Miguel del Sel: “Si vuelvo con los Midachi renuncio a la embajada en Panamá”

Miguel del Sel: “Si vuelvo con los Midachi renuncio a la embajada en Panamá”

Por Jaime Rosemberg
Un volver a vivir. O, si se quiere, una vuelta a una vida anterior que nunca abandonó del todo. El ex candidato a gobernador, ex diputado y todavía embajador en Panamá, Miguel del Sel , ensaya por estos días su largo adiós a la política activa, con la decisión de volver al grupo cómico Midachi luego de seis años de participación en Pro y el gobierno de Cambiemos, siempre por pedido de Mauricio Macri.
“Es así, yo siempre te sorprendo. La vida te da sorpresas”, dice un Del Sel sonriente a LA NACION en el hotel Conrad, donde el martes Midachi volvió a unirse por unos minutos, en el final de la actuación de Dady Brieva, tan embanderado en política como él, pero en las filas del kirchnerismo. “Estuvimos charlando en Buenos Aires y en Panamá del mismo tema, volver con el trío. Y si Dady nos hace reír al Chino Volpato y a mí, volvemos”, bromea el embajador previo a su última semana de vacaciones antes de volver a Panamá.
“Nos viene bien estar juntos, charlar; no está definida la vuelta, porque estoy muy bien en Panamá”, dice el embajador, de saco a cuadros y zapatillas naranjas, aunque a poco de transcurrida la charla da casi por descontado que su “tomarse un tiempo” de la política y volver a encarnar a La Tota, su personaje más taquillero, será un hecho en pocos días.
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-¿Cómo le fue en ese rol, tan sorpresivo como improvisado, en el que el presidente Mauricio Macri lo ubicó luego de su ajustada derrota en su segundo intento por ser gobernador de Santa Fe?
“Me ha ido muy bien. No tengo agente de prensa así que tengo que hablar bien de mí”, se autoelogia. Y repasa: las visitas de artistas argentinos, su presencia en actos patrios, sus gestiones para que aumente el comercio bilateral y los preparativos para la visita a Buenos Aires del presidente panameño Varela, en mayo.
-Pero si está pensando en dejarlo es porque no le cierra…
-Para nada. Es una experiencia fabulosa, he aprendido…
-¿Y por qué lo dejaría?
-Estoy solo allá, mis hijas me extrañan, las vi sólo 8 días en diez meses fácil. Está mi casa, el campo, mis amigos, y no pertenezco a la política tradicional. Ha sido un honor que el Presidente me designara, pero no es fácil. Algunos me subestiman, piensan qué estará haciendo ese loco ahí… Vayan y pregunten qué es lo que hicimos.
Cuando se habla de su participación electoral, a Del Sel le cambia la cara. Recuerda que fue dos veces candidato a gobernador y una a diputado, “y renuncié a la banca cuando fui de nuevo candidato. Tuve conducta”, se analiza. No habla de una supuesta millonaria oferta como motor para su inminente paréntesis y deja abierta la puerta para volver en 2019.
-¿Volverá en 2019 a la política?
“Si vuelve Midachi renunciaría a la embajada, y vería en 2019 qué podría pasar, pero eso lo decide el tiempo, la gente, mis ganas. No tengo la bola de cristal”, dice, muy serio. Y para contrarrestar el vacío que su retiro deja en Pro santafecino habla de “candidatazos como Luciano Laspina, el intendente (José) Corral, Roy López Molina o Anita Martínez” para las próximas contiendas electorales.
La suya fue una carrera realmente meteórica. Basado en su enorme popularidad, Del Sel aceptó en febrero de 2011 la propuesta de Macri de dejar Midachi para probar en política. Perdió la elección a gobernador ese año con el socialista Antonio Bonfatti, luego de un conteo que lo dio ganador en las primeras horas y que luego dio un vuelco en su contra. A pesar de lo ajustado de la votación, Pro no alzó la voz a nivel nacional para discutir los números finales.
En 2013 fue electo diputado nacional y ya más curtido y “educado” en las lides políticas volvió a intentarlo en 2015. Se le volvió a escapar la gobernación, esta vez por menos de dos mil votos ante el actual mandatario Miguel Lifschitz.
Después de esas experiencias fallidas y no pocas críticas por su pasado en las tablas y algunas declaraciones desafortunadas, la tentación de volver a ser un cómico, está claro, es muy fuerte, casi tan fuerte como su decepción sobre esto de ser un político.
“Después de 30 años juntos, cuando surgen estas posibilidades de volver a reírnos en un escenario es fuerte”, afirma, y sin necesidad de repreguntar habla de “dar un paso al costado de la política, que te desgasta, te amarga la vida, aunque hay que participar porque si no están siempre los mismos”. Se lo nota agobiado “porque di seis años, te caés en lo económico y en lo anímico, porque cualquiera dice barbaridades de vos. He cumplido como ciudadano y como candidato”, dice, a modo de evaluación.
-¿Cómo está la relación con Macri? ¿Qué opina de esta decisión?
-Él es un fenómeno, uno de esos tipos que podría estar en una isla con la flaca (Juliana Awada) y la nenita disfrutando, que todos dicen que está más demacrado, pero que le pone muchísima garra, como lo hizo en su querido Boca, y como transformó la ciudad. Va a transformar también al país porque es testarudo, inteligente y se rodea de los mejores, más allá de que habrá cambios y que seguro va a encontrar a los mejores para que se concreten los sueños.
-¿Aceptará su decisión de dejar la embajada en Panamá?
-Por supuesto que la va a aceptar (piensa unos segundos). Así como él me pidió en 2011 que me sume para ayudar al cambio, hoy tengo el mismo derecho de decirle que por un tiempo doy un paso al costado, porque necesito volver a lo mío. Lo va a entender, porque hablo con el corazón.
LA NACION