creativa que ha influido en usted?
R. Jerry Garcia del grupo Grateful Dead. No era el máximo virtuoso de la guitarra, pero creó música muy hermosa. Siempre, durante toda mi vida, he querido expresarme como escritor. Y hay muchos escritores en los cuales me inspiro —como Milan Kundera— pero de Garcia tomé la idea de que se puede encontrar arte y belleza en la imperfección y el arte verdadero sale del alma.
Y el rabino en la universidad que me detuvo para preguntarme si era judío. Jamás me había puesto a pensar en eso y, 40 años más tarde, todavía tengo una relación con esa persona. Es la versión viviente de Job. Ha experimentado los acontecimientos más catastróficos que ninguna otra persona que he conocido y su fe en Dios es completamente inquebrantable.
P. Persuada a alguien de que lea “The Mind of God” en menos de 50 palabras.
R. Creo que estamos viviendo en un momento de enorme crisis existencial en nuestra sociedad. Quiero que la gente se pregunte a sí misma, antes que nada, si tiene un sentido de propósito. Si dice que sí, pero no sabe qué es, debería leer el libro.
CLARIN/THE NEW YORK TIMES