15 Jan Newton desafiado
y gente que se empeña en vivir como si Newton nunca hubiera existido. Sólo así es capaz de volar como los pájaros. Mientras vuelan, no piensan en el genial físico inglés ni en los principios de la gravedad universal. De hacerlo, se estrellarían contra la dura tierra como la proverbial manzana.
El secreto quizá resida en creer que lo imposible -en este caso, volar como los pájaros- es en verdad un sueño a conquistar, al mismo tiempo que se sirven de leyes inapelables -en este caso, la de gravedad- para lograrlo. Hay que ser un loco muy metódico para planear sobre la ciudad de Innsbruck como aquí lo hace Kamil Stoch, esquiador polaco que participa del torneo de salto Four Hills, una suerte de mundial del esquí. Muy pronto, por obra de su propio peso, dejará el cielo para aterrizar sobre la nieve. Haría falta que Newton volviera de la tumba con sus fórmulas para explicar cómo es posible que las leyes naturales permitan un milagro semejante.
LA NACION