12 Jan Ante la embestida republicana, Obama da batalla para salvar la reforma sanitaria
Prioridad u obsesión, Donald Trump no dejará pasar 24 horas desde su entrada a la Casa Blanca para lanzarse a demoler el emblemático sistema de salud que construyó su antecesor, Barack Obama , que faltando dos semanas para el cambio de mando fue ayer al Congreso para delinear una estrategia de defensa junto con los legisladores de su partido.
Mientras Obama se reunía en Washington con los demócratas, el vicepresidente electo, Mike Pence, se encontraba con la tropa del Partido Republicano. Ambos tienen plena conciencia de que la batalla legislativa será clave para decidir el destino de la cobertura sanitaria conocida como Obamacare, que los republicanos pretenden reemplazar por un sistema menos costoso que -sin embargo- no anunciaron ni definieron.
La batalla empezó anteayer, en el primer día de sesiones, cuando los senadores republicanos presentaron una iniciativa para que la ley pueda derogarse con sólo 50 votos a favor, en lugar de los 60 normalmente necesarios. Además, se instruyó a las comisiones del Congreso a tener listo un proyecto para derogar el Obamacare antes del 27 de enero, siete días después de que Trump se mude a la Casa Blanca.
Pero la lucha tomó temperatura ayer, con la visita al Congreso de Obama, que alentó a los demócratas a pelear por la ley, según resumieron quienes asistieron a la reunión de 90 minutos a puertas cerradas. No ofreció “consejos técnicos” sobre cómo detener el esfuerzo republicano, pero dijo que cree que “son principios por los que vale la pena luchar”.
“La salud no es un privilegio. El acceso a la igualdad, a un seguro médico asequible, no es un privilegio. Es un derecho”, afirmó.
Obama señaló además que si bien era fácil abolir una ley, no era tan fácil sustituirla con un sistema alternativo que sea viable y menos costoso. Además, ese sistema deberá mantener los derechos adquiridos, agregó.
“El presidente nos dejó en claro que la política está de nuestro lado. Nos impulsó a luchar”, dijo el representante demócrata John Lewis, que mencionó sondeos que muestran la popularidad de la reforma adoptada en 2010. La norma hizo obligatorio contar con seguro médico y brindó cobertura a más de 10 millones de norteamericanos.
Por su parte, Pence dio a entender que las encuestas no le quitan el sueño. Lo que sí le preocupa es que el sistema que creó Obama siga todavía en pie. “El primer punto de la agenda es abolir y reemplazar el Obamacare”, dijo al salir de la reunión con los republicanos. “Los norteamericanos votaron decisivamente para tener un mejor cuidado de la salud en este país y estamos decididos a darles eso”, agregó.
Pence señaló que el equipo de Trump trabaja con los líderes del partido de las dos cámaras para derribar el Obamacare. Además, afirmó que el presidente electo firmará varias órdenes ejecutivas en su primer día en la Casa Blanca, el 20 próximo, para iniciar el desmantelamiento de la reforma sanitaria. No aclaró cómo se les reemplazará esa cobertura a los millones de beneficiarios.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo que en la reunión se habló de un “alivio durante la transición”, es decir, la asistencia en el período entre la eliminación paulatina de la norma y su reemplazo por una nueva propuesta, un proceso que, a pesar del apuro de Trump por tumbar el sistema que emplazó Obama, probablemente tome años.
Nadie de las filas republicanas presentó hasta el momento un plan de alternativa al Obamacare. El legislador Chris Collins dijo que se analiza un esquema de seis meses para elaborar un proyecto, aunque otros dirigentes mencionaron que era una meta muy ambiciosa. Trump prometió preservar algunos aspectos de la ley, como prohibir a las aseguradoras negarles cobertura a los pacientes con preexistencias médicas.
Derogar la reforma de Obama “no es una mejora”, advirtió el vocero presidencial, Josh Earnest, al señalar que el mismo promotor reconoció que la ley no es perfecta, pero nunca en sus ocho años en la Casa Blanca encontró “voluntad” entre los republicanos para tratar de enmendar sus puntos débiles.
Desde su cuenta de Twitter, donde digita la transición con latigazos de hasta 140 caracteres, Trump llamó a sus congresistas a no aflojar la presión. “Deben actuar de modo que la responsabilidad por el desastre de Obamacare recaiga en los demócratas”, dijo en un primer mensaje. Y luego escribió: “Este año habrá enormes aumentos para el Obamacare y los demócratas deben ser responsables de este caos. ¡Presten atención!”
LA NACION