“Zombing”, “ghosting”, “haunting” y otros neologismos que definen las relaciones virtuales tóxicas

“Zombing”, “ghosting”, “haunting” y otros neologismos que definen las relaciones virtuales tóxicas

Por Vale Schapira
Cambian los tiempos, cambian las maneras de vincularnos. Años atrás, parecía de ciencia ficción la idea de pagar en línea, comprar los tickets para un show, organizar viajes y tener citas arregladas online.
Recientemente escuché una discusión entre padre e hija -millennial- en la que ella le decía que al banco no había que ir más a hacer trámites, que hoy todo es “home banking”. Algo impensado hace un par de décadas. Él insistía en que hacer el trámite en persona era más efectivo. Hace unos años el “home working” era una rareza: hoy es cada vez mayor el número de personas que ha hecho de él un estilo de vida.
Fundamentalmente, la tecnología modificó nuestra forma de relacionarnos y en ese cambio entra lo sentimental. Las maneras de formar pareja son hoy muy distintas a hace algunos años. Llegaron para quedarse los portales de citas como Match.com y sus hermanas más jóvenes, las apps como Tinder. Las redes sociales se volvieron parte de nuestra cotidianidad y nuestras conductas y palabras se ven mediadas por el avance “techie”.
El lenguaje va acompañando a la transformación social. Es así que en los últimos tiempos han aparecido una serie de términos – la mayoría de ellos anglicismos -, que describen conductas algo tóxicas asociadas a la virtualidad, el amor y el desamor.
Estos son algunos neologismos.

Stalking
Es un término derivado de “stalk”, que en inglés equivale a perseguir, acosar. Suele usarse en relación a conductas obsesivas vinculadas a la tecnología, sobre todo a las de quienes “investigan” las redes sociales de terceros. El término es muy amplio y abarca conductas inofensivas como mirar de manera insistente perfiles ajenos hasta inapropiadas o delictivas como ser invasivo o amenazador en redes sociales, apps o portales de citas.

Ghosting
En español, “fantasmeo”. Deriva del inglés “ghost”, fantasma, y refiere a la desaparición fantasmagórica, justamente, de una relación. Esta conducta puede verse reflejada en un bloqueo en las redes sociales, la no respuesta a los WhatsApp o el famoso “me clavó el visto”. Si bien, desaparecer de un vínculo es más viejo que la escarapela, el hecho de hacerlo bajo el paraguas virtual, lo vuelve un signo de estos tiempos.

Benching
Deriva de la palabra “banco” y así como en los deportes quienes “hacen banco” muchas veces no entran jamás al juego, quienes son víctimas del benching, suelen quedarse mirando un partido ajeno. Quien practica esta conducta sentimental suele jugar a varias puntas. Como se decía hace décadas “tiene varias velas prendidas”. Se trata de un comportamiento egoísta que muestra la falta de registro hacia el otro que, lo mejor que puede hacer es salirse de ese circuito tóxico en el que nada hay que esperar.

Zombing
Según la Real Academia Española, zombi proviene del africano y significa ‘cadáver reanimado mediante prácticas de brujería’. En materia romántica, cuando alguien del pasado pretende volver al presente es una suerte de “muerto” (del placard) que regresa al mundo de los vivos. El zombi suele volver con un mensajito extemporáneo del estilo: “¿cómo estás?, tanto tiempo…” Y descolocar al receptor, que seguramente ya esté en otra sintonía.

Sexting
Acrónimo de sex y texting. Refiere al envío de mensajes sexuales, fotos o videos de contenido erótico a través de los medios virtuales. Inicialmente se hacía vía SMS – muchos años antes, sexo telefónico – pero con la incorporación de redes sociales, etc., la tendencia se amplió a otras muchas otras vías de comunicación. Muy común entre los millennials, también lo utilizan parejas de todas las edades para excitarse o vincularse eróticamente. Puede convertirse en una conducta riesgosa ya que el material enviado puede llegar a aparecer online, como tantas veces ocurre, por malicia o negligencia.

Haunting
Es un término de la familia del “ghosting”. Las principales traducciones al español hablan de “aparecerse” y llegan hasta el “obsesionarse”. Esas obsesiones se manifiestan en la virtualidad cuando alguien del pasado nos acecha, sobrevolando nuestras historias digitales en las redes sociales. Es la forma que tiene un ex de decirnos que está vivo, que puede reaparecer en cualquier momento y, de cualquier manera. Es una conducta habitual en quienes tienen dificultades para soltar relaciones o que, sencillamente no aceptan el “no sos vos, soy yo”.
CLARIN