23 Jan Pochettino desconocido: el hombre que no extraña, pero vive de los sentimientos
Por Christian Grosso
En la Navidad de 2012 estuvo por última vez en Murphy. Desde entonces, no volvió a su pueblo santafecino. Ni a la Argentina. “¿Qué extraño.? Qué pregunta más difícil. porque no quiero sonar a que no extraño nada, pero. Lo que pasa es que me vine a Europa con mi señora embarazada de dos meses en 1994 y realmente formamos una familia aquí. Somos bastante especiales, hicimos de Barcelona nuestro lugar en el mundo, con gente que nos recibió y ayudó muchísimo. En el año 94 hablábamos una vez cada 10 días desde una cabina. A 13.000 km de distancia fue difícil, pero a la vez nos hizo madurar y entender que ésta era nuestra real familia. Nuestros padres, hermanos y sobrinos también, claro, pero la real familia comenzaba en Barcelona. Y así nos mentalizamos. No significa que seamos fríos, sólo que somos diferentes en eso: cuando decimos la familia, somos nosotros cuatro. Son más de 20 años solos en muchas Fiestas, en momentos difíciles y alegres. Y entonces, cuando me preguntás por mi familia, miro a mi mujer y a mis dos hijos.” Padres, hermanos, primos, tíos. viven en Murphy.
Karina es su compañera de siempre. Misionera…, aunque nació en Zárate. Cuando Mauricio dice que son cuatro, se refiere a sus hijos. Dos varones, catalanes ellos. “Me ayudan muchos a evolucionar y a entender”, celebra. Sebastiano, de 21 años, se recibió de preparador físico y está trabajando en Tottenham. Maurizio [sí, con z], de 15, juega en la under 16 de los Spurs y le acaban de ofrecer su primer contrato. Es extremo por las dos bandas. “No me salió defensa, mejor, así disfruta del fútbol”, bromea el padre.
La entrevista tardó algunas semanas en concretarse. Pochettino prácticamente vive en la ciudad deportiva de Tottenham. Habitualmente llega a las 7 y se marcha a las 20. Por eso buscó un día libre para conversar durante casi dos horas. La charla se desvió apenas cuando el sorteo de los 32avos de final de la FA Cup le acercó por TV el futuro rival: Wycombe Wanderers, un equipo de la League Two, la cuarta división.
La yerba se compra por Internet. Como el dulce de leche, aunque a los 44 años Pochettino trata de racionalizarlo porque los kilos. Tampoco faltan los asados, aunque espaciados porque el clima londinense juega en contra. “Leo los diarios argentinos cada dos o tres días., ver fútbol argentino es muy difícil porque acá nadie los pasa en directo, como en España. Tengo la mínima información, como cualquier argentino al que le gusta el fútbol y de vez en cuando mira los resultados”, cuenta el DT que tiene contrato con los Spurs hasta 2021.
Lo que dice sobre la gente que lo considera bielsista y su opinión sobre Messi, Dybala y Agüero
¿Le hubiese costado dirigir a. Pochettino? “No lo sé. Yo no era complicado., en algunas cosas sí. Era un tipo respetuoso, y le daba valor a una función difícil. Ya en ese momento me daba cuenta que entrenar y tomar decisiones es muy difícil, manejar un grupo de 25 personas que solamente piensa en lo suyo y en sus intereses, donde hay que manejar egos, no es fácil. La decisión de elegir solamente a 11 en un plantel de 24 es duro, creo que es lo más difícil, porque hay aprender a convivir con eso.” Y con el error. “El fútbol es un juego donde hay que equivocarse, y quien no se equivoca es quien no intenta. Siempre les digo a mis jugadores que no me importa el error, me importa si no lo intentan otra vez. Y se pueden equivocar 20 veces, pero que lo intenten otra vez. El error no me afecta para nada”, subraya.
Cuando llegó a Inglaterra, en enero de 2013, a Southampton, no sabía una palabra en inglés. “El día antes de viajar, mi señora y mis hijos me hicieron una lista: cómo se dice portería, árbitros, pelota, pase. y con eso me largue. Un inconsciente absoluto. Después me di cuenta de las estupideces que decía. Todavía me cuesta y tengo que seguir mejorando. Los periodistas ya me dicen ‘vale, está bien.’. Y sonríe.
“La billetera te soluciona problemas porque te permite comprar calidad. Escenarios como el de Tottenham te hacen ser más creativo”, analiza. Pochettino se volvió un especialista en promover jugadores. La selección inglesa, agradecida: Lallana, Lambert, Shaw, Chambers , Clyne, Kane, Ali, Rose, Dier… Una virtud o. ¿teme dirigir jugadores grandes? “Hay que evaluar los proyectos. ¿Qué pasa? A mí me encantaría trabajar con Cristiano, con Messi, con Modric, Piqué, Sergio Ramos, Lahm, Neymar, Suárez. Con esa clase de jugadores gran parte de tu trabajo ya estaría hecho. Pero si estás en Espanyol, donde cada seis meses tenés que vender a tus mejores jugadores y tus únicos recursos están en la cantera, está claro que me voy a adaptar a eso. Si voy a Southampton y tenemos jóvenes con gran talento, y sólo podemos fichar uno o dos al año, llevaré adelante a esos jóvenes. Y si vengo al Tottenham y me encuentro con un equipo al que hay que darle una fisonomía diferente, y hay jugadores grandes que no se van a adaptar al perfil de lo que queremos crear para el futuro, y sí tenemos chicos de la cantera como Harry Winks o Joshua Onomah, o como fueron en su momento Harry Kane o Delle Ali… Yo creo también que es el momento que me toca vivir a mí. Es el club, su proyecto y las circunstancias. ¿Si me encanta trabajar con jóvenes? Por supuesto. ¿Con los jugadores con experiencia? Sí, pero siempre y cuando sean los correctos para el proyecto en marcha”.
Peculiar. Después de despedir al futbolista, Pochettino se puso a estudiar: hizo un máster en gestión de empresas. “Cuando los futbolistas estamos en la burbuja pensamos que sabemos todo. Esa soberbia nos hace ignorantes, y lo digo con respeto porque yo me sentía así. Cuando jugás crees que podes ser mejor entrenador que tu entrenador., no tiene límites tu soberbia. Pero después llega la cruda realidad. Yo cuando terminé de jugar tuve la curiosidad de ver el mundo real y decidí meterme en una escuela de negocios y comportarme como un chico becado más, como los que venían de Brasil, de México o eran de Cataluña. Viví un año maravilloso. Ya no era el jugador de fútbol: tenía que ir a clases y preparar trabajos y estudiar con gente normal. La relación con gente diferente a la que yo había conocido en los últimos 20 años me ayudó a comprender mejor a la sociedad.” Un hombre sano en la elite.
LA NACION