03 Jul Edificios más altos para enfrentar el cambio climático
Mientras estás leyendo estas líneas, el nivel de los mares puede estar subiendo unas micronésimas de milímetro, lenta pero constantemente. No te quiero alarmar, porque para que los mares suban su nivel un metro pueden pasar años, y un metro no es tanto al fin y al cabo. Claro que algunos barrios de Buenos Aires pueden tener problemas si el agua decide seguir para arriba.
Todo esto pasa por el cambio climático, producto del calentamiento global, consecuencia del altísimo consumo de combustibles fósiles y todo eso que vos ya sabés, pero que Donald Trump dice que no existe. Es decir que a pesar de que Estados Unidos es uno de los países que más contribuyen al calentamiento global, parece que sus autoridades no se dieron cuenta o miran para otro lado.
Pero ojo, que se hagan los distraídos no significa que coman vidrio. Fijate que en Miami, los edificios ya se está construyendo seis metros por arriba del nivel de piso. No te miento, a fines del año pasado, el arquitecto francés Jean Nouvel presentó un edificio de departamentos frente al mar, a el sur de Miami Beach, con la planta baja cuatro metros metros arriba de la playa.
Lo que ocurre es que los nuevos códigos de construcción de esa ciudad estadounidense ya piden que los edificios se levanten 2 metros del piso, pero Nouvel decidió subirlo más para que las cocheras no estuvieran enterradas. “Así, aunque haya una inundación de esas que se dan una vez al siglo, el agua no llegará al estacionamiento”, dijo previsor.
Pero no te engañes, no es que este francés sea un genio. Sí es el ganador del Premio Pritzker (el máximo galardón de la arquitectura) y tiene mega obras por todo el mundo, pero no inventó nada nuevo.
El Pérez Art Museum Miami, del multimillonario y filántropo argentino que hacen negocios en EE.UU. y Argentina, se inauguró en 2013 sobre pilotes a tres metros del suelo, lo que permite que una cualquier inundación, tormenta o huracán le pase por debajo. Pérez está construyendo en Puerto Madero dos torres y un hotel de lujo que no toman las mismas previsiones. Una de las causas es que Miami tiene más riesgos de inundación que Buenos Aires, y otra que nosotros no pensamos a más allá de fin de mes.
Hace dos años, la mismísima NASA anunció que los pronósticos de aumento del nivel del mar para fin de este siglo eran demasiado optimistas. Hace años que los expertos están cómodos anunciando un crecimiento de 0,90 centímetros para el 2100, pero ahora eso parece poco. Estas noticias pueden preocupar a 150 millones de personas que viven cerca del agua, como los porteños, montevideanos, platenses, quilmeños, rosarinos y demás.
La expansión de agua más cálida del océano, el derretimiento de los glaciares de montañas y la pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártida pueden ser determinantes.
Sin ir más lejos, hace un mes, se anunció que un gran pedazo de la Antártida está por convertirse en un iceberg flotante, con un tamaño similar a la isla de Puerto Rico. El problema no es sólo que el témpano se derrita, lo peor es que la pérdida de una pieza de ese tamaño dejará al resto de la plataforma polar vulnerable y disponible para más derretimiento.
El tema de las inundaciones es toda una preocupación en Miami, sobre todo porque las tormentas hacen que las mareas sean extremas, es tanto lo que baja el mar como lo que sube. En marzo del año pasado, una mansión histórica frente al mar tuvo que ser levantada y trasladada a un terreno más alto para salvarlo de las inundaciones.
Alan Faena, el desarrollador argentino que valoriza un nuevo barrio de ocio y cultura que lleva su nombre como el Art Faena District de Puerto Madero, espera que sea el gobierno enfrente el cambio climático. Por ahora, el intendente de Miami Beach, Philip Levine, dijo que va a gastar 400 millones de dólares en levantar las calles y las veredas y en instalar bombas para desagotar las zonas inundables.
Sin embargo, los tres edificios que está diseñando Rem Koolhaas para Faena por ahora no muestran ninguna adecuación a la amenaza climática. Claro que el arquitecto holandés tiene mucho que enseñar, al punto que consultado por las inundaciones en Miami dijo que esa es parte básica de su cultura. “Para un holandés, enfrentar las inundaciones es como andar en bicicleta”.
En los 90 nomás, las inundaciones holandesas se cobraron miles de muertes y casi 70 mil evacuados. Ahora, con toda esa experiencia a cuestas, ingenieros y planificadores de los Países Bajos están dando cátedra y asesorando a ciudades de los Estados Unidos como Norfolk y la sufrida Nueva Orleans.
Los holandeses, en esta nueva etapa, la lucha con el agua consiste, en esencia, en dejarla entrar y llevarla a donde no moleste. O en esperar someter a la Madre Naturaleza: vivir con el agua, en lugar de tratar de vencerla. Los holandeses diseñan lagos, estacionamientos, parques y plazas que sirve para mejorar la vida urbana y también hacen de enormes embalses para cuando los mares y los ríos se desbordan.