30 Apr La romántica Jane Austen pudo tener un final de thriller
¿Quién no fantaseó con conocer al azar un Mr. Darcy con el final feliz de Orgullo y prejuicio? ¿Y quien no se conmovió con el pedido de mano de Mr. Edward Ferrars a la sensata Miss Dashwood, en Sensatez y sentimientos? Son cuatro de los personajes que legó Jane Austen al mundo, convirtiendo sus novelas -publicadas en el siglo XIX- en clásicos de la literatura universal. Austen ha escrito amores de antología, pero su vida no fue tan feliz y su muerte puede haber sido más de thriller que de romance.
Un reciente investigadora de la doctora Sandra Tuppen, de la British Library (Biblioteca Británica) arroja que la autora de Persuasión pudo morir envenenada con arsénico. Ni Agatha Christie lo hubiera imaginado. Con la ayuda del oftalmólogo Simon Barnard, la curadora de los archivos y manuscriptos de ese organismo llegó a la conclusión examinando tres pares de anteojos atribuidos a Jane Austen, que se atesoran entre otros objetos de su legado.
La escritora británica, nacida en 1775, murió en 1817 a los 42 años, luego de estar un año enferma. Entre las causas misteriosas de su deceso, a lo largo de dos siglos, se han barajado un desorden hormonal, un cáncer o una complicación por consumir leche no pasteurizada. No obstante, la nueva luz que se intenta echar sobre su muerte indica esta sorprendente hipótesis, que ya cosecha detractores.
Según recogió el New York Times, Barnard confirmó que la visión de la escritora se había deteriorado en los últimos años de su vida al punto de tener cataratas. Tuppen escribió en su blog, en el sitio de la Biblioteca: “las cataratas son indicativas de un envenenamiento por arsénico”.
Claro que la investigadora no dice que alguien pudo administrarle arsénico con intención de matarla sino que Austen pudo tener “una intoxicación accidental con un metal pesado como el arsénico”. En la época de Jane Austen el veneno se hallaba con frecuencia en el agua, en la medicación e, incluso, en el papel para paredes. Así lo indicó Tuppen, al señalar que “era un producto de uso bastante común”.
Justo cuando se conmemoran los 200 años de la muerte de Austen aparecen estas revelaciones que agregan un dato lúgubre a la vida de una escritora muy querida por sus seguidores en todo el mundo. Conocedora de las reglas del género, y aunque vivió aislada del mundo literario de su tiempo y casi desconocida, Austen fue sabia como para ganar el corazón de su público con finales felices para amores contrariados en una de las sociedades más clasistas del mundo.
Lo que se sabe sobre la salud de Austen es que su vista se debilitó en los últimos años de su vida. Incluso había viajado a Winchester en busca de ayuda médica para su enfermedad de causas desconocidas. Los anteojos examinados, que tampoco se pueden afirmar 100 por ciento que le hayan pertenecido a la autora de Emma, fueron donados a la Biblioteca hace muchos años por sus descendientes y están guardados en un escritorio que sí fue de la escritora.
La teoría del envenenamiento salió a flote en 2013, en una novela negra titulada La misteriosa muerte de Miss Jane Austen, escrita por Lindsay Ashford, quien aseguró haber encontrado claves en los manuscritos de la autora y en otras fuentes sobre que había muerto por el arsénico.
Por su parte, Janine Barchas, una experta en la obra de Austen, de la Universidad de Austin, Texas, subrayó que la teoría del arsénico es un “salto cuántico” y calificó la teoría de Tuppen como “un poquito imprudente”.
Otra escéptica es Deirdre Le Faye, una crítica británica independiente, que publicó recientemente una investigación que mantiene la hipótesis de que la causa de la muerte de Jane Austen fue la “enfermedad de Addison”. Y agregó que mientras Austen pudo ingerir arsénico a través de la medicación, otros elementos de la Biblioteca Británica exhiben documentos biográficos que no sostienen de manera convincente esta teoría.
Le Faye -editora de una colección con la correspondencia de Jane Austen que se salvó de varias destrucciones que su familia acometió- subió la apuesta al cuestionar el post de Tuppen en lo relativo a que Jane Austen debió estar casi ciega al final de su vida. La editora y crítica dijo que Austen escribió cartas sin dificultades hasta seis semanas antes de su muerte.
Haya muerto por tomar leche sin pasteurizar, por la enfermedad de Addison o por envenenamiento con arsénico, lo indiscutible es que las novelas de Jane Austen han alimentado decenas de insólitas ediciones contemporáneas, tal es el caso de Orgullo y prejuicio y zombies, y también versiones cinematográficas y series televisivas. De Orgullo y prejuicio, su novela cumbre, quizá la más recordada sea la que protagonizaron Keira Knightley y Matthew Macfadyen, como Elizabeth Bennet y Mr. Darcy. El film tuvo dos finales: uno con y otro sin beso.
Es fascinante que al conmemorarse los 200 años de su misteriosa muerte se agite con la teoría del arsénico, lo que aumentará las visitas a la British Library.
Pese a dedicar su vida a las bellas historias de amor, escritas con sabiduría y sentido del humor, Jane Austen nunca se casó. Uno de sus grandes amores fue Tom Lefroy, que se casó con otra. Jane murió soltera y sin la suerte de Elizabeth Bennet.
CLARIN