Ale Sergi, mucho más que pop adolescente

Ale Sergi, mucho más que pop adolescente

Por Walter Domínguez
Así como la semana anterior nos ocupamos de Pappo y su relación con los hits, esta vez el tema es alguien que parece estar en sus antípodas musicales, pero a quien el hit -esa canción que recorre distintas generaciones, se escucha en todos lados y queda en la memoria para siempre- no le es esquivo, más bien todo lo contrario. Se trata de Ale Sergi, cantante y compositor de Miranda!, el grupo pop que a veinte años de creado sigue vigente, con un estilo único de canción pretendidamente adolescente, inequívocamente sexual y con componentes kitsch que remiten a un Pimpinela Siglo XXI, referentes que el propio Sergi viene reconociendo desde sus inicios.
Más allá de detractores o fanáticos del grupo que tan bien completa en escena Juliana Gattas, Sergi es un verdadero artesano de las canciones. Se nota que no hay nada casual en ellas, que cada una de las palabras que utiliza está pensada, al igual que los acordes. Su técnica, inspiración u oficio le permiten decidir con precisión de cirujano cuándo recurrir a un acorde menor para acentuar dramatismo o a uno mayor para determinar la épica del tema. Miranda! es una gran puesta en escena y verlos en vivo es una experiencia recomendable si uno está dispuesto a romper con prejuicios o estereotipos del rock -de hecho, si lograron ser tan populares puede pensarse que no ha sido precisamente gracias al público rockero-.
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Acorde a los tiempos que corren y a la atmósfera de cierta libertad sexual que se vive en sus shows, la banda en escena depara sorpresas desde su formación. La batería está a cargo de una mujer (y cómo toca), igual que la guitarra principal (otra que toca, y mucho, y que no le escapa a solos furiosos o bases distorsionadas de pop metal), más un bajista que también se ocupa de algunos teclados. Y las pistas, grabadas previamente y disparadas en cada canción, hacen que todo suene tan… Miranda! No hay trampas aquí, son generalmente sintetizadores y percusiones que suman al clima bailable de los temas. Sergi y Gattas cantan, bailan y actúan todo el tiempo, no hay playback y es admirable la entrega física del dúo, entrega que no escatiman ante auditorios multitudinarios de un festival o un público más reducido de un boliche de Palermo.
A los 45 años, y luciendo siempre como un Dorian Gray con algo más de malicia, Sergi pudo instalarse como referente pop sólo con su música. En veinte años de carrera, tuvo su momento de mayor exposición mediática en el romance con Andrea Rincón, pero hasta eso derivó en una canción catártica, Te extraño (y con esa línea de “Nena, te extraño, pero no tanto…”, toda una declaración). Su participación como jurado, con Gattas, en el programa La voz argentina ratificaron aún más su perfil popular.
Aunque hay algunas otras facetas en la carrera musical de Sergi que no son tan conocidas, pero son igual de recomendables. Editó Choque, un muy lindo disco a dúo con Marcelo Moura, el cantante de Virus. Es además uno de los integrantes del súpergrupo pop Meteoros, en el que también están Cachorro López, Didi Gutman y estuvo -en el primer y único álbum hasta aquí- la mexicana Julieta Venegas. Allí, además de componer, Sergi se repartía el canto con Venegas y tocaba la guitarra. Más acá en el tiempo, sobre fines del año pasado dio a conocer un nuevo proyecto, Satélite 23, que comparte con el productor y dj Diego Poso y el músico Gabriel Lucena (también suele sumárseles Bambi Moreno Charpentier, de Tan Biónica), más abocado a un formato electrónico, pero sin resignar melodías.
Hay una cara aún menos conocida de Ale Sergi, pero igual de exitosa: fue el compositor de la música de dos comedias musicales, Y un día Nico se fue y Yiya, el musical, por la que ganó el Premio Hugo 2016 a la mejor música original.
Es decir, un compositor aplicado y prolífico que juega con un as de espadas (Miranda!), pero que también tiene otras cartas si la partida así lo requiriese. Y que es más que un eterno adolescente escribiendo canciones de amor.
CLARÍN