Magnus, el Shazam del arte: la app que cambia la experiencia de la galería

Magnus, el Shazam del arte: la app que cambia la experiencia de la galería

Por Uriel Bederman
El mundo del arte es testigo de ciertos sucesos que podrían ser confundidos con argumentos de la ciencia ficción, por ejemplo el que sigue. En la concurrida calma de un museo un visitante acerca su teléfono a una obra pictórica como si fuera a tomar una fotografía. Sin embargo, no es su cometido: en sintonía con una app su dispositivo puede identificar en tiempo real la obra enfocada y desplegar sin demora información relevante como el título, el nombre del autor, las dimensiones, el soporte, y también el precio de venta.
Lejos de ser fantasía futurista, la anterior escena es factible gracias a Magnus, una herramienta para smartphones y tablets que inicia su andada entre consumidores de arte, artistas, galerías y museos. El desarrollo de la app se remonta a 2013 aunque debutó recién hace unos pocos meses. ¿Qué ocurrió durante los años intermedios?
El líder del proyecto, el alemán Magnus Resch, cuenta que la tecnología detrás de la aplicación se sustenta en un arduo trabajo de curaduría e ingresos manuales que exigen tiempo y dedicación, siempre en base a la colaboración de los usuarios que envían imágenes y datos de los cuadros.
“Nuestros usuarios nos suministran todas las imágenes. Sacan una foto con la app y queda añadida a la base de datos”, explica Resch. “Nuestra tarea consiste en mantener limpia la base de datos y revisar los precios que agragan los usuarios. Actualmente, tenemos ya la base de datos más grande del mundo de arte contemporáneo y con acceso libre.”
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“Confiamos en la mecánica del grupo -sigue Resch en su declaración al sitio The Creators Project- Si varios usuarios de confianza informan el mismo precio en el mismo período de tiempo, creemos en ese dato”, explican en el sitio oficial del proyecto (www.magnus.net). Actualmente la plataforma identifica más de ocho millones de obras pictóricas y, en base a sus registros, reconoce cuáles son los usuarios en los cuales más puede confiar.

A la expectativa del gran salto
El creador de la incipiente aplicación es reconocido por ser uno de los fundadores de Larry’s List, una base de datos para coleccionistas de arte contemporáneo, y también por su libro Managment of art galleries: business models, donde reprocha el escaso aggiornamiento de las galerías, su falta adecuación al ritmo de la economía y al avance tecnológico. “No han cambiado su modelo de negocio con el paso de los años”, apunta Resch.
Colándose en aquella intersección las herramientas digitales permiten transparentar el historial de precios de las obras; ésta es una de las claves de Magnus, que informa si aquella cifra se pagó anteriormente en subasta o si se trata del valor en galería en el momento del escaneo.
“¿Qué hay de incorrecto en términos éticos en mostrar a los usuarios el precio de una obra de arte que les interese? Si estás dispuesto a gastar 10 mil euros en una obra, deberías saber que otra galería ofreció esa obra en una subasta un año atrás por 7 mil y que no se vendió. Conociendo este dato el coleccionista podrá tomar una decisión más consciente”, dijo el alemán a The Creators Project.
Magnus ofrece información sobre galerías y museos cercanos, las agendas actuales y las que están por venir, permite hacer zoom en las obras, y es también plataforma de despegue para artistas que quieren darse a conocer.
Opera principalmente en el circuito neoyorkino aunque su alcance geográfico también está en expansión. En este sentido es cardinal la colaboración comunitaria, ya que su crecimiento depende en gran medida de la inquietud de los usuarios alrededor del mundo.
Pero la herramienta cobrará verdadera visibilidad cuando se lance la prometida versión para Android, el sistema operativo de casi el 90 por ciento de los teléfonos inteligentes activos en el planeta.
Aquel será sin duda el gran salto de Magnus, que por el momento momento sólo corre en equipos Apple y que usualmente es comparada con la aplicación Shazam, porque es a los cuadros lo que aquella app es a las canciones: un sistema de identificación automático que parece mágico, pero que, en rigor, es tecnológico.
LA NACION