Descubren un equivalente “compacto”del Sistema Solar

Descubren un equivalente “compacto”del Sistema Solar

Por Nora Bär
Trappist-1 es el nombre de una estrella distante, pequeña y fría que, paradójicamente, acaba de convertirse en la noticia “caliente” de la astronomía. Un equipo internacional de 30 investigadores descubrió que a su alrededor orbitan siete planetas que tienen masas similares o más pequeñas que la de la Tierra, podrían ser rocosos y con temperaturas lo suficientemente bajas como para tener (o haber tenido) agua superficial, lo que se considera un prerrequisito para la vida. Es decir, Trappist-1 sería un análogo compacto de nuestro sistema solar interior, pero a 39 años luz de distancia. De hecho, Ignas Snellen, del Observatorio de Leyden, que hoy firma un comentario en la revista Nature sobre el descubrimiento, llama a estos exoplanetas “las siete hermanas de la Tierra”.
“Este sistema es nuestra mejor apuesta para buscar vida extraterrestre”, afirma por email Brice-Olivier Demory, profesor del Centro para el Espacio y la Habitabilidad de la Universidad de Berna, coautor del trabajo y encargado de analizar los datos registrados por el Telescopio Spitzer. Demory descubrió que todos los planetas detectados tienen masas similares o más pequeñas que la Tierra.
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En las últimas décadas, la detección de exoplanetas (es decir, que están fuera del Sistema Solar) ya se convirtió en rutina: los registros incluyen alrededor de 3000. “Sin embargo -aclara Mariano Ribas, coordinador del área de divulgación científica del Planetario de Buenos Aires-, en general, lo que predomina no es el modelo del Sistema Solar. Al principio, comenzaron a divisarse planetas muy grandes, del tamaño de Júpiter, que tienen poco y nada que ver con el nuestro. Con los años, el límite de detección de planetas chicos empezó a aumentar. Muchos de ellos, además, se encuentran en lo que se llama «zona habitable», que es la que permitiría agua líquida, y eso le agrega interés a las detecciones. Pero en el total, las «exotierras» siguen siendo absoluta minoría. Por eso, este descubrimiento es muy importante: nunca se había anunciado una «ráfaga» de siete planetas potencialmente parecidos a la Tierra girando en torno de una estrella. El tema es que la estrella es muy distinta de nuestro Sol.”
Los investigadores llegaron a sus conclusiones después de apuntar hacia esa región del espacio telescopios ubicados en el desierto de Atacama, Marruecos, Hawaii, Liverpool, La Palma, España, y, durante 21 días seguidos, el observatorio espacial Spitzer de la NASA. Éste pudo cartografiar el paso (tránsito) de los planetas por delante de la estrella por las variaciones en su brillo. De esta información dedujeron que el sistema Trappist-1 es extremadamente compacto, que los seis planetas interiores tienen períodos (lo que tardan en dar una vuelta a su estrella) de entre un día y medio, y 13 días, y que el conjunto es extremadamente similar al de Júpiter y sus lunas galileanas, aunque en una escala 80 veces mayor. Io, Europa, Ganímedes y Calisto (las lunas de nuestro vecino gigante) también orbitan alrededor de su planeta con períodos que oscilan entre 1,7 y 17 días. Según Stellen, estos detalles, entre otros, sugieren que ambos sistemas se habrían formado y evolucionado de forma parecida.
Todavía, sin embargo, hay que afinar mucho las observaciones para averiguar más, algo que los científicos tienen planeado especialmente para cuando el año que viene se lance el James Webb Telescope, sucesor del Hubble. Por ejemplo, es difícil contestar qué temperaturas promedio tienen estas nuevas “hermanas” de la Tierra.
“Esto depende mucho de las atmósferas que tengan -contesta Demory-. En nuestro planeta, sin atmósfera, la temperatura rondaría los 18 grados bajo cero, pero con atmósfera se sitúa en alrededor de los 15, lo que hace una gran diferencia para la vida. Sin embargo, determinamos que las temperaturas de estos planetas son similares a la de Venus o más frías. Y esto entusiasma porque quiere decir que los siete planetas tienen posibilidades de tener agua líquida en la superficie, dependiendo de la naturaleza de sus atmósfera, por supuesto.”
Según explica el investigador, la estrella que hoy atrae el interés de los astrónomos es extremadamente pequeña. “¡Tiene apenas el 8% de la masa del Sol y el 12% de su tamaño! -responde-. La llamamos «ultrafría» porque su temperatura es de solo 2300 grados Celsius, en comparación con los 5500 grados del Sol. Y su luminosidad es de apenas el 0,05% la de nuestra estrella doméstica.”
Para Stellen, la importancia de este nuevo hallazgo es que “estos planetas son incluso más comunes de lo que se pensaba previamente. Por supuesto, los autores pueden haber sido afortunados, pero encontrar siete planetas del tamaño de la Tierra transitando frente a una estrella en una muestra muy pequeña sugiere que el Sistema Solar podría no ser nada fuera de lo común.”
Ribas considera que lo más relevante es haber encontrado varios planetas de escala chica o mediana en un mismo sistema. “Es algo bastante inédito”, comenta.
Y concluye Demory: “Por primera vez, encontramos planetas con masas y tamaños que están dentro de la temperatura correcta; en consecuencia, son nuestros principales candidatos para buscar signos de vida más allá del Sistema Solar. Y lo más importante es que son los únicos planetas extrasolares de los cuales tendremos la posibilidad de caracterizar sus atmósferas, y buscar oxígeno u ozono, por ejemplo. Pero esto no quiere decir que sean los que tienen más posibilidades de albergar vida. Todavía no entendemos bien cuáles son las circunstancias en las que emerge la vida, de modo que esta pregunta permanece abierta y por eso la búsqueda de otros mundos sigue siendo tan fascinante”.
LA NACION